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Buenos Aires
El 27 de diciembre de 2013, la Asamblea General de la ONU, mediante la resolución A/RES/68/239 decidió designar el 31 de octubre de cada año, a partir de 2014, el Día Mundial de las Ciudades.
La Asamblea General invita a los Estados; al sistema de las Naciones Unidas, en especial ONU-Hábitat; a las organizaciones internacionales, a la sociedad civil; y a todas las partes interesadas a celebrar el Día y concienciar acerca de esta cuestión. También destaca que los costos derivados de las actividades relacionadas con la celebración de este Día deben sufragarse con contribuciones voluntarias.
La Asamblea General reconoce la importancia del acceso equitativo y adecuado a los servicios urbanos básicos, como pilar de una urbanización sostenible y, por tanto, del desarrollo económico y social generalizado.
Alienta a los gobiernos y a los asociados del Programa Hábitat a que planifiquen la ampliación de las ciudades en rápido crecimiento siguiendo las metodologías y principios del desarrollo sostenible, con objeto de evitar la proliferación de barrios marginales, mejorar el acceso a los servicios urbanos básicos, favorecer las políticas de viviendas inclusivas, aumentar las posibilidades de empleo y crear unas condiciones de vida seguras y saludables.

Mejor ciudad
En los últimos decenios, el mundo ha experimentado un crecimiento urbano sin precedentes. En 2015, cerca de 4000 millones de personas (el 54% de la población mundial) vivía en ciudades y, según las proyecciones, ese número aumentará hasta aproximadamente 5000 millones para 2030.
Las ciudades son hervideros de ideas, comercio, cultura, ciencia, productividad, desarrollo social y mucho más. En el mejor de los casos, las ciudades han permitido a las personas progresar social y económicamente. Sin embargo, también plantean muchos problemas, desde la presión que ejercen sobre la tierra y los recursos hasta la congestión, la contaminación, la falta de fondos para dotarlas de servicios básicos, la escasez de vivienda o el deterioro de las infraestructuras.
El Día Mundial de las Ciudades se estableció con el objetivo de promover el interés en la urbanización y fomentar la cooperación entre los países para aprovechar las oportunidades y afrontar los desafíos que plantea el urbanismo, así como para contribuir al desarrollo urbano sostenible en todo el mundo.
La urbanización planificada maximiza la capacidad de las ciudades para generar empleo y riqueza, y para fomentar la diversidad y la cohesión social entre diferentes clases, culturas, etnias y religiones. Las ciudades deben ser diseñadas para vivir juntos, crear oportunidades, permitir la conexión e interacción, y facilitar la utilización sostenible de los recursos compartidos.

Resilentes
En la última década, más de 220 millones de personas se han visto afectadas por los desastres naturales, que han causado pérdidas de 100.000 millones de dólares por año. Si no invertimos lo suficiente en las ciudades para hacerlas más resilentes, los desastres naturales podrían costar a las ciudades del mundo tres veces esa cifra por año.
Además, el cambio climático puede llevar a la pobreza a millones de residentes de las ciudades. Miles de ciudades y comunidades están sufriendo los impactos de la crisis: conflictos, desastres naturales, fracasos de los sistemas de gobierno y estrés económico.
El tema de este 2018 es “Construír ciudades sostenibles y resilentes”.
Las ciudades necesitan ayuda para convertirse en ciudades resilentes y desarrollar su capacidad para poder sobrellevar el impacto de las amenazas que sufren en la actualidad, proteger y salvar la vida de las personas, y limitar los daños contra los bienes públicos y privados.
Todo ello al mismo tiempo que continúan prestando la infraestructura y los servicios necesarios tras un momento de crisis.
Se necesitan, sin duda, innovadoras herramientas y nuevos enfoques que fortalezcan las administraciones locales y empoderen a los ciudadanos. Herramientas que les permitan enfrentarse a las nuevas situaciones y proteger mejor los recursos humanos, económicos y naturales. Los gobiernos deben crear políticas inclusivas que fomenten áreas urbanas resilientes y deben brindar apoyo a los gobiernos regionales y locales.