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El amor a la familia y el trabajo constante son la energía fundamental para superar las dificultades; para crecer y sobre todo para “construir el futuro”.
Eso se puede verificar en la vida cotidiana, en lo individual, pero sobre todo en lo colectivo; en lo social.

Para crear una “comunidad” se requiere de esfuerzos y valores individuales, que a la vez que crean condiciones básicas personales, CONSTRUYEN, un lugar para otros.
Este es sin duda las síntesis de una idea, que se trasformó en acción y luego a lo largo de los años contribuyó al desarrollo de una comunidad: La ciudad de Caleta Olivia.

Esta no es solo la historia de una familia o de una empresa; es una mirada al pasado que nos permite observar con dignidad y esperanza el FUTURO; sobre todo en tiempos tan complejos. Esta es una HISTORIA que INSPIRA; la de la familia Borquez y el Corralón Paragónico.

Superación

Como cualquier proyecto, la planificación del corto, mediano y largo plazo es esencial para la avanzar a paso firme; es decir superarse. Así describe Aroldo Bórquez el proceso personal que lo llevó a estar al frente de una de las empresas de materiales para la construcción más importantes y con mayor trayectoria en Caleta Olivia.

aroldo y su mama

“Una de las cosas más importantes que salió de esta familia, es que mi padre nos inculcó fuertemente la educación y ese sentido de superación. La superación para nosotros fue el recibirnos, en darle esa energía que le faltaba a todo ese complemento de lo que era a construcción, el corralón. Entonces mi objetivo fue recibirme de algo tan lindo como fue la arquitectura. Una vez recibido fue lo que le dio empuje a este proyecto grande que es la construcción que se sigue dando a través de la empresa, pero ya no como una empresa mas visible hacia un comercio sino como una empresa más de autogstionarse”, sintetiza Aroldo haciendo hincapié en uno de los valores más preciados del sector privado: el crecimiento sostenido.

En este contexto, se refirió a los procesos de cambio que permiten y llevan a un emprendimiento de esta magnitud, a mantener su vigencia.

“En cuanto el comercio, ha sufrido muchas transformaciones desde sus inicios hasta ahora que uno le dio otra impronta, pero a su vez ahora la tecnología nos viene brindando otro tipo de herramienta. Y es donde uno se tiene que adaptar y ahí es donde viene todo ese ejemplo de nuestro padre que nos decía que nos tenía que superar.
El negocio se viene superando de a poquito, familiarmente, a través de esta gestión que es la digitalización de un nuevo mercado”, afirmó.

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El Corralón Bórquez

Como todo emprendimiento de gestión e impronta familiar, debieron enfrentar los vaivenes de la economía que desde el siglo pasado y aún hoy generan constante inestabilidad en el sector privado. De este modo, el arquitecto Bórquez analiza tanto el impacto de este factor como las decisiones que definieron el presente de la empresa.

“Nosotros sufrimos todos los avatares económicos, y aun así la familia siguió apostando y creyendo en esta localidad por el cual hicimos muy fuertes raíces y la misma gente de nuestro mismo pueblo lo ha sentido así, como un sentido de pertenencia. Por eso decir hoy Corralón Patagónico es como decir, mas que nada es el Corralon de Bórquez. El Corralón de Bórquez está en boca de todos y en toda la familia; qué familia no tiene algo de Bórquez, y así nos sentimos parte de toda esta historia. De los crecimientos paulatinos que ha tenido nuestra localidad”, enfatizó.

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Nueva Etapa
De este modo se logra algo que es vital para la relación de una empresa “local” con proyección “regional”: el reconocimiento de una marca, de una manera de hacer las cosas. Más allá de los cambios impuestos por la tecnología y los nuevos mecanismos de comercialización o logística, sostener esa “manera de hacer las cosas”, son el sello que identifican a los grandes emprendimientos. Sobre estos cambios y tendencias Aroldo señaló:

“El Corralón antes más del puerta a puerta, y hoy nos estamos transformando de una manera mas digital, para las nuevas generaciones que se están viniendo y eso requiere también de un cambio importante, fuerte.
Al principio uno lo miraba como algo que no sabía si iba a funcionar, después la confianza fue tan rápida, porque la gente dijo si Corralón Patagonico se digitalizó;s apostemos a eso, hagamos las transferencias, vayamos a los WhatsApp o la página web, y hoy estamos cerrando prácticamente una nueva etapa y abriendo la otra que es esta, las nuevas ventas y sucursales digitalizadas.

Pandemia

La ciudad de Caleta Olivia transcurre su aniversario120 entre la emoción de los festejos y las sensaciones que dejó la Pandemia de Covid-19, que aún genera incertidumbre. En ese contexto, el sector comercial sufrió un fuerte impacto del cual aún hoy cuesta reponerse. Pero de algún modo, la comunidad caletense siempre sale adelante, y sobre esto desde Corralón Patagónico también hay algo para aprender e inspirarse.

