Como una figura narcisista llamada Fernández de Kirchner responde a los fiscales que pidieron 12 años de prisión en su contra
No fue permitido por el tribunal que la vicepresidenta ampliara su declaración indagatoria durante el juicio.
Cristina (Wilhelm) Fernández de Kirchner, denunció este martes que las acusaciones en su contra y el pedido de prisión, inhabilitación y decomiso de sus bienes solo responden a una persecución judicial, ya que no hay prueba alguna de las imputaciones.
«Es una feroz campaña política y mediática», aseguró la expresidenta en un mensaje que se transmitió en vivo desde el Senado, y en el que aseguró que el juicio comenzó con «una ficción» a partir de «un guión falso y bastante malo».
«Este no es un juicio a Cristina Fernández de Kirchner, es un juicio al peronismo, a los gobiernos nacionales y populares a los que peleamos por la memoria, verdad, la justicia», afirmó al explicar que lo que se busca es disciplinar a los dirigentes políticos para que no combatan a los poderes empresariales y mediáticos.
También aseguró que, cuando dijo que ya tenían la sentencia escrita de antemano, se quedó «corta», porque en realidad todo el caso demuestra las falencias de un sistema judicial afín al expresidente Mauricio Macri, que actúa con intereses partidistas y que solo busca proscribirla.
Recordó, por ejemplo, que el macrismo acosó e hizo renunciar a la exprocuradora Alejandra Gils Carbó y montó un sistema de espionaje masivo e ilegal desde la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Además, Fabián Rodríguez, el exasesor judicial de Macri, se encuentra con orden de captura internacional.
«Rodríguez es el único político prófugo y no es peronista, es de ustedes, los macristas. Ninguno de nosotros se profugó cuando nos persiguieron, nos amenazaron y nos excarcelaron. Nos quedamos acá en la Argentina a dar cuenta. Ustedes huyen ante la primera citación», subrayó.
Imputaciones
Consideró, además, que el proceso es «una farsa» que va más allá del «lawfare» (persecución judicial) que ha habido en Bolivia, Brasil o Ecuador, ya que no solo se trata de estigmatizar a los dirigentes progresistas.
«Se trata de confundir a gobierno populares con asociaciones ilcitas, protegen a los que verdaderamente robaron en el país. El partido judicial no solo nos va a imputar a nosotros, los protege a ellos [los macristas]», dijo.
La víspera, los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola acusaron a la expresidenta de haber encabezado junto con su fallecido esposo y antecesor, Néstor Kirchner, una asociación ilícita que defraudó al Estado por un monto de 1.000 millones de dólares al direccionar las obras públicas de vialidad de la provincia de Santa Cruz a un solo empresario, Lázaro Báez, amigo de la familia Kirchner.
Junto con ella están acusados otros 12 empresarios y exfuncionarios. Todos podrán ofrecer sus últimas declaraciones en las próximas semanas, y se prevé que el tribunal dará a conocer su sentencia a más tardar en diciembre.
El lunes, los fiscales pidieron una pena de 12 años de prisión, inhabilitación perpetua para ocupar cargos públicos y el decomiso de los bienes de la vicepresidenta, lo que tensó el clima político e incrementó la polarización del país sudamericano, ya que la oposición da por probada la culpablidad y el oficialismo, su inocencia.
Mientras los fiscales argumentaban, la exmandataria sorprendió al solicitar al tribunal que se le permitiera ampliar su declaración indagatoria, ya que en la acusación se presentaron pruebas a las que ni ella ni sus abogados habían tenido acceso, lo que viola su derecho a la defensa.
Como el tribunal rechazó su pedido, Fernández de Kirchner decidió emitir un mensaje en vivo que este martes se transformó en el principal punto de la agenda política y que fue seguido por decenas de miles de personas.
Nuevas pruebas
A lo largo de una exposición que duró 90 minutos, la vicepresidenta presentó testimonios, documentos, llamadas y mensajes que contradicen a los fiscales, y que demostrarían los vínculos de varios de los imputados con empresarios o funcionarios del macrismo, que jamás fueron ni siquiera mencionados durante el proceso.
Otro eje del discurso fue la complicidad mediática de la prensa tradicional y antiperonista que investiga o maneja con doble estándar los casos judiciales para proteger al macrismo.
Como ejemplo, citó el caso de José López, el exsecretario de Obra Pública que en 2016 protagonizó uno de los escándalos más importantes de corrupción de este país, cuando se transmitieron videos en los que se le veía llevando bolsos con millones de dólares en efectivo a un convento.
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López ya fue condenado por ese caso y, además, está imputado en el juicio actual contra Fernández de Kirchner, quien dio a conocer transcripciones de la cercanía del exsecretario con Nicolás Caputo, un empresario al que Macri consideraba su «hermano», y que nunca fue llamado ni siquiera para declarar.
«Nunca investigaron el origen de los fondos de los bolsos de José López porque era de ustedes, los macristas», señaló.