Buenos Aires
La comisión evaluadora designada por el Ministerio de Defensa para calificar a las 9 empresas que pretenden ser contratadas para buscar al ARA San Juan ya eligió la mejor propuesta.
Según supo Infobae, la firma mejor posicionada resultó ser la norteamericana Sistemas Electrónicos Acuáticos (SEA). Su representante y CEO es el venezolano radicado en Miami Hugo Marino. Este capitán les prometió a los familiares que en un plazo máximo de 100 días encontraría al buque de guerra.
Para dar a conocer oficialmente el veredicto solo falta una firma. Los familiares, a través de las querellas, ya solicitaron que al menos tres veedores participen del operativo para “certificar las tareas realizadas y observar que desde el Ministerio de Defensa no se entorpezcan las tareas”.
En segundo lugar, quedó la empresa también estadounidense Ocean Infinity. Esta sociedad, que cuenta con tecnología de punta -similar a la de SEA- pero con buques propios, ya había participado de manera indirecta en el operativo de búsqueda y rescate al submarino ya que le facilitó el robot que usó la marina norteamericana.
Si bien no lo reconocerán en público, Ocean Infinity era la preferida del Ministerio de Defensa, a cargo de Oscar Aguad y de la propia Armada Argentina, pero un punto importantísimo le jugó en contra: no podrían comenzar las tareas de búsqueda antes de noviembre de este año ya que está buscando el desaparecido avión del vuelo MH370 de Malaysia Airlines en el océano Índico y recién podría venir al Atlántico Sur en 2019, un lujo que no se puede dar el Gobierno y mucho menos Aguad.
La presión de las querellas para que comience la búsqueda del ARA San Juan lo antes posible es sostenida y de alto impacto mediático.
Tanto es así que el 17 de mayo pasado, mientras la Armada celebraba su aniversario número 204 en el tercer piso del edificio Libertad, en las escalinatas de la entrada del lugar, Luis Tagliapietra, representante de una de las querellas y padre de Alejandro, uno de los 44 tripulantes desaparecidos, protestaban y desplegaban carteles y banderas con la consigna: “ACÁ ESTAMOS PRESENTES ¡BÚSQUENNOS!”.
Comunicado
Sin ir más lejos, ayer emitieron un durísimo comunicado de prensa en el que se afirma que: “Los familiares están en desespero ya que Aguad lo único que hace es estirar los tiempos de contratación. ¿Qué hay detrás de todo esto?”, se preguntan, y recuerdan que el “condicionamiento climático perjudicaría la búsqueda o directamente no se podría busca hasta noviembre” y especulan: “Tal vez sea un juego político más, con el hallazgo del submarino para sumar votos para las próximas elecciones. Ya no sabemos qué pensar”.
El capitán Hugo Marino se había mostrado escéptico sobre sus posibilidades en la contratación en una entrevista con Infobae. Se quejaba del trámite burocrático que tenía que realizar, como el de anotarse como proveedor del Estado, y no tener una embarcación para monitorear al Vehículo Autónomo Submarino (AUV por su sigla en inglés) y llevarlo a bordo y sumergirlo en la zona de rastrillaje.
Pero, para su sorpresa, y según él mismo contó, desde el Ministerio de Defensa lo contactaron para aportar la documentación que faltaba en el sobre que había presentado.
Su oferta, además, se vio notablemente mejorada al licitar también por el renglón en el que se ofertaba por una “Unidad de superficie (un barco)” que estaba especificado en el renglón 1 de la contratación directa. Marino le explicó a este medio que alquiló un navío brasileño que cumplía con todas las condiciones requeridas y que ya fue homologado por la Armada.
Oferta
Su firma, Sistemas Electrónicos Acuáticos, fue la que mejores condiciones económicas ofertó en el renglón 2, esto es, para las “Unidades submarinas”, cuyas tareas descriptas en el pliego son: “Búsqueda batimétrica, sonográfica, magnetométrica y de imágenes de video del Submarino ARA San Juan, en las áreas detalladas en el Apéndice 4 de las Cláusulas Particulares”.
Hace una semana, antes de conocer los resultados de la compulsa, representantes de familiares se reunieron con el venezolano Marino para solicitarle, en caso de ser contratado por el Estado, que permita la presencia de los tres veedores que están proponiendo para observar las tareas.
La medida ya había sido solicitada por la abogada querellante Valeria Carreras a través de un escrito presentado ante la mesa de entradas del Ministerio de Defensa y que aún no recibió respuesta oficial.
El CEO de la empresa SEA no solo estuvo de acuerdo con la presencia de observadores, sino que se comprometió a abonar los honorarios y los gastos que demandará la presencia de los tres expertos.
Dos permanecerán en tierra y uno embarcado en el buque que llevará el instrumental con la tecnología para controlar, seguir y recopilar la información que desde las profundidades del océano emita el Vehículo Autónomo Submarino.
El mismo recorrerá los casi 13.000 kilómetros cuadrados que ya fueron rastrillados desde la superficie.
Los expertos estiman que el submarino argentino puede haber caído en alguno de los cañones marítimos o “cañadones” del talud continental, que es considerado por su magnitud como una cordillera invertida.
Según le explicó a Infobae el Capitán de Ultramar Marcelo Covelli, pueden tener una profundidad muy superior a los 2.000 metros.
Experto
El venezolano Hugo Marino, experto en buceo e investigación subacuática, había afirmado que puede encontrar los restos del desaparecido submarino argentino ARA San Juan en un plazo inferior a 100 días.
El submarino ARA San Juan desapareció hace más de seis meses, el pasado 15 de noviembre con 44 tripulantes a bordo. Desde entonces, más de 30 barcos y 16 aviones de todo el mundo han buscado la embarcación pero no han logrado dar con su paradero.
Marino ofrece sus servicios con un equipo de ocho ingenieros especializados y un equipamiento tecnológico preparado para sumergirse más de 1.000 metros de profundidad.
El tiempo previsto surge de un cálculo sobre la superficie sometida a la búsqueda, unas 1.600 millas marinas, velocidad de 4,5 nudos y un tiempo adicional por eventuales contratiempos climáticos, explicaron expertos.
A los 53 años y formado como economista, Marino es venezolano y tiene una empresa con sede en Miami, donde funciona desde hace diez años.