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Caleta Olivia
Se denomina “analfabetismo funcional” a la incapacidad de un individuo para utilizar su capacidad de lectura, escritura y cálculo de forma eficiente en las situaciones habituales de la vida.
A esto es a lo que estamos exponiendo a nuestros niños y jóvenes mientras se extiende el conflicto entre el gobierno provincial y la Asociación de Docentes Santacruceños (ADOSAC) en un “campo de batalla” donde las únicas víctimas son los jóvenes y niños que a esta altura ya perdieron el ciclo lectivo.
Más allá de las argumentaciones de ambos lados: la crisis financiera que expone la gestión de Alivia Kirchner y el “reclamo salarial justos” que esgrime el gremio; pareciera que nadie piensa en el futuro de estos miles de santacruceños que desde principio de año están fuera de las aulas.
Tampoco el gobierno nacional ha hecho un esfuerzo significativo – algo mas pro activo que enviar fondos para el pago de haberes – y deja en manos de la dirigencia docente y la gobernadora la resolución de un problema que va mas allá del dinero. Parecieran no entender que incumpliendo un derecho humano inalienable, como es la educación.

Intransigencia
Si bien es cierto que muchos docentes concurren a sus puestos de trabajo, y se han organizado de tal manera de no desatender en forma sistemática a sus alumnos; en otros casos se registran casos de escuelas que ni siquiera funcionarios para cumplir con los actos patrios. Aunque eso sería lo de menos, revela el estado de situación.
Mientras tanto, los padres ya no saben como hacer para ser oídos, y en las redes sociales crece el descontento y el reclamo contra los docentes en huelga, a quines califican de faltos de vocación; y los acusan de pensar como “simples empleados estatales” que carecen del criterio para entender a quien están dañando realmente al no ponerse al frente de las aulas.
Parece difícil de justificar o entender el grado de intransigencia de ambos lados. Porqué el gobierno no admite errores de cálculo a la hora de cuantificar el conflicto y no cede a algunos de los reclamos del gremio. Tampoco se entiende que trabajadores de la educación, que supuestamente tomaron un compromiso con la sociedad al seguir con la carrera docente; no puedan advertir que el principal afectado por el “Plan de lucha” es el alumnado y no el gobierno.