Buenos Aires

La fuerte presión de los gobernadores de las provincias productoras de vino logró que el Gobierno arme una «Mesa de Diálogo de la Industria del Vino». El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, recibirá el próximo miércoles al gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, para comenzar a dialogar sobre la posibilidad de dejar de lado el punto del proyecto de reforma tributaria impulsado por el gobierno nacional, que contempla un gravamen del 10% a la producción vitivinícola. Así se decidió en una reunión de la que participaron, además de Dujovne y Cornejo, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Producción, Francisco Cabrera.

«Lo que le llevamos al Gobierno fue un estudio técnico –El Vino y la Salud – Fundamentos Científicos– y le explicamos lo que pasaría en la industria si se impone un impuesto al vino», dijo a Infobae el ministro de Economía, Infraestructura y Energía de Mendoza Martín Kerchner. El informe, que fue realizado por la Sociedad de Cardiología de Mendoza y la Federación Argentina de Cardiología, detalla las ventajas que otorga el vino a la salud.

Titulado «El Vino y la Salud: Fundamentos Científicos», el informe plantea desde su introducción que «cuantiosos trabajos basados en el método científico demuestran que el consumo de alcohol, específicamente del vino, no solo no es perjudicial, sino que se demuestra que el consumo bajo o moderado (100 a 200 ml por día) puede ser beneficioso para la salud, fundamentalmente la cardiovascular». Al mismo tiempo señala que «el abuso en el consumo conlleva un aumento de la mortalidad por diferentes causas».

El estudio cuestiona los conceptos vertidos por algunos funcionarios del Gobierno sobre lo «perjudicial» que es el vino, una idea que está explicitada en el texto del proyecto de reforma tributaria. «Ante los dichos públicos que circulan en estos días es interesante hacer un repaso de un importante cuerpo de evidencia», dice el texto.

Conclusiones

De los distintos capítulos que componen el informe se desprenden las siguientes conclusiones:

– La simple observación de las poblaciones y sus conductas nutricionales muestran que el consumo de vino de manera moderada es saludable.

– El consumo de alcohol tiene un efecto reductor de la mortalidad principalmente cardiovascular.

– El vino posee componentes protectores de enfermedad cardiovascular.

– Existe abundante evidencia clínica de que el consumo moderado de alcohol tiene un efecto beneficioso sobre la más frecuente de las causas de muerte en Occidente.

Una conclusión final: «Existe en la actualidad una creciente evidencia de los efectos beneficiosos del consumo leve a moderado de Vino sobre la enfermedad cardiovascular y también en otros procesos con procesos oxidativos subyacentes como el cáncer».

“Paradoja francesa”

El informe explica que en la década de 1980 la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó un estudio del que participaron 26 países. El objetivo: correlacionar consumo de grasas y mortalidad cardiovascular. Como era de esperar, a mayor consumo per cápita de grasas hubo mayor mortalidad. Pero hubo una excepción: en algunas ciudades de Francia se registraba un alto consumo de grasas per cápita y baja mortalidad. Este fenómeno es conocido como «paradoja Francesa». El científico Serge Renaud publicó estos datos en la prestigiosa revista Lancet y explicó que la paradoja puede producirse por el consumo de vino en la región y algunas características de la dieta en general tipo mediterránea.

Otro estudio, el Interheart Study, muestra como factores de riesgo cardiovascular positivos (disminución de riesgo cardiovascular) al ejercicio, consumo de vegetales y frutas y el consumo de alcohol. Otro estudio americano sobre 245.000 personas también demuestra que tomadores livianos o moderados son beneficiados.

Componentes

El vino tiene más de 500 componentes descriptos. El principal es el agua; el más conocido, el alcohol etílico. Además, está compuesto por otras sustancias de diferentes conformaciones químicas pero que tienen una función antioxidante. Son los famosos polifenoles, que se hallan en piel y en la semilla de la uva, de ahí que por las características de elaboración estos compuestos estén más presentes en vinos tintos o rojos.

El Fondo Vitivinícola Mendoza realizó un estudio en asociación con la Universidad Nacional de Cuyo, la Universidad de Glasgow, la Universidad de Buenos Aires y el INTA, con muestras de todos nuestros terroirs. El estudio demostró que los vinos argentinos tenían muy buen contenido de polifenoles comparables a los vinos franceses.

En 2005, sobre el seguimiento de más de 50.000 pacientes, Kenneth Mukamal concluye que aquellos que consumían alcohol de manera leve a moderada tenían menos riesgo de infarto. Un año después publica un informe de 5.100 varones profesionales de la salud con resultados similares. En el año 1999 ve la luz un estudio que demuestra un efecto beneficioso de la dieta mediterránea que incluye vino sobre la tradicional. También se prueba que los pacientes diabéticos con un primer infarto se benefician con el consumo liviano a largo plazo.

El estudio solicita que «la comunidad científica internacional y nacional sea cauta en las recomendaciones a la población por una necesidad de proteger poblaciones vulnerables, no justifica desde ningún punto vista que el vino sea considerado insalubre por naturaleza. Esta idea es desatinada y sin ningún sustento en el método científico».

Desaliento

Por su parte, Cornejo criticó fervientemente la intención del Gobierno al asegurar que la del vino «es una producción industrial pero con una base netamente agraria». «Por cada hectárea hay un empleo detrás de eso. Pocas cosas se hacen tan artesanalmente, no es el caso ni de la cerveza ni de la gaseosa», apuntó. El mandatario provincial aseguró: «Desalentar el consumo de bebidas como el vino sería desalentar una actividad que tiene un gran eslabonamiento económico. Va a contramano de todas las reformas que plantean. Una economía más sana no tiene que tener impuestos distorsivos». Cornejo, quien pertenece a Cambiemos, consideró que lo primordial es «promover las cosas en que somos competitivos y exportar cada vez más», y en cambio, el impuesto en cuestión «no es el impuesto al vino, sino el impuesto a la actividad: está perjudicando al productor primario».

DATO

Fuentes cercanas al Ministerio de Hacienda indicaron que no habrá definiciones sobre la aplicación del impuesto al vino hasta tanto no avance el diálogo entre el gobierno nacional, la provincia y el sector.