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Caleta Olivia
Para solucionar un problema, primero hay que conocerlo. Para arreglar una fuga o rotura primero hay que saber dónde está.
El corazón de muchos adolescentes es un gran archivo bajo llave, una caja fuerte con un código secreto, un gran tesoro sin una guía para llegar a él.
Cuando los papás se comunican conmigo para hablar con sus hijos me dicen; no sé qué le pasa, él o ella cambió mucho, se puso muy agresivo/a, anda todo el día en la calle, creo que comenzó a drogarse, comenzó a juntarse con amigos que lo van a llevar por mal camino, no quiere hacer nada, etc.
Muchas veces los adultos se encuentran impotentes antes los cambios negativos en la vida de los adolescentes.
Todas las personas hemos tenido o tenemos fugas en nuestras vidas. Llamo fugas a todas aquellas cosas que nos roban la alegría, la felicidad, el progreso, el bienestar, la paz, etc. Las fugas pueden ser abusos, violencias, rechazos desde el vientre o niñez, abandonos, sufrimientos, heridas que no fueron sanadas, malas experiencias no resueltas, etc.
Es muy fácil decir cómo está la juventud eh? Pero nos pongamos por unos minutos en la vida de ese pibe que fue rechazado por su madre desde que se enteró que estaba embarazada, sumado esto a que tuvo una niñez de rechazo y sufrimiento.
Que le espera en su juventud si no lo ayudamos, si no llegamos al archivo de su mente, a su caja fuerte del alma, al tesoro de su corazón. Dios me dio la bendición de poder ayudar a cientos de adolescentes y jóvenes.
Llevo 15 años escuchando sus historias, sus conflictos, sus derrotas, sus triunfos, sus secretos, mejor dicho escuchando sus corazones.
Nuestra juventud necesita ser recuperada antes que condenada, abrazada antes que juzgada, contenida antes que condenada, guiada antes que criticada, bendecida antes que maldecida.
Cómo pastor juvenil puedo ver las fugas en los jóvenes. Sus corazones laten por un verdadero padre, un guía, alguien en quien confiar, un referente para aprender, un líder para seguir un hombro disponible para llorar, brazos abiertos para abrazar, labios dispuestos a corregir, animar y felicitar.
El mundo les ofrece mucha basura real, las redes sociales mucha basura virtual. Hagamos juntos un compromiso de recuperar a nuestra querida juventud.
Todos podemos aportar algo para arreglar las fugas en los adolescentes: tiempo, recursos, conocimiento, interés, proyectos, pero lo más importante es el AMOR.
El corazón de los adolescentes está latiendo, cuantos están dispuestos a escuchar para ayudar?
Hasta la próxima!!!!!!