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El doctor Luis Agote (1868-1954), médico e investigador argentino creador de la técnica de transfusión de sangre mediante citrato de sodio -de fundamental importancia terapéutica, ya que evita la coagulación de la sangre- realizó la primera transfusión con este método el 9 de noviembre de 1914 en el hospital Rawson de la ciudad de Buenos Aires.
La ley Nº 25.936 del 8/9/2004 dispone la celebración de este día en el aniversario de aquel evento, invitando a incorporarlo en el calendario escolar como una jornada de reflexión sobre el tema. El propósito es promover la donación de sangre como práctica habitual, voluntaria, solidaria y anónima, y fomentar estilos de vida saludables entre los donantes habituales, condiciones esenciales para garantizar sangre segura. Se trata de incrementar el número de donaciones motivando a quienes ya las han realizado a convertirse en donantes regulares y concienciando a toda la población acerca de los beneficios que se obtienen con este acto altruista de “regalar vida”.
En el año 2004 fue promulgada La Ley Nacional 25.936, que establece el 9 de noviembre como el Día Nacional del Donante Voluntario y Habitual de Sangre.
En conmemoración de la primera transfusión de sangre realizada en el país, el 9 de noviembre de 1914, en el Instituto Modelo del Hospital Rawson de la Capital Federal, por el Dr. Luis Agote, se estableció en el año 2004, esa fecha, como el “Día Nacional del Donante Voluntario de Sangre” (Ley N° 25.936)
Aquel acontecimiento que hizo posible la conservación de la sangre en estado líquido con citrato de sodio, fue el punto de partida en todo el mundo para el desarrollo más importante hasta entonces conocido, para el traspaso de sangre entre humanos que tantas miles de vidas permitió salvar.
Por todo ello, el Ministerio de Salud de la Nación destacando los logros alcanzados y lo mucho que aún debemos trabajar para seguir creando conciencia sobre la importancia de la donación de sangre expresa su agradecimiento:
Al millón de personas que cada año aportan una pequeña cantidad de su sangre y con su donación salvan muchas vidas, todos los días.
A las personas que habiendo sido donantes de sangre o sin llegar a serlo, donan parte de su tiempo para colaborar con nuestro Sistema de Salud y promueven la donación voluntaria y habitual de sangre.
A las organizaciones y/o empresas públicas o privadas, que han considerado este tema y facilitan la realización de colectas de sangre durante la jornada laboral.
A los equipos técnicos y servicios de hemoterapia en cuyas manos se encuentra la atención tan especial y delicada que se necesita para contar con donantes voluntarios, altruistas y repetidos de sangre.
En nuestro país, la donación voluntaria y altruista de sangre, a partir de la sanción de la ley sangre N° 22.990 en el año 1983, sufrió un significativo retroceso. En las tres décadas posteriores, la casi totalidad de las donaciones respondían a pedidos de reposición, efectuados por los bancos de sangre a familiares y amigos de los pacientes.
Muy por el contrario a lo previsto por los legisladores y científicos, la incorporación de artículos específicos para favorecer la donación de sangre (seguro de sangre, el día laborable por donación, la convocatoria de donantes por intermedio de familiares y pacientes) en lugar de mejorar la disponibilidad, transformó los bancos de sangre en instituciones que desalientan la donación voluntaria, repetida y altruista.
La creación de la Dirección de Sangre y Hemoderivados, la conformación de una Comisión con amplia representación del Sistema de Sangre público y privado, que está elaborando el proyecto de Ley actualizando la anterior y el incremento significativo del presupuesto, son indicadores de la firme decisión del Ministerio de Salud de alcanzar la meta de 100% de donación voluntaria y contar con una red de bancos de sangre moderna y eficientes, como piezas claves del Sistema de Salud.