Hace tiempo que la Legislatura de Santa Cruz dejó en evidencia que no representa a los ciudadanos de la provincia, y que el bloque oficialista opera prácticamente «a sueldo» de los intereses de la familia Kirchner, y de dos o tres Ministros vinculados a «La Cámpora».
Comandados por el vice gobernador, Eugenio Quiroga la auto denominada – sin ningún tipo de vergüenza- La Cámara del Pueblo mantiene una agenda «a pedido» del Poder Ejecutivo y alejada de la lamentable realidad que sufren los santacruceños.
En definitiva, quienes deberían ser «nuestros representantes» y a quienes con «nuestros impuestos» pagamos sus abultados sueldos y viáticos, son apenas unos «levanta manos» a pedido de sus «patrones políticos».
Un proyecto para «felicitar» a Pablo González por su nuevo cargo como Presidente de YPF, rechazar la investigación de los «vacunados de privilegio» o negarse a tratar los problemas del personal de salud esencial; son apenas una muestra del ridículo que hacen los legisladores oficialistas; y eso teniendo en cuenta que apenas sesionaron una vez. Pero prometen aún más «absurdos»: una «ley para la tenencia y control de perros y gatos». Todo esto mientras se atienden negocios con nombre propio de Ministros; áreas ten diversas como la minería, el petróleo, la pesca; y lamentablemente, también la salud.
Esta patética caricatura de Legislatura aún tiene mandato por los tres años que restan para su recambio; y no para de dar señales respecto a su inutilidad para resolver los problemas que están llevando a Santa Cruz a un desastre de grandes proporciones.
Tal vez, amparados y confiados en que el 90 por ciento de los santacruceños tiene un vínculo con la administración púbica, directa o indirectamente – con salarios, subsidios o bolsón de comida – el oficialismo de Santa Cruz considera que su impunidad se mantendrá. Sumando a la complicidad de los medios oficialistas que se niegan a publicar voces disidentes, las perspectivas de la provincia están lejos de ser alentadores.
Dan «vergüenza»
En este contexto y tal vez a modo de «catarsis» e «impotencia» al ver que la «maquinaria kirchnerista» está destruyendo la Cámara de Diputados -que debería ser la salvaguardia de la democracia – la diputada de la oposición, Nadia Ricci admitió: «siento vergüenza por cómo funciona la Legislatura»
Ricci consideró que no se tratan los temas que preocupan a los vecinos, no se respetan a las minorías, ni se trabaja para cambiar Santa Cruz.
Es más, denunció que «algunos diputados oficialistas miran para otro lado mientras los vecinos sufren. La gente lo que está necesitando hoy de los funcionarios es una respuesta y eso no está sucediendo lamentablemente. Los diputados oficialistas no están interesados en la agenda de la gente ni en resolver los verdaderos problemas de la provincia», enfatizó Ricci. Para la legisladora hay un divorcio entre lo que pasa en las calles y las prioridades de los políticos del oficialismo.
«Esto ya sucedió cuando nos dieron la espalda respecto al ibuprofeno inhalado y con los muchos proyectos que presentamos y que fueron cajoneados. También sucede con los pedidos de informes que solicitamos que son, en definitiva, para controlar lo que se está haciendo el Gobierno Provincial con nuestro dinero y que, quedan sin resolverse».
En este contexto defendió el rol de la oposición y aclaró que «en varias oportunidades y a través de varios recursos se pidió saber cómo se está manejando el tema de la salud y de la educación: «Presentamos más de 15 proyectos desde una Ley de Emergencia hasta pedidos de informes y no logramos que una sólo persona diga algo al respecto. «Me da vergüenza sinceramente pertenecer a una Legislatura que está funcionando de esta manera», sostuvo.
Vacunados de privilegio
Finalmente y con relación al escándalo de las vacunas en la provincia dijo que «es inadmisible que la gente acusada de «adelantarse en la fila» y vacunarse, pertenezca al partido que pertenezca, siga sentada ejerciendo su función pública. Esta gente fue elegida por el pueblo para que vele por sus derechos. Tienen que renunciar a su cargo, con las disculpas no alcanza».
«En la Cámara no pudimos ni debatir el tema porque el oficialismo cajonea los proyectos y cierra los debates. Quieren seguir mirando para otro lado como si no pasar nada»