A Santa Cruz, el Gobierno tentó con destinarle $1.500 millones para las represas.

Buenos Aires
El Gobierno focalizó el centro del ajuste para llegar al déficit cero el año que viene en los subsidios y las transferencias a las provincias, pero guarda una carta en relación a la obra pública, especialmente en rutas, acaso un caballito de batalla que podría jugarle a favor en las elecciones presidenciales de 2019.
Sin contar los que afectan ejercicios futuros, el Gobierno planea invertir casi $75.000 millones en diversos proyectos que abarcan principalmente rutas nacionales, en comparación con los $50.000 millones que figuraban para este año en el Presupuesto sancionado en 2017.
Según se desprende de la ley de leyes de 2019, el distrito más favorecido es Buenos Aires, que se lleva el 26% de esos recursos (unos $20.000 millones), entre los que se destacan la autopista Luján-Pergamino por casi $3.000 millones, la N° 8 por $4.600 millones y la 33 por $1.700 millones.
Otros caminos a los que el Ejecutivo le pondrá fichas son la autopista ruta N° 19 que une San Francisco y Córdoba ($1.272 millones), la N° 18 entre Paraná y Concordia ($1.127 millones), la pavimentación de la 40 en el tramo del límite entre Neuquén y Mendoza y Pareditas ($1.204 millones) y la N°34 en Santa Fe por $2.377 millones. Por su parte, Neuquén recibirá más de $1.000 millones en concepto de la construcción de la represa Chihuido y la ruta 22, y Río Negro $2.100 millones para la 22 y la 23.
Los guiños a Salta y San Juan son menores, ya que el Presupuesto les promete $450 millones para la ruta 34 y $400 millones para la autopista 40 con Mendoza, respectivamente.

Santa Cruz
A Santa Cruz, el Gobierno tentó con destinarle $1.500 millones para la represa en el río homónimo y a Tucumán con $1.000 millones para renovar las vías del Belgrano Cargas y otros $1.230 millones para rutas.
Por otro lado, se establece un gasto “interprovincial” de $2.215 millones para “mejoras del Transporte en el área metropolitana”.
En cuanto a la contratación de obras de inversión con incidencia en ejercicios futuros, también conocida en otros tiempos como la “planilla de la felicidad”, tendrá fondos por $7.100 millones.
Mientras tanto, las transferencias de capital a provincias, que los gobernadores pueden usar a discreción siempre que sea para infraestructura, tienen como principales beneficiarias a Buenos Aires ($11.600 millones), Capital Federal ($4.600 millones), La Rioja ($4.300 millones), Chaco ($3.450 millones), Salta ($3.100 millones), Córdoba y Entre Ríos ($2.200 millones cada una).
De acuerdo al proyecto de Presupuesto enviado al Congreso, el Ejecutivo planea desembolsar en gastos de capital $184.000 millones, un recorte en términos nominales del 8,6% en relación a los $200.000 millones con que se finalizaría el 2018, de los que $103.736 millones corresponderían a “inversión real directa”.
Sin embargo, de acuerdo una estimación de la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP), hasta agosto se había ejecutado sólo $31.000 millones, un 9% menos en relación a 2017.
La subejecución de partidas es una práctica que viene aplicando el oficialismo desde que asumió, por lo que la zanahoria que ofrece a los gobernadores, no necesariamente garantiza que reciban esos fondos.
En ese sentido, el Presupuesto del año pasado contemplaba erogar en obra pública a cargo de Nación $62.000 millones y transferirle a las provincias $140.000 millones.
En el de 2019, estas partidas suben un 40% en el primer caso a $87.000 millones y retroceden 40% a $84.600 millones en el segundo, si se comparan los dos textos.