Karin Silvina Hiebaum – International Press
La cleptomanía es un trastorno de la salud mental que consiste en la incapacidad recurrente para resistir el impulso de robar objetos que, por lo general, no necesitas. A menudo, los artículos robados no son de gran valor y podrías haberte permitido comprarlos. La cleptomanía es una afección poco frecuente pero grave. Si no la tratas, puede generar mucho dolor emocional para ti y tus seres queridos, y causar problemas legales.
La cleptomanía es un tipo de trastorno de control de los impulsos, es decir, un trastorno que se caracteriza por problemas con el autocontrol emocional o conductual. Si tienes un trastorno de control de los impulsos, tienes dificultad para resistir la tentación o el impulso de realizar un acto que es excesivo o perjudicial hacia otras personas o hacia ti mismo.
Muchos cleptómanos viven con vergüenza en secreto porque tienen miedo de buscar tratamiento para la salud mental. Si bien no existe una cura para la cleptomanía, el tratamiento con medicamentos o una terapia para desarrollar habilidades, centrada en controlar los impulsos, pueden ayudar a poner fin al ciclo de robar de forma compulsiva.
Los síntomas de cleptomanía pueden incluir los siguientes:
Incapacidad para resistir fuertes impulsos de robar artículos que no necesitas
Sentir mayor tensión, ansiedad o excitación antes del robo
Sentir placer, alivio o satisfacción durante el robo
Sentir mucha culpa, remordimiento, odio hacia uno mismo, vergüenza o temor de ser arrestado después del robo
Reaparición de los impulsos y una repetición del ciclo de cleptomanía
Características
Las personas con cleptomanía suelen presentan estos rasgos o características:
A diferencia de la mayoría de los ladrones de tiendas, las personas con cleptomanía no roban compulsivamente para beneficio personal, ni por un desafío, ni por venganza ni por rebelión. Roban simplemente porque el impulso es tan fuerte que no pueden resistirlo.
Por lo general, los episodios de cleptomanía suceden repentinamente, sin planificación ni la ayuda de otra persona.
La mayoría de las personas con cleptomanía roban en lugares públicos, como tiendas. Algunas pueden robar a amigos o conocidos, por ejemplo, en una fiesta.
A menudo, los artículos robados no tienen valor para quien tiene cleptomanía; además, la persona tiene los medios para comprarlos.
Además, los artículos robados suelen esconderse y no usarse nunca. Los artículos también pueden donarse, regalarse a familiares o amigos, o incluso devolverse secretamente al lugar de donde fueron robados.
Los impulsos por robar pueden ir y venir, o pueden producirse con mayor o menor intensidad a lo largo del tiempo.
Cuándo debes consultar con un médico
Si no puedes dejar de robar en tiendas o robar en general, busca asesoramiento médico. Muchas personas que pueden tener cleptomanía no desean buscar tratamiento porque tienen miedo de que las arresten o las lleven presas. Sin embargo, un proveedor de atención para la salud mental normalmente no denuncia los robos a las autoridades.
Algunas personas buscan ayuda médica porque tienen miedo de que las descubran y de tener problemas legales. También es posible que ya hayan sido arrestadas y estén obligadas legalmente a buscar tratamiento.
Si un ser querido presenta cleptomanía
Si sospechas que un amigo cercano o un familiar podría presentar cleptomanía, habla delicadamente sobre tus inquietudes con esa persona. Ten presente que la cleptomanía es un trastorno de salud mental, no un defecto de la personalidad, y acércate a tu ser querido sin juzgarlo ni culparlo.
Podría ser útil poner énfasis en estos puntos:
Estás preocupado porque te importa la salud y el bienestar de la persona.
Estás preocupado por los riesgos del robo compulsivo, como ser arrestado, perder un empleo o dañar una relación valiosa.
Entiendes que, cuando se tiene cleptomanía, el impulso de robar puede ser demasiado fuerte como para resistirlo con tan solo proponérselo.
Existen tratamientos eficaces disponibles para minimizar el impulso de robar y vivir sin adicción ni vergüenza.
Si necesitas ayuda para prepararte para esta conversación, habla con tu proveedor de atención médica. Quizás tu proveedor de atención médica te remita a un profesional de salud mental que pueda ayudarte a planificar una manera de plantear tus inquietudes sin hacer que tu amigo o pariente se ponga a la defensiva ni se sienta amenazado.
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Causas
Se desconocen las causas de la cleptomanía. Varias teorías sugieren que los cambios en el cerebro pueden ser la causa fundamental de este trastorno y que, con el tiempo, los patrones aprendidos de robar objetos refuerzan el problema. Se necesita investigar más para comprender mejor las posibles causas, pero la cleptomanía puede deberse a lo siguiente:
Problemas con una sustancia química cerebral llamada serotonina. La serotonina, un neurotrasmisor, ayuda a regular los estados de ánimo y las emociones. Los niveles bajos de serotonina son frecuentes en las personas que son propensas a tener conductas impulsivas.
Trastornos adictivos. Robar puede causar la liberación de dopamina (otro neurotrasmisor). La dopamina causa sentimientos placenteros, y algunas personas buscan tener esa sensación gratificante una y otra vez.
Sistema opioide del cerebro. El sistema opioide del cerebro regula los impulsos. Un desequilibrio en ese sistema podría dificultar resistirse a los impulsos.
Un hábito aprendido. Los impulsos son muy incómodos. Responder a los impulsos con robos disminuye temporalmente el sufrimiento emocional y los alivia. Esto crea un fuerte hábito que se hace difícil de dejar.
Factores de riesgo
La cleptomanía no es común. Sin embargo, es posible que algunos casos de cleptomanía nunca lleguen a diagnosticarse. Algunas personas nunca solicitan tratamiento. Otras van a prisión tras varios robos.
La cleptomanía a menudo comienza en la adolescencia o en la adultez temprana, pero también puede iniciarse más tarde. Aproximadamente, dos tercios de las personas con cleptomanía conocida son mujeres.
Los factores de riesgo de la cleptomanía pueden comprender los siguientes:
Antecedentes familiares. Tener un pariente consanguíneo (como un padre, una madre o un hermano) con cleptomanía u otros trastornos adictivos puede aumentar el riesgo de tener cleptomanía.
Tener otra enfermedad mental. Las personas con cleptomanía suelen tener otros trastornos mentales, como la ansiedad, la depresión o un trastorno por abuso de sustancias.
Complicaciones
Si no se trata, la cleptomanía puede causar problemas emocionales, familiares, jurídicos, laborales y financieros graves. Por ejemplo, sabes que robar está mal, pero te sientes incapaz de resistir el impulso. Por ello, es posible que te sientas con mucha culpa, vergüenza, odio a ti mismo y humillación. Además, te podrían arrestar por robar. También puede darse el caso de que lleves una vida respetuosa con la ley, y sientas confusión y disgusto por tu conducta de robo compulsivo.
Entre otras complicaciones y afecciones asociadas a la cleptomanía se encuentran las siguientes:
Otros trastornos de control de impulsos, como la ludopatía o las compras compulsivas
Abuso de alcohol u otras sustancias adictivas
Trastornos de la personalidad
Trastornos de alimentación
Depresión
Trastorno bipolar
Trastornos de ansiedad
Pensamientos y comportamientos suicidas
Prevención
Debido a que las causas de la cleptomanía no están claras, aún se desconoce la forma de prevenirla con certeza. Recibir tratamiento en cuanto comienza el robo compulsivo puede ayudar a evitar que la cleptomanía empeore y a prevenir algunas de sus consecuencias negativas.