La psicopatía no implica comportamientos claramente delictivos ni conlleva siempre homicidio

La psicopatía es una alteración de la personalidad caracterizada por el narcisismo, la impulsividad y las conductas de control y manipulación. Suele ser confundido con la sociopatía, pero muestras ligeras diferencias, no siempre perceptibles para la población normal.

Aunque la psicopatía se asocia a las conductas delictivas, no siempre es así. De hecho, podemos encontrar rasgos psicopáticos en personas que, a priori, nunca cometerían un crimen. Suelen tener comportamientos muy adaptados socialmente, pero también hay algunos rasgos que los delatan.

Sociópata y psicópata

Numerosos expertos señalan que la diferencia única entre ambas terminologías es únicamente de origen: mientras que el psicópata ya nacería con este rasgo, el sociópata adquiriría sus rasgos en el desarrollo y con la acumulación de experiencias.

Se basan ambos tipos en el desprecio por las normas y los derechos ajenos. Engañan, hieren y manipulan para lograr todo aquello que se proponen, sin ser necesariamente violentos.

Otros expertos indican que no solo se separan en el origen del trastorno, sino que existen otro tipo de rasgos que marcarían la diferencia:

  • La sociopatía tiene una base de impulsividad. Sin embargo, el psicópata siempre planificaría cada acto y pocas veces improvisará.
  • El psicópata carece de empatía desde su nacimiento; tiene la imposibilidad de acceder al dolor o la felicidad ajena. Por otro lado, el sociópata sí puede ser empático, aunque reduzca esta habilidad para muy pocas personas de su entorno.
  • El psicópata busca integrarse y camuflarse socialmente. No quiere llamar la atención. Sin embargo, las conductas sociópatas llaman mucho la atención y son personan que resultan extrañas a ojos de los demás.

Rasgos del psicópata

La televisión y el cine nos han mostrado la cara más sangrienta de una patología mental que es menos frecuente de lo que se podría pensar. ‘Dexter’, ‘Hannibal’ o ‘True Detective’ son series que nos han enseñado cómo se comportan los psicópatas, algo que también hemos podido ver en películas, como la última de Lars von Trier, ‘La casa de Jack’. Sin embargo, la ficción puede confundirnos, mostrando un perfil que no siempre es fiel a la realidad.

La psicopatía transciende a la realidad y nos marca un perfil muy característico en todo aquel que padece esta enfermedad:

1. Egocentrismo

El psicópata tiene la incapacidad de ver desde el punto de vista de la otra persona. Esto lleva también al narcisismo y a sentir que realmente son superiores al resto.

2. Ausencia de empatía

La empatía es la capacidad de percibir lo que el otro siente, desde los aspectos positivos, como la alegría, hasta los negativos, como la tristeza. Al no existir empatía, no habría compasión y los sentimientos de los demás pasarían por alto. Sin embargo, un aspecto menos popular de la empatía, la capacidad de ser capaz de entender lo que el otro piensa, sí está activa en la psicopatía. Es decir, no generan empatía emocional pero sí cognitiva.

3. Necesidad de satisfacción personal

Una anomalía cerebral estudiada por la Universidad de Vanderbilt sugiere que tienen dañado el sistema de recompensa. La consecuencia es que el psicópata dé una excesiva importancia a lo que él quiere, sin importar lo que los demás necesiten, sientan o pienses, lo cual conlleva comportamientos peligrosos.

4. Encanto superficial

Los psicópatas muestran ante los demás una apariencia abierta y segura. No parecen contar con el miedo o la timidez y utilizan estas habilidades de forma premeditada para lograr adaptarse y alcanzar sus fines.

5. Necesidad de control

Tienen una tendencia obsesiva a querer dominar cada persona y cada situación. Esto hace que ejerzan la manipulación, el abuso y la mentira sobre los demás.

La ficción nos ha llevado a pensar en la psicopatía como un rasgo que empuja a matar. Sin embargo, sus características no definirían la necesidad de asesinar ni de cometer realmente actos delictivos. Sí que cuentan con una falta de empatía y una frialdad que les define y les convierte en personas dañinas para los demás.