Caleta Olivia
A una semana de finalizar marzo, el intendente Facundo Prades, aún debe el cincuenta por ciento de los salarios de los módulos 6 , 7 y docentes.
En tanto, ayer desde el gobierno provincial se anunció el envío de 10 millones de pesos (girados el miércoles por Nación) correspondiente a Aportes del Tesoro Nacional (ATN).
De este modo, hoy tendrían acreditados sus salarios los módulos 4 y 5, adelantaron fuentes gremiales.
El conflicto, por el que aún la comuna no logra estabilizar las finanzas, genera que los trabajadores sigan con paros en todos los sectores, y en consecuencia se profundiza la crisis en varios servicios esenciales, como el de recolección de residuos.
Ayer, José Avellaneda delegado de Rentas aseguró a Diario Más Prensa que el martes habrá reunión de delegados, Comisión Directiva y se “aprovechará para dialogar en el plenario que desarrollará en Caleta la Federación de Trabajadores Municipales (FETRAM)”.
“Cada mes estamos más complicados y no descartamos que el martes, definitivamente lleguemos a una profundización total de la medida de fuerza”, aseguró Avellaneda, cansado de no “encontrar una solución a la grave problemática”.
Ciudad en decadencia
Si en el 2016, el conflicto municipal pareció haber tocado fondo, este año los problemas se profundizaron. De las posturas de ambos actores (el Ejecutivo Municipal y el gremio SOEMCO) se desprende que la única variable para superar la paralización de la ciudad, es una cuestión de plata. La postura de no trabajar, o mantener medidas de quiete de colaboración permanentes ya esta naturalizada tanto para los empleados de la comuna como par los vecinos. A su vez, el Ejecutivo parece que concentró toda su gestión en la búsqueda de fondos para pagar salarios. Así, el primer trimestre del año, fue de total abandono para Caleta Olivia, algo que se puede observar en el deterioro de los espacios públicos, la basura que se acumula y otras deficiencias.
Mientras el gremio y la comuna mantiene sus diferencias y nadie encuentra alternativas para poner en marcha la municipalidad, los vecinos siguen siendo apenas espectadores.