El fin de semana pasado, 15 trabajadores recibieron un llamado telefónico en el que se les comunicó que eran despedidos de sus tareas laborales.
De hecho, tras la sorpresiva noticia, se manifestaron frente al Corralón municipal, ubicado sobre calle Paseo de los Arrieros de Rio Gallegos, en su mayoría eran mujeres.
“Nos tuvieron en negro un año”, expresó una de las mujeres hacia uno de los funcionarios a cargo del Corralón Municipal, Miguel Cader. Y otro indicó: “no nos pueden llamar un sábado para despedirnos”.
Así fue como el intendente Pablo Grasso echó en vacaciones a 15 personas. Las mismas mantenían tareas generales, no tenían contrato, tampoco eran monotributistas. Cobraban 40 mil pesos en negro y no tenían obra social.
El grupo que interrumpió el paso de los camiones de Recolección y Cloacas, hicieron el reclamo a Miguel Cader, funcionario de Grasso en el área de Medioambiente, a quien hicieron responsables de la actual situación de despido que sufrieron.
“Nosotros somos descartados por (Natalia) Quiróz – directora general de obras del municipio – que está de vacaciones y no da la cara, por eso manda a Cader a dar explicaciones que no puede, porque nosotros hace un año y medio que laburamos con frío, viento y heladas, pintamos sendas, limpiamos calles y hasta le construimos la casa de Quiroz cuando el año pasado mientras ella estaba de vacaciones en Colombia, nos mandó a todos a refaccionar su casa con herramientas y camionetas de la municipalidad”, señaló una mujer que se manifestaba mientras caminaba de un lado a otro, en diálogo con OPI Santa Cruz.
De acuerdo a fuentes cercanas al municipio, se ha podido constatar que, efectivamente, esta gente fue tomada para trabajos manuales en las calles de la ciudad y en condiciones de contratación sumamente precarias. La responsable directa, Natalia Quiroz, le habría dejado a Cader la tarea de los despidos, de manera telefónica.
Finalmente, las personas despedidas pidieron que les devuelvan el trabajo y los vuelvan a reincorporar.