Caleta Olivia
El Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) informa que ante la detección de toxina paralizante en moluscos (TPM) en niveles que superan los límites máximos de aptitud para el consumo, las autoridades sanitarias de las provincias de Chubut, Santa Cruz y Tierra del Fuego establecieron vedas para la extracción, recolección y comercialización de moluscos bivalvos y gasterópodos (caracoles marinos) en sus costas.

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La recomendación alcanza a todos los moluscos bivalvos y gasterópodos procedentes de esas zonas, ya que el consumo de productos contaminados con biotoxinas marinas puede producir graves daños a la salud humana, y hasta ocasionar la muerte en casos severos de intoxicación.

Las biotoxinas son producidas por algunas especies de algas microscópicas (fitoplancton), que en determinadas circunstancias aparecen en gran número en el mar y de las cuales se alimentan los moluscos que las pueden acumular en su propio organismo sin que los afecte. No siempre se producen cambios de coloración en el agua ante la presencia de una marea roja.

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La presencia de biotoxinas en el mar no afecta a los peces ni a otros productos de origen marino como crustáceos (camarones y langostinos) o moluscos cefalópodos (pulpos y calamares).
No hay diferencias de aspecto o de color entre un molusco bivalvo contaminado y uno no contaminado, como tampoco las hay de sabor ni de olor. La única forma de detectar la presencia de las biotoxinas es mediante pruebas de laboratorio. Estas biotoxinas no se inactivan por el calor y tampoco se destruyen con el agregado de limón, vinagre o alcohol.
Los síntomas de las intoxicaciones pueden variar desde afecciones gastrointestinales (dolores abdominales, diarrea) a problemas graves como trastornos neurológicos y dificultad respiratoria, pudiendo ocasionar la muerte en los casos agudos.
El Senasa recomienda: no recolectar moluscos en las playas para luego consumirlos en el hogar, no adquirir preparaciones elaboradas con mariscos en puestos callejeros o sin habilitación oficial, no comprar mariscos frescos “al pie del barco”, en escolleras, o los que puedan ofrecer pescadores artesanales.