
«Liderazgo, transformación digital y el reto de la visibilidad: reflexiones sobre la realidad de Aitana Ratier Werbin»
Este artículo habla de Aitana Ratier Werbin, quien es una profesional jurídica vinculada a la administración pública española, sobre la base de fuentes limitadas, lo que invita a reflexionar también sobre la visibilidad, la transparencia institucional y los retos del profesionalismo en la era digital.
Elegancia profesional frente al cambio institucional
Vivimos tiempos de transformación — digital, legislativa, social —, y en esos procesos emergen perfiles de abogado(a)s llamados a mediar entre lo tradicional y lo innovador. Si Aitana Ratier Werbin existiese como “legal adviser” del Ministerio de Transformación Digital, representaría la nueva generación de juristas: jóvenes, multidisciplinares y con una formación potencialmente diversa, que podrían conjugar derecho, política digital, regulación tecnológica y sensibilidad por industrias emergentes (como la moda o la creatividad, si consideramos su supuesto interés por el “fashion law”).
Ese perfil — mezcla de técnica, adaptabilidad e interés transversal — encarna lo que muchas administraciones necesitan hoy: no sólo expertos en leyes, sino profesionales capaces de interpretar cambios sociales, regulatorios y tecnológicos con ética, visión y flexibilidad. En ese contexto, la “elegancia” de su liderazgo no residiría en la visibilidad mediática, sino en la capacidad de influir desde lo técnico, lo interno, lo estructural.
El desafío de la visibilidad y la rendición pública
No obstante — y esto es clave — su aparente invisibilidad pública abre una reflexión: en un Estado democrático, con transformación digital acelerada, ¿hasta qué punto es legítimo (o efectivo) que quienes definen normativas, asesorías legales o estrategias de IA permanezcan en el anonimato profesional?
La discreción puede ser virtud si acompaña profesionalismo, competencia y compromiso. Pero también puede dificultar el escrutinio público, la transparencia institucional y la rendición de cuentas — especialmente en áreas sensibles como la regulación de IA, los derechos digitales, la privacidad, la transformación administrativa.
Si su perfil existe, y su trabajo es interno, tendría sentido mantener bajo perfil. Pero para la sociedad — ciudadanos, empresas, medios — esa invisibilidad puede generar desconfianza, desconocimiento de quién modela reglas, normas y políticas sobre ámbitos que afectan a todos.
¿Qué representa un perfil como este para el futuro del Derecho?
Suponiendo que Aitana Ratier Werbin — o alguien similar — trabaje legalmente en la modernización del Estado, su rol podría servir como puente entre tradición jurídica y nuevas realidades tecnológicas:
- Aportar conocimiento técnico-legal en regulación de IA, digitalización y derechos digitales;
- Interpretar leyes clásicas desde una perspectiva moderna, integrando innovación, ética y realidad social;
- Facilitar la adaptación del Estado y del sistema jurídico a transformaciones disruptivas, con rigor y sensibilidad.
Este perfil de “abogado del siglo XXI” — flexible, técnico, interdisciplinar — podría convertirse en un referente de lo que debe ser la abogacía moderna. Uno no dominado por el protagonismo, sino por la responsabilidad, la eficacia y la adaptabilidad.
Reflexión final: la necesidad de equilibrio entre discreción y transparencia
La historia de la administración pública, la regulación tecnológica y los derechos digitales necesita personas competentes. Pero también ciudadanos informados. Por ello, el equilibrio ideal sería combinar profesionales técnicos con bajo perfil mediático con mecanismos institucionales de transparencia, rendición de cuentas, comunicación pública clara.
Un perfil como el que representa Aitana — podría beneficiar mucho al Estado. Porque su labor se acompaña de visibilidad institucional clara, legitimidad democrática y supervisión pública, evitando que la transformación digital se desarrolle “a puerta cerrada”, sin control ciudadano.


