Caleta Olivia
El cáncer de colon y recto -o colorrectal (CCR)- es el tumor maligno que se desarrolla en la última porción del tubo digestivo -el intestino grueso-que está compuesto por el colon y el recto, y se produce como consecuencia de una compleja interacción de factores hereditarios y ambientales.
En más del 80/90% de los casos de CCR se produce primero un pólipo (un crecimiento anormal de las células de la pared interna del intestino grueso) denominado adenoma, que puede crecer lentamente durante más de 10 años, y si no se detecta y extirpa a tiempo puede transformarse en un cáncer colorrectal.
Cuando ya se desarrolló el cáncer, inicialmente, el tumor se localiza en la pared del intestino (fase temprana) y si no se detecta y trata a tiempo puede diseminarse hacia ganglios linfáticos u órganos vecinos o a distancia (hígado, pulmón) dando lugar a las llamadas metástasis, constituyendo las fases avanzadas de la enfermedad.
El 90% de los cánceres colorrectales se producen en personas mayores de 50 años de edad y tiene una incidencia levemente mayor en hombres que en mujeres.
Alrededor del 75% de los casos de cáncer colorrectal son denominados esporádicos, es decir que se desarrollan en personas que no presentan antecedentes personales ni familiares demostrados de la enfermedad y por lo tanto los factores dietéticos y ambientales estarían implicados en su causa.
El resto de los cánceres colorrectales (alrededor del 25%) se producen en personas con riesgo adicional debido a las siguientes situaciones: antecedente personal de adenomas únicos o múltiples, cáncer colorrectal o enfermedad inflamatoria intestinal, y antecedentes familiares de CCR o de adenomas únicos o múltiples.
¿Cuál es el tratamiento del cáncer colorrectal?
La cirugía es la principal opción de tratamiento para el cáncer colorrectal. Consiste en extirpar el segmento de intestino afectado junto a los ganglios linfáticos regionales y eventuales órganos adyacentes involucrados. El médico especialista seleccionará el tratamiento más adecuado dependiendo de la diseminación de la enfermedad. Cuanto más localizada se encuentre la enfermedad mayor es la posibilidad de tratamientos quirúrgicosmenos invasivos (cirugía laparoscópica etc.).
El tratamiento puede complementarse con la administración de drogas específicas para tratar el cáncer por vía endovenosa u oral (quimioterapia) y con la aplicación de rayos (radioterapia).
La interacción de tratamientos: cirugía, quimioterapia o radioterapia se decide generalmente en forma interdisciplinaria (cirujanos, oncólogos, radioterapeutas, etc.).
Mitos y verdades
No hay nada que una persona pueda hacer para evitar el cáncer colorrectal.
La alimentación rica en frutas y vegetales y baja en grasas y carnes rojas, la actividad física regular, el mantenimiento del peso corporal, evitar el tabaco y disminuir la ingesta de alcohol ayudan a disminuir el riesgo de padecer la enfermedad. Por otro lado, los distintos exámenes preventivos pueden permitir la detección y extirpación de los pólipos antes de que se transformen en cáncer.
El cáncer colorrectal es, por lo general, mortal.
El cáncer colorrectal se cura en más del 90% de los pacientes cuando se detecta tempranamente. Y cuando se detecta en un estadio más avanzado también es curable en el 60% de los casos.
El cáncer colorrectal es una enfermedad que afecta mayoritariamente a los hombres.
El CCR es el único de los cánceres más frecuentes que afecta a ambos sexos casi por igual –es ligeramente superior en los varones-.
Los exámenes son necesarios sólo para quienes presentan síntomas.
Los pólipos y el cáncer de colon y recto en etapa temprana pueden no causar síntomas y en este período (etapa presintomática) la posibilidad de curación es del 90%. Es por este motivo que se aconsejan estudios regulares en personas mayores de 50 años aunque no tengan síntomas.
Los exámenes son necesarios solo en aquellas personas con antecedentes familiares o personales.
Cerca de un 75 % de los casos nuevos de cáncer colorrectal ocurren en personas que no tienen un factor de riesgo evidente, excepto tener 50 años o más. Por lo tanto todas las personas a partir de los 50 años deben realizarse estudios preventivos.
La presencia de antecedentes familiares o personales de cáncer colorrectal o pólipos, o padecer alguna enfermedad inflamatoria intestinal, son datos que aumentan el riesgo de padecer la enfermedad. En este caso, lo conveniente es consultar con un especialista quien analizará los antecedentes para aconsejar el examen de vigilancia adecuado y la edad de comienzo.
Los estudios son dolorosos.
La colonoscopia debe ser realizada por profesionales especializados y con anestesia o sedación, por lo cual la persona no experimenta dolor alguno. En el mismo estudio se pueden extirpar los pólipos previniendo el cáncer colorrectal.
La colonoscopia y el tacto rectal “afectan” a la masculinidad de los varones y provocan vergüenza en las mujeres.
Las personas que se realizan una colonoscopia y/o un tacto rectal pueden considerar que realizarse estos exámenes médicos afectará su sexualidad. Es importante compartir con las personas la inexactitud de estas creencias y transmitir la idea de que los estudios son realizados por profesionales del equipo de salud, en un marco de confidencialidad con las personas y que poder realizarse estos exámenes es muy importante para prevenir el CCR.
La colostomía o ano contranatura (temporaria o definitiva) es inevitable e impide llevar una vida sexual activa.
La colostomía o ano contranatura es una intervención cada vez menos frecuente y en la mayoría de los casos temporaria. Cuanto más temprano es el diagnóstico menor es la necesidad de esta intervención. En caso de que deba realizarse, si bien es necesario un período de adaptación, la persona puede retomar sus actividades habituales. La colostomía puede producir inhibición o vergüenza pero no necesariamente ocasiona disfunción sexual. Es importante hablar con el médico sobre cualquier problema o inquietud que la persona o su pareja puedan tener.