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Por Claudio Pagano
Se supone que en Santa Cruz vivimos en un Estado de Derecho, aunque todos sabemos que vivimos en un estado de indefinición -y, frecuentemente, indefensión- jurídica.

Estado de Derecho
La primera pregunta que uno tiene que hacerse cuando habla del Estado de Derecho es la de su definición: ¿qué es el Estado de derecho? La definición que más frecuentemente se emplea se relaciona con el cumplimiento de las leyes. Algunos afirman que si se satisfacen las formas y si el gobierno se apega a la legalidad, vivimos en un Estado de derecho. Desafortunadamente, las cosas no son tan sencillas. El problema es que las formas no son una condición suficiente para que exista un Estado de derecho. En la medida en que un gobierno pueda cambiar las leyes o las reglas del juego sin que medie un proceso público y abierto de discusión y debate dentro de un contexto donde existen pesos y contrapesos reales y efectivos, el Estado de derecho es inexistente.
No confundir Estado de derecho con Estado de Leyes, que se da en cualquier dictadura o despotismo. El Estado de Derecho implica un gobierno que proteja en la vida cotidiana, no sólo en las leyes escritas, los derechos fundamentales de todos: vida, propiedad y libertad, y castigue a todos los que los violen. La justicia, dar a cada quien lo suyo, sólo es posible, sin caer en el caos de que cada quien la trate de hacer por propia mano, en un Estado de Derecho

Estado de NO Derecho
Sin educación no puede haber ciudadanía y sin ella no podrá establecerse un Estado de Derecho pleno en Santa Cruz. Hoy la ciudadanía exige nuevos espacios de discusión y reflexión, de intercambio de ideas, en donde las coincidencias deben ser el tema a tratar y dejar de insistir en las diferencias. La educación forma la conciencia a partir de valores y principios y es el camino más sólido para construir una convivencia basada en la justicia, en el ejercicio de las libertades y en la certeza jurídica. Sin embargo, no debemos esperar a que las nuevas generaciones adquieran los valores y las competencias que Santa Cruz requiere de forma espontánea. Es urgente una reeducación de quienes ya pasamos por la escuela. Tenemos responsabilidades y la obligación de dar buen ejemplo.