“La pandemia nos dejó una enseñanza muy importante para aquellos que podemos entender un poquito cuando algo nos aprieta y nos acorrala, buscarle la salida. La salida era esta, las nuevas tecnologías. O largábamos o nos quedábamos dando vueltas y esperábamos que se terminara; y decidimos salimos a buscar el mercado a través de algo y esos manotazos fueron los que nos dieron la decisión final como para entender que ese era el cambio.
Hoy nuestro negocio está en ese funcionamiento. Hoy tenemos empleados de toda la vida, que también se han ido adaptando, nos vamos corrigiendo, nos acomodamos y ellos también se van acomodando. Fuimos de la mano y entendiendo que este comercio va a seguir vigente por muchos años más gracias a este tipo de apuestas que se dan”, remarcó.

Legado pionero

Actitud, compromiso con el trabajo y con la comunidad, y sobre todo visión de futuro, estas son las características que sin dudas describen la identidad de Corralón Patagónico.
Pero es importante mencionar que detrás de éste presente y del futuro que se proyecta, hay una base, una idea que se llevó a cabo, es decir un fundador.
Él es, Juan Bórquez, quien llegó a esta parte de la Patagonia el siglo pasado y se afincó en esta ciudad para desarrollarse. Él es un verdadero ejemplo de voluntad y transmisión de valores.
Su historia es como la de muchos pioneros que llegaron desde muy jóvenes a esta incipiente comunidad. Con apenas 16 años y luego de hacer todo tipo de tareas rurales en la zona de Chile Chico, tuvo noticias que por “Cañadón Seco había trabajo y recibían gente”, recordó Juan en una entrevista realizada años atrás. En esa oportunidad rememoró: “Eran muchos sectores para trabajar, a mi mandaron a trabajar en construcción, no sabía mucho, pero tuve muchas oportunidades y el encargado me mandaba con gente que sabía mucho, albañiles y carpinteros”. De este modo, deja como al pasar su primer gran ejemplo: todo se puede aprender.
Así pasó de ser un aprendiz a un avezado “constructor” y comprendió que había oportunidades en un lugar donde estaba todo por hacer. Lo primero: construir su casa propia, cortando bloques y levantando paredes, “sin perder tiempo”. Luego de su casa, fueron otros trabajos y así en muchos lotes de aquella antigua Caleta Olivia se lo podía ver a Juan siempre ocupado.
“Había trabajo, y había que aprovecharlo”; mencionaba.
Para pasar de aquel aprendiz de albañil a transformarse en un generador de trabajo y luego en empresario debieron pasar muchos años de sacrificio y esfuerzo. Corralón patagónicos fue fundado en 1978 y desde ese fecha no ha parado de evolucionar, pero con su legado vigente.
Ya en el 2011, Juan le dio la posta a Aroldo, de quien no puede ocular ese orgullo paternal por ser un “profesional que estudió”.
Sobre la impronta familiar de esta firma, Aroldo sintetiza: “Nosotros somos cuatro hermanos, de los cuales 2 nos fuimos a estudiar afuera. Mis hermanas quedaron colaborando y ayudando. Con épocas buenas y malas. En las malas había que apretar fuerte los dientes y estudiando en otra provincia sentía ese dolor, pero se volvió a salir, se volvió a caer y se volvió a salir; y entre ese ínterin los esfuerzos de la familia fueron tan grandes que se fueron desgastando y yo venía prácticamente medio como nuevo y reflote toda la parte de construcción, del negocio y a su vez la parte de la arquitectura. Fue un complemento y algo muy lindo porque fue lo que le dio el despegue final al negocio. Entendimos que había que funcionar de otra manera, y hoy estamos todos mis hermanos en el negocio. La familia, expresa con orgullo Aroldo Bórquez. Un legado, una continuidad y una proyección; una cuestión de generaciones con arraigo en Caleta Olivia.

aroldo y su papa

Agradecimiento
Es por eso que esta fecha tan importante, una empresa icónica de la ciudad debía estar presente y contar su pasado, su experiencia y sobre todo hablar del futuro, a la construcción de ese futuro.
“Hicimos grandes inversiones a medida que las exigencias se daban, y creo que las raíces son tan fuertes que ya no nos vamos más de acá. A veces nos quejamos un poquito pero aun así nuestro corazón siempre está para quedarse en esta historia de la ciudad de Caleta Olivia”, sostiene Aroldo quien sabe que la ciudad que cobijo los sueños de su padre, es también la que generosamente hoy permite desarrollar las nuevas ideas.
“Corralón Patagónico y Familia Bórquez le agradece fuertemente a Caleta. Porque Caleta ve en nosotros que hay un ida y vuelta, que no es solo un negocio sino una familia más que ayuda y apuesta a cada familia que lo ve así. Somos referentes en la zona norte de Santa Cruz. La confianza es tan fuerte que llegó a toda la zona norte hasta Los Antiguos donde llevamos repartos, vamos a Puerto Deseado. Más que nada agradecer a la comunidad de la zona norte de Santa Cruz porque ellos entendieron que este es un polo de tensión muy fuerte para el resto de las localidades, y nosotros lo miramos y ayudamos acompañamos de esa manera”, concluyó el arquitecto Aroldo Bórquez.