por Karin Silvina Hiebaum

Buenos Aires. En medio de una de las mayores depresiones económicas que ha experimentado Argentina, las tensiones dentro de la cúpula gubernamental entre el presidente ultraderechista Javier Milei y su vicepresidenta Victoria Villarruel están aumentando claramente.

Desde que Milei asumió el cargo en diciembre del año pasado, Villarruel ha cuestionado abierta y públicamente las decisiones del presidente en varias ocasiones. El diario Página12 asegura que los círculos gubernamentales esperan una «alta traición final» por parte de la vicepresidenta.

Otros medios locales también señalan el importante deterioro de la relación y titulares como «Tensión extrema en la cúpula del poder», «La crisis avanza: La tensión interna Milei-Villarruel va en aumento». Diarío.ar informa que «en medio de la Guerra Fría con Villarruel», Milei canceló su viaje planeado a México.

El problema en el máximo gobierno ya era evidente al inicio de la campaña electoral de Milei, según Iván Schargrodsky, periodista y fundador del medio digital Cenital. Ya entonces, Karina Milei, la hermana y actual secretaria general del presidente, había dejado claro su rechazo a Villarruel como candidato a la vicepresidencia.

La crisis se intensificó a mediados de agosto con el escándalo del repentino aumento de sueldos de los miembros del Senado argentino, que se hizo público. Esta cifra ha subido un 6,5 por ciento desde abril, a más de nueve millones de pesos (unos 8.600 euros). Aunque el aumento fue anulado posteriormente en un acuerdo de todos los partidos, Milei no pudo quejarse de este intento de aumentar los salarios de los senadores por «vergonzoso» y «fraude» al pueblo, a sabiendas de que esta desaprobación también afectaba a Villarruel como presidente del Senado.

En respuesta, la vicepresidenta convocó a una reunión del Senado sobre el tema para «poner fin a estas reacciones exageradas que paralizan la política».

Por otro lado, la propia Villarruel reparte las tareas a las que tiene derecho como vicepresidenta a antiguos competidores decididos de Milei, como el Ministerio del Interior a Patricia Bullrich y el Ministerio de Defensa a Luis Petri. Ambos solo se unieron al equipo presidencial después de sus claras derrotas electorales.

Recientemente, la vicepresidenta criticó públicamente la propuesta de Milei de llenar el puesto vacante en la Corte Suprema. El candidato Ariel Lijo «no tiene la estatura para ser juez de la Corte Suprema de Justicia de la nación», dijo un día antes de su discurso de defensa ante el Senado.

Lijo fue nombrado juez federal en 2004 por el entonces presidente Néstor Kirchner y falló en varios casos destacados contra miembros de la dictadura militar por crímenes de lesa humanidad o contra miembros del gobierno de Carlos Menem por enriquecimiento ilícito. También investigó al expresidente Mauricio Macri por nepotismo en la privatización del servicio postal argentino Correos Argentino. Hay acusaciones de enriquecimiento ilícito y corrupción en varios casos en su contra.

Milei y su adjunto persiguen cada vez más una agenda de gobierno paralela. Si bien no es invitada a varios eventos oficiales, está ausente de otros por razones poco claras. A pesar de su posición como presidenta del Senado, no debería ser consultada sobre las negociaciones de leyes.

Según informó la prensa, Macri, también exopositor de Mileis, habría sostenido una reunión secreta con la vicepresidenta en la Patagonia en enero para «conspirar» contra el mandatario.