Por Natalia Quilis, docente de Lengua y Literatura

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Esta mañana, no tenia clase por horario pero a las 8 hs. me desperté y- minutos más, minutos menos; aunque di unas vueltas tratando de resistirme-tuve que levantarme para evitar aburrirme o crear dolores musculares por inercia.
Por la cocina llené la pava la prendí y me encaminé al baño; al salir, ya estaba lista para disponerme a disfrutar de mi mañana.
Armé el equipo del mate- infaltable- igual que la compu encendida y cargando y como no, algo para acompañar … el pancito casero que había amasado el día anterior con un quesito, dulce de naranja y las revistas digitales que generalmente leo, menú variado en el cual también hay diarios por supuesto, para comenzar tan placentero momento.
Cabe mencionar, y lo vale contemplando la fecha, que si como correspondiera, hubiera cobrado mi sueldo, en el día de descanso estaría a las corridas pagando: alquiler, impuestos, servicios etc…
Pero yo vivo en la provincia argentina llamada Santa Cruz y soy docente, por tanto y aunque con mora, pago cuando, al corrupto gobierno se le da la gana… y hay muchísima tela para seguir cortando, sin embargo mi columna no es de política, gracias a Dios…y no pretendo tampoco arruinar mi mañana con semejante lastre.
Retomando el tema del desayuno continúo mi relato y resumo enumerando: mate y pan casero con queso y mermelada de naranja y cualquier diario a la disposición de uno a solo un clik y una elección. ¿Se podría afirmar que me encuentro en el mismo paraíso no?…

Mundo
Entonces el mundo se abre, pero no como un paraguas porteño, se abre como la selva en el claro, se nos ofrece, se nos regala; y el disfrute, puede tomar la altura a la cual nos animemos, es decir, sin techo, sin límites en fin sin paraguas…
Solo nos condiciona el tiempo, los compromisos adquiridos dentro de esa unidad que en realidad puede ser moldeable. El tiempo, ufff ese es un tema abordado por todo pensador que se precie de serlo; pero hoy para mí, basta con mencionar de él, que necesitamos moldearlo para que esté a nuestra disposición y que no sea a la inversa.
También es importante el uso que hacemos del mismo, ya que en mi caso, hoy podría estar intentando dar un golpe de Estado provincial porque me están robando y estafando hace años, también podría salir e incendiar algún bien ajeno o privado o algún ser vivo que se me atraviese, pero soy una argenta, que sí sabe disfrutar el tiempo, sin hacer daño a terceros aunque a mí me lo estén haciendo; insisto entonces en mi decisión que es, disfrutar del tiempo.
Para lo cual hago uso de las buenas costumbres que me heredaron mis ancestros y no es que haga LA GRAN “CASA TOMADA” ya que llegué algo tarde para resolver esa” toma”.
Sin embargo y orgullosa hago uso de mis buenas costumbres heredadas, siempre que haya tiempo, claro.
Algo que éste gobierno de ladrones me regala siempre con su incumplimiento ya sea en agua, higiene, sueldos bue… todo se roban, lo cual hace que a nosotros nos sobren éste tipo de momentos, que antes me estresaban, pero que ahora los disfruto.
Entonces lo aprovecho y me transporto a los mates matutinos con mi padre, al consumo de alimentos de elaboración propia que aprendimos de mi abuela paterna y de mi madre y a la lectura diaria- con la crítica incluida o la aprobación a viva voz, caseramente por supuesto-.
Bien argenta generacionalmente, librepensadora, anti violencia, con cultura general -orgullosamente aprendida de mis mayores-, digna -a partir de mi labor-, bien de tierra adentro, bien inmigrante, bien arraigada; porque el arraigo, existe en las costumbres.
Y éstas, son la resultante de una mezcla y una historia que nos identifica y que, Gracias a Dios, aún persiste, a pesar que el tiempo quiera, o las nuevas generaciones con sus accionares arcaicos, insistan, en olvidarlo…