Dos de los desarrolladores más importantes afirmaron que el inmunizante nacional podría estar disponible en 2022.
Si bien los indicadores epidemiológicos de la Argentina mostraron una mejoría considerable en los últimos meses, la pandemia de coronavirus no terminó. El nuevo incremento de los contagios durante octubre y los importantes rebrotes registrados en diversos países de Europa son un claro ejemplo de ello y explican la preocupación del Gobierno por reforzar los esquemas de inmunización. En este contexto, la vacuna argentina contra el Covid se presenta como una alternativa valiosa que, según afirman tanto sus desarrolladores como funcionarios del Ejecutivo, podría sumarse el año próximo a la campaña de inoculación.
En total son cuatro los principales proyectos sobre los que el Gobierno tiene puestas sus expectativas y a los que otorga financiamiento. Se trata de la ARVAC, desarrollada por la Universidad Nacional de San Martín (Unsam), la Argenvac, por la Universidad Nacional de La Plata (UNLP); la CoroVaxG.3, el inmunizante de la Fundación Instituto Leloir (FIL); y un trabajo conjunto entre la UNLP, el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), el Conicet y otros socios estratégicos, aludido en un primer momento como la “vacuna Spinetta”.
Los proyectos que obtuvieron el apoyo estatal se definieron a través de una convocatoria realizada por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (I+D+i) para las vacunas más avanzadas en fase preclínica.
Investigación
ARVAC. Es un desarrollo de la Unsam, el Conicet y el Laboratorio Pablo Cassara. Se trata de una vacuna adyuvada recombinante que podría usarse como refuerzo y cambio de variante de las vacunas actuales y/o como inmunización primaria. En el primer caso, se aplicaría una sola dosis y en el segundo, dos. Fuentes del ministerio de Salud señalaron que este es el proyecto que lidera la carrera por la obtención de una vacuna nacional.
En relación con los plazos, podría estar disponible el inmunizante en 2022 con una formulación para refuerzo (única dosis) de las vacunas utilizadas en 2021 y en 2023 una vacuna de inmunización primaria de dos dosis. Asimismo, se detalló que el desarrollo entrará en fase 1 en enero-febrero y en fase 2/3 en marzo-abril, proceso que terminará a mitad de año.
CoroVaxG.3. Es el proyecto del Instituto Leloir en conjunto con el Conicet y la empresa Vxinz. A diferencia de las otras tres vacunas, su plataforma está basada en vehículos adenovirales del tipo de las producidas por Johnson&Johsnon, AstraZeneca, CanSino y Gamaleya (Sputnik V). “Sin embargo, no es igual ya que se trata de un vector adenoviral híbrido. Nuestra vacuna ha demostrado en animales ser más potente que versiones similares a las que circulan en el mercado y que desarrollamos en nuestro laboratorio para compararlas”, indicó Osvaldo Podhajcer, coordinador del proyecto, jefe del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular (LTMC) de la Fundación Instituto Leloir e investigador superior del Conicet.
El inmunizante es además el único de la serie que podría ser aplicado como monodosis. CoroVaxG.3 o una versión renovada de la misma está ahora en la fase final de lo que se llaman estudios preclínicos regulatorios y empezando a ser producida bajo buenas prácticas de laboratorio. Está en etapas muy cercanas al inicio del ensayo clínicoque pretenden arrancar el primer trimestre de 2022.
Argenvac. Es un inmunizante de dos dosis desarrollado por un consorcio público-privado integrado por la UNLP, el Conicet, la Universidad de Buenos Aires (UBA), el INTI, el ANLIS-Malbrán, la empresas Gihon Laboratorios Químicos S.R.L., Anlap y Sinergium.
Sobre los avances del desarrollo, actualmente continúa en etapa preclínica.
“ExSpinetta”. Aún sin un nombre oficial, se trata del desarrollo de la Unlp, VacSal IBB FCE, IBBA, INTA, INTI, Conicet, Fundación Instituto Leloir y el Instituto Maiztegui. La base es de proteína recombinante y contempla la aplicación de dos dosis. El proyecto es liderado por la doctora Daniela Hozbor, se encuentra actualmente en la fase preclínica y ha mostrado excelentes resultados en las pruebas con animales.
La investigadora de la UNLP señaló que una de las mayores ventajas de este desarrollo es el bajo costo de producción, derivado de la plataforma que emplea, y la mayor estabilidad por tratarse de una vacuna de componentes proteicos. Además, otra de las grandes ventajas es que no requiere de sistemas de conservación dependientes de freezers o ultrafreezers.
En relación con la denominación del inmunizante, se aclaró que “Spinetta” fue el nombre que se le dio “en una presentación que se hizo para obtener el subsidio del Fondo Argentino Sectorial (Fonarsec)”, pero se confirmó que la vacuna todavía no cuenta con uno propio.
Cabe destacar que las vacunas mencionadas comparten una temperatura de conservación entre los 2 y los 8°C y a excepción de la Argenvac, que realizará los ensayos en las próximas semanas, todas demostraron eficacia contra las nuevas variantes de Covid. Asimismo, cada una de las candidatas recibió un apoyo estatal a través de la Agencia I+d+i de $60.000.000, en tanto que a la ARVAC se le adjudicó un monto adicional de $7,2 millones.
El ministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, dijo a LA NACION: “Nuestro ministerio está financiando en este momento cuatro líneas de investigación preclínica, porque aspiramos a terminar el 2022, o comenzar el 2023, con una vacuna nacional. Lo que se está estudiando y lo que parece previsible es que haya que hacer refuerzos periódicos, y tener una vacuna nacional nos va a dar, sin lugar a dudas, soberanía respecto de estas decisiones”.
El funcionario remarcó que durante el tiempo de pandemia se observó con claridad que “los que monopolizan el conocimiento -como en este caso de la vacuna- pudieron decidir sobre la vida y la muerte de todos los que habitamos esta tierra. Y decidieron que haya países que estén discutiendo la tercera dosis, mientras que otros ni siquiera empezaron a vacunar”.
(La Nación)