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Por Claudio Pagano
En manejo de masas desde el punto de vista Económico es más sencillo crear consumidores que someter a esclavos.
En manejo de masas desde el punto de vista Político es más sencillo crear cautivos que someter a ciudadanos
“La industria de las relaciones públicas, la industria de la publicidad es la que se dedica a la creación de consumidores. Este es un fenómeno que se desarrolló en los países más libres, en Gran Bretaña y los Estados Unidos. Y la razón es muy clara”.
Se volvió clara hace aproximadamente un siglo, cuando se dieron cuenta de que no iba a ser fácil controlar a una población con el uso de la fuerza. Habían ganado demasiada libertad: sindicatos, parlamentos con partidos para los trabajadores en muchos países, el derecho al voto de la mujer… Por lo tanto tenían que encontrar otros medios para controlar a la gente.
De esto se dieron cuentan y comprendieron que tenían que controlarlos mediante el control de las creencias y las actitudes.
Cuando hablamos del término actitud, una de las mejores formas de formas de controlar a las personas es lo que el gran economista Thorstein Veblen llamó: fabricando a consumidores.
Si podes fabricar deseos, se puede hacer que obtener cosas que están a tu alcance sea la esencia de la vida. De esta forma las personas van a quedar atrapados convirtiéndose en consumidores. Y se hace con gran sofisticación, como este anuncio de Malboro:
“Ya no se ven muchos sementales salvajes. Es uno de los últimos de una raza salvaje y muy singular. Venga al país de Malboro”.
Lo ideal es lo que se ve hoy en día, dónde si los adolescentes tienen un sábado por la tarde libre van a ir a un centro comercial, no a la biblioteca u otro lugar.
La idea con esto, es tratar de controlar a todos, para instalar a la sociedad dentro de un sistema perfecto.
El sistema perfecto sería una sociedad basada en una díada, en un par. Ese par es Usted y su televisor, o tal vez ahora, Usted y el internet.
Lugar en el que se presenta como debería ser la vida apropiada, el tipo de aparatos que deberías tener. Recordándote que debes gastar tu tiempo y esfuerzo para conseguir esas cosas, que no necesitas y que no quieres, y que probablemente terminarás tirando. Pero eso es lo necesario para una vida digna.
Lo que vemos en la publicidad de la televisión podemos entenderlo a través de esto: si alguna vez has tenido alguna formación sobre economía sabes que los mercados se supone que se basan en “consumidores informados tomando decisiones racionales”.
Pues bien si tuviéramos un sistema de mercado así, un anuncio de televisión, como por ejemplo de General Motors, consistiría en poner información diciendo: “esto es lo que tenemos para vender”.
Pero en realidad eso no es lo que un anuncio de automóviles es. Un anuncio para un coche se vende como si de un ídolo del fútbol se tratara, el coche haciendo alguna locura, como subir una montaña o algo así.
El punto está en crear consumidores desinformados que van a tomar decisiones irracionales. De eso es lo que trata al día de hoy la publicidad.
Y cuando la misma institución, el sistema de representación democrático lleva a cabo las elecciones lo hace de la misma manera.
Quieren crear un electorado desinformado, que va a tomar decisiones irracionales a menudo en contra de sus propios intereses. Esto lo vemos cada vez que uno de esos grandes espectáculos se lleva a cabo”.