Puerto Deseado
Durante el fin de semana que pasó numerosos menores fueron conducidos a las dependencias policiales de Puerto Deseado por encontrarse en lugares y horarios no adecuados a su condición.
El problema preocupa a las autoridades por la despreocupación que evidencian muchos progenitores y por el aprovechamiento que se estaría haciendo de esta circunstancia en sitios no habilitados.
En declaraciones a FM Desiré, el comisario Raúl Varela mencionó que en la madrugada del sábado se constató, en un domicilio particular de la calle 15 de julio, entre Zar y Moreno, “la presencia de menores que se hallaban ingiriendo bebidas alcohólicas en la vía pública”, por lo que se procedió a la identificación y posterior traslado a la dependencia policial.
“Otros fueron entregados en el hospital, previa certificación médica, constatándose que tenían ingesta de alcohol, lo cual era obvio porque el personal los vio”.
Por Whatsapp
Sobre este particular indicó que “ya en otros fines de semana se ha visto en esa vivienda la presencia de jóvenes, que aparentemente se convocan por Whatsapp”, aclarando que “no sólo pasa en esa casa sino en otros lugares donde los padres les prestan viviendas a menores para que organicen algún festejo y terminan ingresando bebidas alcohólicas”. Recordó que existe en Puerto Deseado la ordenanza 6531, que indica que para prevenir situaciones violentas o en las que queden involucrados agresores o víctimas menores, “se trata de prevenir el ingreso de sustancias o alcohol, o que haya adultos que les permitan el ingreso a locales nocturnos o viviendas particulares”.
Varela señaló que “fueron dos casos el fin de semana, y esto es un problema porque tuvimos que trasladar quince menores, lo que lleva a que el personal de servicio tenga que estar ocupado exclusivamente en el traslado de los menores, paso por el hospital, entrega a los padres, evitando con esto que podamos desarrollar la prevención en cuanto a robos, hurtos y daños”.
Menores sin control
Más adelante reflexionó que “ahí surge que muchos de los padres no saben dónde están y les abren las puertas el fin de semana para que salgan, no saben dónde van, no tienen control sobre eso, mientras los menores se están juntando con adultos de dudosa moralidad, algunos con antecedentes, e ingresan en viviendas particulares donde se le ofrece consumo de alcohol y vaya a saber qué otras sustancias”.
“Queremos evitar que haya lesiones físicas, y hasta abusos sexuales, como se está investigando un caso en Las Heras”, agregó.
El comisario insistió en la intención de prevenir. “Para eso los padres nos tienen que ayudar, porque si los menores andan deambulando hasta altas horas de la madrugada o metiéndose en locales nocturnos o casas donde tienen acceso permitido a alcohol y otras sustancias, después no se pueden prevenir hechos lamentables, que después llevan a que quieran buscar responsabilidades en instituciones cuando en realidad corre por los padres empezar a poner un poco de límites, o bastantes límites en estas cuestiones”, planteó.
Dos fiestas
“En la madrugada del sábado esto parecía una guardería”, graficó el jefe policial, detallando que “se detectaron esa noche dos fiestas convocadas por Whatsapp por menores… en una se constituyó un mayor y aceptó desalojar la vivienda voluntariamente, y en otra tuvo que actuar el personal policial, porque algunos adultos se metieron en la casa y en ese caso necesitamos una orden de allanamiento para poder ingresar”.