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Comodoro
Tras una nueva verificación negativa, el buque Seabed Constructor vuelve hoy a Comodoro Rivadavia a reaprovisionarse.
Suman catorce ya los indicios desechados por la empresa Ocean Infinity desde que asumió la búsqueda del submarino ARA San Juan, desaparecido el 15 de noviembre.
El último había sido detectado el sábado a una profundidad de 802 metros en el sector Norte del área 5 del operativo. Pero otra vez resultó infructuoso.
Hoy lunes, el buque Seabed Constructor interrumpirá el rastrillaje para dirigirse a Comodoro Rivadavia a una escala técnica programada.
Con el uso de un ROV, se comprobó que el punto de interés detectado por los sonares como un presunto casco (debido a sus líneas simétricas), se trataba en realidad de una formación geológica.
Según la información que la empresa le suministró a la Armada la roca medía 28 metros de longitud y 6 de altura y se encontraba casi en el límite con el área 4.
“La gran cantidad de incrustaciones naturales alrededor no permitieron una mejor identificación”, dice el parte emitido este domingo por mañana.
Mientras tanto, el rastrillaje seguía en el área 5 con tres de los cinco vehículos autónomos submarinos (AUV) que conforman la flota del Seabed Constructor. Los otros dos tienen inconvenientes técnicos que serán reparados en Comodoro Rivadavia.

Regreso
El buque noruego tiene previsto comenzar este lunes por la tarde el regreso al puerto desde donde zarpó el pasado 7 de setiembre.
Allí amarrará el martes a las 9, para reaprovisionarse de víveres y combustible y recambiar su tripulación. El retorno al área de búsqueda está previsto en principio para el miércoles.
A bordo del barco noruego sigue el análisis de los datos recogidos por los AUV en las áreas 3, 4 y 5 y en el sector Norte de cañadones del área 2.
El AUV 6 tenía asignado por estas horas el rastrillaje, de Sur a Norte, del sector de sombras del área 3, a una altura de 30 metros del fondo.
Hasta el momento, lo venía haciendo a 50 metros, por lo que se prevé que arroje como resultado una búsqueda más precisa en esa zona oscura, caracterizada por un desnivel.

Búsqueda geofísica
Los vehículos submarinos autónomos utilizan ecosonda multihaz, sonar de barrido lateral, magnetómetro y perfilador de subfondo para realizar el mapeo del fondo marino y detección de anomalías en una primera inspección.
En navegación – La búsqueda del submarino ARA “San Juan” a cargo de la empresa estadounidense Ocean Infinity avanza y al momento se está realizando el barrido en 5 áreas, las cuales fueron inspeccionadas inicialmente por los AUV (Vehículos Submarinos Autónomos) para luego dar lugar al descenso de los ROV (Vehículos Operados Remotamente) que, con otras capacidades, permiten investigar en detalle los puntos de interés.
Un dispositivo que es fundamental para el estudio del fondo marino es el SONAR (SOunding NAvigation and Ranging). Así como en la atmósfera lo que permite ver es la luz y los sensores son los ojos; en la hidrósfera, es decir en el océano, en el mar, en los ríos y lagos, lo que se utiliza es el sonido para poder navegar e identificar objetos sobre el fondo.
El sonar es un instrumento que utiliza un método indirecto para saber cómo es el fondo del mar y qué profundidades tiene, incluso para conocer qué hay debajo de los sedimentos del fondo marino.
Una ecosonda es un tipo de sonar que funciona de modo similar al eco, es decir, permite medir la distancia desde la superficie del agua al fondo en función del doble tiempo de “viaje” del sonido desde la ecosonda.
Para utilizar este método previamente deben conocerse las condiciones físicas y químicas de la columna de agua, las cuales son heterogéneas. En el mar existen distintas capas, napas o estructuras en la columna de agua y cada una con diferente salinidad, temperatura y densidad. Esto a su vez varía estacionalmente y geográficamente durante el año, y se ve afectado por las corrientes marinas que están en permanente movimiento. Dichos factores, principalmente la temperatura, afectan el tiempo de “viaje” del sonido.