detras

Caleta Olivia
Detrás de cada persona hay una historia. Sea un vecino, un alumno o un trabajador. El maltrato en la escuela se llama bullying, en el trabajo mobbing y en la vida injusticia.
Todos debemos tener en cuenta la historia del prójimo. Tal vez hay dolor, sufrimiento, necesidad o pena.
El respeto por el otro nos mejora, sí; nos mejora. Todos somos distintos, todos tenemos diferentes formas de pensar, hablar, actuar y hasta reaccionar.
Y muchas veces si el otro no es como yo, lo critico y hasta lo ataco. Lo ataco difamándolo, esquivándolo, violentándolo.
Volvamos al respeto, respeto por mi lugar, respeto por tu lugar, respeto por quien soy, respeto por quien sos. Todo tenemos un nombre, una historia, un propósito. Todos somos iguales ante el Creador, el que está detrás de un escritorio, al que es chofer de algún vehículo, el que opera en un hospital, al que pinta una casa, el que dirige una gran empresa, al que enseña en la escuela, el que arregla un jardín, al que le toca ser gobernante. Nadie debe menospreciar a nadie.
La humildad y el respeto son los tesoros de pocos. La altivez y el orgullo son las espinas de muchos. Si prestáramos más atención a cómo podemos cambiarle el día a una persona o por qué no la vida. Con tan solo una palabra, un abrazo, un favor o una desinteresada acción.
Has valer tu vida y la vida de los demás. Es el tiempo de mejorar las relaciones, los lugares donde nos movemos, aprendemos y trabajamos. Que a partir de hoy todos respetemos la vida, la historia y el camino del otro.
Piensa y luego actúa. Si estás siendo injusto con vos mismo o con alguien, empieza por reflexionar y dar un giro a tu actitud ahora mismo. Se puede ser mejor persona, se puede ser mejor gente, lo importante es querer.
Recuerda que detrás de cada niño, joven, adulto o anciano hay una historia y un camino. Respetemos al otro y marquemos la diferencia.

Por Roberto Godoy.