Caleta Olivia
El 23 de Mayo se celebra el Día del Cine nacional, en homenaje a la primera película argumental, “La Revolución de Mayo”, estrenada en el Teatro Ateneo de Buenos Aires, el 23 de Mayo de 1909.
El film original estaba dividido en 15 cuadros de los cuales se conservan solo 9, cada uno de ellos precedido por un cartel. En el film se relatan los acontecimientos del 25 de Mayo de 1810 y los sucesos de los días precedentes.
El cine argentino ha sido históricamente de los tres más desarrollados en Latinoamérica, junto al mexicano y al brasileño.
La producción argentina ha sido nominada en muchas oportunidades a los premios Oscar en la categoría “Mejor película extranjera” y es el único país de Latinoamérica en ganarlo dos veces, con la película “La historia oficial” (1985) y la película “El secreto de sus ojos” (2009).
Historia
El cine de Argentina ha sido históricamente uno de los más desarrollados del cine latinoamericano.? A lo largo del siglo XX la producción cinematográfica argentina, apoyada por el Estado y avalada por el trabajo de una larga lista de directores y artistas, se convirtió en una de las principales del mundo en idioma castellano.
Poco después de la aparición del cinematógrafo en Francia, se efectúa, el 6 de julio de 1896 en un salón de la calle Florida 344, la presentación del “Vivomatógrafo” en lo que constituye la primera proyección cinematográfica del país en la ciudad de Buenos Aires. No ha sido aún identificado con certeza el origen de los films proyectados en esa primera tanda de funciones. El cinematógrafo de Lumière, por su parte, es presentado unos días más tarde, el 18 de julio de 1896, en el Teatro Odeón; en este caso se trataba de los célebres cortos de los Hermanos Lumière que se habían estrenado el año anterior en París, Francia. Tiempo antes, también en esa ciudad, se había importado sin mayores repercusiones el espectáculo del kinetoscopio, invento del estadounidense Thomas Alva Edison. Estas actividades fueron durante mucho tiempo no más que una forma de entretenimiento y actividad comercial.
A cuatro meses de la primera presentación de cine en Buenos Aires, el 24 de noviembre de 1896 se presentaron las primeras vistas tomadas de “la Avenida de Mayo y Avenida de Palermo”; producidas por Federico Figner, convirtiendo en el primer camarógrafo argentino a José Steimberg. Estas pueden ser consideradas las primeras obras cinematográficas nacionales.
En los primeros años del siglo XX varios autores argentinos continuaron experimentando las posibilidades del nuevo medio, realizando noticieros y registros documentales. A partir del año 1901 surgen las primeras películas con argumento: en ese año Eugenio Alejandro Cardini filmó Escenas Callejeras en la que dirigió a actores no profesionales; Mario Gallo, por su parte, inició una serie de producciones profesionales de temática histórica y patriótica, que tuvo como primera realización a “La Revolución de Mayo”, estrenada el 22 de mayo de 1909 en el teatro Ateneo (de esta película, a diferencia del resto de la serie de sus producciones, se conserva copia incompleta en la Cinemateca Argentina).
La historia y literatura nacionales proporcionaron la temática básica del cine argentino en sus comienzos. Uno de los primeros éxitos del cine nacional fue Nobleza Gaucha, película realizada en 1915 por Humberto Cairo, Eduardo Martínez de la Pera y Ernesto Gunche, inspirada en el Martín Fierro de José Hernández. El primer largometraje sería Amalia (1914), sobre la novela homónima de José Mármol. En 1917 se realizaba El apóstol, primer largometraje animado de la historia del cine, consistía en una sátira al entonces presidente Hipólito Yrigoyen. Ese mismo año debutaba Carlos Gardel, en el filme Flor de durazno dirigido por Francisco Defilippis Novoa.
El cine sonoro
La incorporación del sonido tuvo una gran influencia sobre el público. En 1931 se filma Muñequitas porteñas dirigido por José A. Ferreyra, que sería el primer filme sonoro y hablado a través del sistema Vitaphone de sincronización sonora. Aunque, en 1998, el reconocido periodista investigador Roberto Di Chiara descubrió el primer film político denominado “Por una Argentina grande, justa y civilizada” (1931) de Federico Valle, en donde hablan Lisandro de la Torre, Mario Bravo, Julio Noble, y otros, película desconocida por el pueblo argentino. Hacia 1933 se da la llegada del sistema Movietone, el primero que permite guardar la banda sonora en el mismo soporte que la imagen. Nacen ese mismo año los dos primeros estudios cinematográficos del país: Argentina Sono Film fundado por Ángel Mentasti, y Lumiton creado por Enrique Telémaco Susini, César José Guerrico y Luis Romero Carranza. Luego llegaría el sistema de sonido óptico inventado por Lee De Forest, el Phonofilm. Con este equipamiento se grabó varios números musicales de Carlos Gardel, a la manera del actual videoclip.
Clásico
En 1942 Argentina empieza a ser castigada por Estados Unidos debido a su posición neutral en la Segunda Guerra, dictando la suspensión de la importación de película virgen. Hacia 1944, debido a la falta de materia prima, la industria nacional estaba herida de muerte y los mexicanos imponían sus productos. Un año después que Perón ganó las elecciones en el 46, se aprueba la Ley de Cine, logrando como resultado que en 1950 se producen 58 películas; todo un récord de producción. El cine criollo creció a la sombra del peronismo, expandiéndose a otros países de habla hispana Dios se lo pague, que batió récords de audiencia en buena parte del planeta.
Con la dictadura llamada Revolución Libertadora, en 1955, se cortan los créditos y el cine argentino enfrenta su peor época: se suspende por completo la producción y durante dos años no se estrenará ningún film argentino. El cine estuvo signado por una paralización de la producción cinematográfica, la suspensión de los créditos y la persecución de los hombres y mujeres de la industria cinematográfica que padecían la inclusión en listas negras, especialmente los ligados al peronismo o la izquierda.2?1
Nuevo cine argentino
Desde 1957 una nueva generación de directores consiguió aunar la habilidad técnica con el refinamiento estético, por lo que se consiguió participar en festivales internacionales. Leopoldo Torre Nilsson, Fernando Ayala, David José Kohon, Simón Feldman y Fernando Solanas, fueron los protagonistas de esta renovación del cine argentino en la década de 1960.
Un caso excéntrico es el de Hugo Santiago, creador de dos filmes de culto, Invasión y Los otros, emigrado definitivamente a Francia. Posteriormente otros directores consiguieron su estilo cinematográfico, como José Martínez Suárez, Manuel Antín, y Leonardo Favio. En el cine infantil de dibujos animados se destaca Manuel García Ferré (Petete y Trapito, 1975; Ico, el Caballito Valiente, 1981).
En la década de los 80, realizadores como María Luisa Bemberg con Camila (1984), Pino Solanas (El exilio de Gardel (Tangos), Sur, Luis Puenzo (La Historia Oficial) (que consiguió el Premio Óscar a mejor película extranjera de 1985) y Adolfo Aristarain (Tiempo de revancha, Un lugar en el mundo) atrajeron la mirada de nuevos públicos.
En la década del noventa surge una nueva corriente denominada comúnmente como nuevo cine argentino, marcada por el carácter independiente de las realizaciones y un cambio en la mirada. El precursor en este movimiento es Martín Rejtman quien hace en 1991 su ópera prima Rapado. Otro interesante filme que marca un punto de inflexión en la realización es Picado fino (1994) de Esteban Sapir. Sin embargo, no será hasta 1998 que estos nuevos realizadores logran tener una mayor difusión.