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Buenos Aires
La empresa, según se lee en la página oficial, es “un organismo de la Fuerza Aérea Argentina que sostiene desde sus orígenes un fuerte compromiso con la comunidad patagónica, vinculado con el fomento aerocomercial en servicio de la promoción, comunicación y ayuda a las poblaciones más alejadas de los centros urbanos”, publicó el diario Ámbito Financiero.
La decisión de dejar en la base de Comodoro Rivadavia hasta nuevo aviso a los 2 únicos aviones SAAB 340 B en uso de los 4 que contaba LADE, responde al “hallazgo” reciente de que no se cumplió en tiempo con la inspección (overhaul de vida útil) que establece el fabricante para el conjunto del tren de aterrizaje. Se sobrepasó en dos años la fecha fijada para la inspección del mecanismo.
A fin de 2008 llegaron al país los 4 SAAB 340B adquiridos durante la gestión en Defensa de Nilda Garré a un costo de 30 millones de dólares.
El plan de mantenimiento, documentación que también vendió en 466.560 dólares la contratista Fairbrook, ganadora de la licitación, incluía el Boletín de Servicios con el detalle de que en 2016 (cumplidos los 10 años de la última inspección) debían iniciarse tareas de overhaul al tren de aterrizaje de las 4 aeronaves.
Esa inspección es vital, involucra un sistema crítico, comprende la sustitución de todas las piezas que indiquen los estándares de seguridad, aunque al momento de la revisión se encuentren en buen estado.

Indagación
Por razones que ahora serán materia de una indagación interna, el Grupo Técnico de la IX Brigada Aérea con asiento en Comodoro Rivadavia, que en aquel tiempo estaba al mando del comodoro Mario Molina, no dio cumplimiento al Boletín de Servicios.
Los aparatos continuaron en vuelo excediendo dos años el plazo de la revisión de seguridad establecida por el fabricante. “Dios es piloto”, dijeron fuentes técnicas de la brigada que “descubrieron” semanas atrás el grave olvido en el plan de mantenimiento de los SAAB.
A los apurones Amrein ordenó una gestión oficial ante el grupo sueco SAAB con el propósito de lograr que el fabricante extienda un poco más el plazo para la inspección de vida útil que ya venció.
Fuentes del sector empresario aeronáutico consultadas por Ámbito Financiero dudan que SAAB pueda vulnerar un plazo que a todas luces está más que superado, máxime tratándose de un mecanismo vital para la seguridad de la aeronave, tripulación y pasaje.
Hacerlo implicaría que asume responsabilidades ante cualquier incidente que pudiera producirse por fallas en el tren de aterrizaje.
Otro dilema preocupa al alto mando aéreo, hay que contratar un servicio para la inspección, se cotiza en dólares y el Gobierno está en medio de un ajuste fiscal.
La alternativa en estudio es que la inspección de vida útil se lleve a cabo en el Área Material Río Cuarto, el taller de la institución que se ocupa de mantener aeronaves. Previo debería contarse con la habilitación y certificación que otorga el fabricante SAAB, trámite que también implica desembolso de dólares, amén de tiempo para la capacitación de técnicos.
El parate de las aeronaves generó un reclamo formal del intendente de Río Grande, Gustavo Melella. Envió una nota al jefe Amrein solicitando que la compañía revea la decisión de cancelar los vuelos a Río Grande. Sin una respuesta oficial, Melella decidió entrevistarse con las autoridades del Ministerio de Defensa.
LADE con los bimotores SAAB de 34 pasajeros cubría frecuencias uniendo las localidades patagónicas de Comodoro Rivadavia (Chubut), Río Gallegos (Santa Cruz) y Río Grande (Tierra del Fuego).
La carencia endémica de un presupuesto acorde a las necesidades operativas diezmó la flota de SAAB en un cincuenta por ciento.
Ante la falta de repuestos, la fuerza optó por jibarizar dos ejemplares para que sobrevivan los restantes que ahora también quedaron inoperativos por el “olvido” en la inspección de los trenes de aterrizaje.