La pobreza alcanza al 43,8% de los argentinos. Así lo informó la Universidad Católica Argentina (UCA) a través del Observatorio de la Deuda Social Argentina (ODSA).
Esta cifra bajó en comparación al último trimestre del año anterior, en el que la pobreza era de un 44,7%.
Por su parte, el desempleo también se redujo de un 14,2% a 9,1%. Sin embargo, se informó que la calidad de empleo, en los hogares cuyo nivel socioeconómico es bajo y muy bajo y en los trabajadores marginales, se debilitó.

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Además, la población quedó con menos poder adquisitivo. Es que tanto la inflación en la Argentina como la desocupación jugaron un rol clave.
Durante este año, solamente un 42,1% de la población activa tenía un empleo estable y gozaba de todos los derechos. Por su parte, el 29,6% contaba con un trabajo precario. Y, por último, 9,1% no tenía ninguno de los dos.
La cuarentena, a causa de la pandemia por COVID-19, fue un factor clave: entre 2019 y 2020 la desocupación creció del 10,6% al 14,2%.
“La posterior reactivación, el efecto de un persistente desaliento y las licencias por COVID-19 generaron que en 2021 la desocupación disminuya al 9,1% de la población económicamente activa”, establece el informe de la UCA.
Además, lo que sucedió entre 2020 y este año fue que muchas personas que no tenían un empleo, abandonaron las búsquedas al percibir que las posibilidades de encontrar un trabajo eran muy bajas.
Por otra parte, la media de ingresos mensuales de las personas con trabajo fue de $50.534.
Sin embargo, existe una brecha abismal dentro de este número: para quienes gozan de un empleo pleno, la cifra fue de $68.973, mientras que para quienes cuentan con un subempleo, el ingreso fue de $18.637.