Por Daniel Giarone
El 3 de junio de 1922 nació Yacimientos Petrolíferos Fiscales. Pero la historia comenzó a escribirse tiempo antes. La apuesta de Hipólito Yrigoyen por la soberanía. Enrique Mosconi y su visión del desarrollo. “Para él -afirma el historiador Norberto Galasso-, el petróleo no solo debía ser nacionalizado sino también estatizado”.

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Petróleo para la pujante industria automotriz. Petróleo para la industria. Petróleo para el desarrollo nacional. Petróleo para los pueblos, para el trabajo, para que naciera lo que se insinuaba. Petróleo para la paz y para la guerra. Petróleo. El oro negro que a comienzos del siglo XX brota de las entrañas de la Argentina despierta sueños propios y ajenos.
Los antecedentes de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) hay que buscarlos en la primera década del siglo XX y en el hallazgo de petróleo en las inmediaciones de la ciudad patagónica de Comodoro Rivadavia.
Esto atrajo a las primeras compañías extranjeras que buscaban el petróleo que les permitiera abastecer de combustible al mercado del automotor, cuya expansión estaba en pleno auge. El mundo salía de la Gran Guerra y se preparaba, aún sin saberlo, para la Segunda Guerra Mundial.
El petróleo era considerado un bien estratégico para las naciones. Así se creó la Dirección General de Explotación del Petróleo. El objetivo de este primer ente estatal nacional era precisamente regular la actividad de las empresas multinacionales que poco a poco se establecían en el país.
Pero será al 3 de junio de 1922, con Hipólito Yrigoyen todavía en la Presidencia de la Nación, que se creará por decreto la Dirección General de Yacimiento Petrolíferos Fiscales, el primer paso de la petrolera de bandera.
El 19 de octubre del mismo año, a pocos días de llegar a la Casa Rosada Marcelo Torcuato de Alvear, Enrique Mosconi será designado director general de YPF. Militar e ingeniero, Mosconi estuvo al frente de la empresa durante ocho años para convertirla en la primera petrolera estatal integrada verticalmente en el mundo.

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Política y Soberanía

Radical irigoyenista, Mosconi consideraba “inexplicable” conceder al capital extranjero la exploración y explotación petrolera en lugar de reservar “tales beneficios para acrecentar el bienestar moral y material del pueblo argentino”. “Entregar nuestro petróleo es como entregar nuestra bandera”, enfatizaba.
Desde sus inicios YPF realizará todas las actividades necesarias para la explotación de petróleo, relegando a un segundo plano a poderosas empresas extranjeras como Shell y Esso.
Además, la labor de la compañía reportaría recursos al Estado nacional para el desarrollo del país y entregaría a la Nación una carta fundamental para ejercer su soberanía.
Junto con la explotación estatal de petróleo nacieron y crecieron pueblos en todo el país. Comodoro Rivadavia, Las Heras, Cañadón Seco, Caleta Olivia y Plaza Huincul son sólo algunos de ellos.
El 22 de febrero de 1923 YPF inauguró en Buenos Aires el primer surtidor a querosén. Tres meses más tarde estos sumaban siete. El 20 de junio del mismo año se construyó el primer surtidor de nafta para vehículos.
Sin embargo, el primer ciclo de la empresa llegaría a su fin con el Golpe de Estado de 1930, donde los militares encabezados por José Félix Uriburu y Agustín P. Justo inaugurarían la Década Infame, justo antes de que el Congreso de la Nación aprobara la nacionalización del petróleo impulsada por el yrigoyenismo.
Yrigoyen sería confinado en la Isla Martín García y Mosconi detenido, previa entrega de las instalaciones de YPF. Entre las razones del golpe que inauguraría las interrupciones del orden constitucional que padeció la Argentina durante buena parte del siglo XX se hallaba la política petrolera.
Es que el gobierno radical estaba a punto de firmar un acuerdo con la entonces Unión Soviética en el que la actividad petrolera impulsada por YPF tenía un papel protagónico. Sin dicho convenio, se despejaba el camino para el capital americano e inglés.

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Primeros pasos

Los antecedentes de YPF hay que buscarlos en un decreto del 14 de diciembre de 1907, día siguiente de la primera perforación que se realizó en las inmediaciones de Comodoro Rivadavia y que produjo petróleo argentino en un caudal de diez metros cúbicos.
El decreto firmado por el presidente José Figueroa Alcorta sentó las bases de una política petrolera nacional, consciente de la importancia que tendría el petróleo y que excluía la explotación privada.
Entre 1908 y 1910 se perforaron cinco pozos, que produjeron gas y petróleo. En este último año se dictó la primera ley de reserva de unas 5000 hectáreas en Comodoro Rivadavia.
Roque Sáenz Peña rechazó una propuesta de David Rockefeller, quien ofrecía el 75 % de la producción. Se crea la Dirección Nacional para la Explotación de Petróleo de Comodoro Rivadavia.
En 1914 se construye el primer buque cisterna para el transporte a
de petróleo a Buenos Aires y se contrata la construcción del muelle de Comodoro Rivadavia. Comienza a formarse la flota de buques cisterna que atenderá las necesidades del consumo.
En 1916 el Congreso aprueba un proyecto del presidente Victorino de La Plaza de un crédito de 16 millones de pesos para adaptar infraestructura y alcanzar una producción de 400.000 metros cúbicos.
En 1920 los pozos perforados suman 128 en todo el país.
El 3 de junio de 1922 se crea la Dirección General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales, actual YPF, dependiente del Ministerio de Agricultura.
El 17 de octubre de 1922 se designa a Enrique Mosconi como director general del flamante organismo.