Osvaldo Daniel Rofrano advirtió luego de recibir amenazas, que no se iba a suicidar. Ya había denunciado en redes que Mendoza era «tierra de nadie», despejada para el tráfico narco y hasta denunció complicidad de la ministra de Seguridad y del ministro de Defensa Luis Petri. Pese a que tenía las manos y pies precintados, la Policía considera la versión de un suicidio.
Un empresario reconocido en Mendoza que denunció a los narcos en sus redes sociales -y recibió amenazas- fue encontrado asesinado en su pileta. La víctima fue identificada como Osvaldo Daniel Rofrano, de 63 años, presidente de Gases Aconcagua.
El empresario fue encontrado por su esposa cuando regresó al barrio privado Las Candelas II, en Chacras de Coria. Allí observó el cuerpo de Rofrano flotando en la pileta con precintos en las manos y en los pies.
De manera inmediata dio aviso a las autoridades del exclusivo country, quienes al ver la escena llamaron al 911, motivo por el cual efectivos de la policía y la fiscal de Homicidios, Andrea Lazo, se presentaron en el lugar, según informó la agencia Noticias Argentinas.
Días previos a su muerte, el empresario había utilizado sus redes sociales para denunciar amenazas por parte de “líderes narcos y de la trata”. También, ha realizado varias publicaciones en las que denuncia a la actual ministra de Seguridad Patricia Bullrich, a la que se refiere como a «Pato» e incluso, al ministro de Defensa Luis Petri, por complicidad.
“Ante las amenazas recibidas por tucumanos, aclaro: no me voy a suicidar. Cualquier daño que se produzca a nuestra familia y/o empresa, responsabilizo a los mafiosos líderes narco y de trata que pretenden amedrentar a los que ponemos la vida para seguir generando trabajo y dignidad…”, expresó en su publicación.
Pese a que los investigadores tienen diversas hipótesis, llama la atención que en dicha manifestación pública sostuvo que no se iba a suicidar.
Aun así, los investigadores explicaron que las cámaras de seguridad de la vivienda no registraron el ingreso de terceras personas y a su vez, aunque apareció atado con precintos, los mismos estaban desajustados por lo que buscan instalar la versión de un posible un suicidio.
Sin embargo, pese a la hipótesis que pretenden las autoridades, hay conmoción en el barrio privado y la localidad ya que, según TN, el propio empresario le había contado al intendente Esteban Alasino sobre las presuntas amenazas.
La justicia ya investiga al exsecretario de Seguridad. La interna del PRO
La Oficina Anticorrupción denunció a Ventura Barreiro, el ex número dos de Bullrich
Finalmente la Oficina Anticorrupción denunció al exsecretario de Seguridad, Vicente Ventura Barreiro, el exnúmero dos de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich. La OA lo acusó de negociaciones incompatibles con la función pública por considerar que el exfuncionario quiso incidir en una licitación que hizo Ministerio y con la que se buscaba comprar alimentos para las cárceles federales. La denuncia quedó radicada en el juzgado de Daniel Rafecas.
La salida de Ventura Barreiro de la cartera que conduce Bullrich se dio en el marco de la disputa interna que la ministra mantiene con el nuevo presidente del PRO, Mauricio Macri. En ese contexto, Ventura responde al diputado Cristian Ritondo con quien Bullrich también está enfrentada por la conducción del PRO bonaerense. El legislador, que responde a Macri, le vació el partido que estaba en manos de gente cercana a la ministra.
Es por es que cuando se conoció la decisión de Bullrich de sacar a Ventura Barreiro se consideró que era una baja fruto de la disputa interna del PRO. Desde las filas de Ritondo, lo relacionaron directamente con el cierre de listas. Y adelantaron que no le iban a dar ni un vocal.
Más allá de las especulaciones políticas de la gente de Ritondo, el Ministerio terminó presentando ante la OA una demanda contra el ahora exfuncionario. El organismo decidió, tras una investigación y estudio de la documentación presentada, que se podía denunciar penalmente a Ventura Barreiro.
El delito
Según la Oficina Anticorrupción existen «elementos suficientes para sostener la posible comisión de delitos, por lo que se ha procedido a radicar la pertinente denuncia ante la justicia federal, para que en ese ámbito se determinen quiénes son los responsables de los hechos en cuestión”. Por ahora la OA decidió no ventilar más detalles del caso para «no frustrar ni entorpecer el accionar judicial”.
De acuerdo a lo que trascendió, la semana pasada el titular del Servicio Penitenciario Federal, Fernando Martínez, advirtió a Bullrich la maniobra de Ventura Barreiro que, según el funcionario, lo había citado para preguntarle sobre la licitación de alimentos. Ante ello, la ministra eyectó a su entonces segundo en el Ministerio y luego escribió en sus redes sociales: «Le acabo de pedir la renuncia al secretario de Seguridad, Vicente Ventura Barreiro, por haber intentado interferir en un proceso licitatorio de servicios de comida para el Servicio Penitenciario Federal», posteó.
El pliego
Según Martínez, el exfuncionario le preguntaba detalles de la licitación y hasta le llegó a decir que el exdirigente radical Enrique «Coti» Nosiglia estaba interesado porque había unas empresas que tenía vínculos con él y que esperaban participar de la licitación. «Las empresas se manejan poniendo plata siempre para que las cosas funcionen y que esa es una práctica habitual”, dice el escrito que presentó Bullrich.
El jefe del Servicio Penitenciario Federal asegura que se negó a cualquier tipo de acuerdo que le ofrecía Ventura. Es más, trascendió también, que Martínez le había dicho que pronto reemplazaría a Bullrich. Incluso que le había entregado una copia del pliego de la licitación con correcciones que, supuestamente, favorecería a las empresas que tenían vínculo con Nosiglia.
Más allá de los detalles de la denuncia que recibió la OA y ahora está en el juzgado de Rafecas, entre los colaboradores de Ritondo persiste la idea de que lo que está viviendo Ventura Barreiro no es más que «una vendetta» del sector de Bullrich por la pelea por el control del PRO y la relación con el gobierno de Javier Milei.