Río Gallegos
Alicia Kirchner custodiada por el Ejercito y evitando el contacto con la gente: todo un símbolo.
La escena que protagonizó la gobernadora de Santa Cruz, ingresando a la escuela primaria (EPP) 11 para votar en la mesa 642, rodeada de uniformados y buscando la manera que el trámite sea lo más rápido posible, fue casi una metáfora de lo que es y como seguirá su gestión.
Votó en el mismo lugar en donde debían hacerlo sus sobrinos, quienes optaron – al igual que su cuñada Cristina – no volver a Santa Cruz. Alicia esta sola, y ni siquiera la acompaña la familia.
Buscó evitar el contacto con la gente para no ser insultada o repudiada y prefirió estar rodeada por los militantes que aun le quedan; del mismo modo que transcurre sus días en el gobierno, lejos de ciudadano común, y rodeada de sus últimos incondicionales.
Se fue rápido, tras un breve y casi inocuo contacto con los medios de prensa; insistiendo en su discurso edulcorado y con frases sacadas de libros de auto ayuda; en realidad solo quería salir de allí; casi una analogía con lo que le ocurre cada vez que se encuentra en su despacho.
Lo de ayer es casi una crónica de un final anunciado, es casi un ensayo de lo que vendrá.
Votó y se fue
“Más allá de los resultados de esta elección, yo como siempre convoco a todos los partidos y a todos los candidatos para hacer su aporte porque Santa Cruz nos necesita a todos”, dijo con esa sonrisa sombría que la caracteriza.
“Hoy es un día muy importante en democracia para que todos participemos. Yo les pediría a todos que vengan a votar”, dijo lacónicamente ante los medios que lograron superar el cerco de seguridad.
Oficialmente, desde el gobierno provincial se insistió en todo momento en que “el dispositivo de seguridad que fue dispuesto por la Junta Nacional Electoral”, pero en caso que hubirera sido así, ella no se negó o no optó por un operativo menos hermético, a cargo de la policía provincial.
El plan K
Para el oficialismo el resultado de la elección era más o menos esperable.
La diferencia de votos no modificaba el escenario de las PASO y a la vez confirmaba la crisis del gobierno. Y es una crisis del gobierno, porque el kirchnerismo se mantiene orgánico a las ordenes de la ex familia presidencial.
De todos modos, no se sabe hasta cuando. En este contexto, habría varias estrategias para “volver” en dos años. Una de ellas la tiene como principal protagonista a Alicia. Puntualmente se menciona la posibilidad que la gobernadora de un paso al costado en diciembre; aduciendo cuestiones personales.
De este modo, sería su vice Pablo González quien se debería hacer cargo de lo que quede de cara al 2.019. El “plan” sería hacerlo cargo de una gestión que no tiene chances de mejorar, sobre todo porque el triunfo de ayer le dio la razón al gobierno nacional.
En Santa Cruz la crisis debería servir para acomodar las cosas. Está claro que la provincia así como está es inviable, por lo que una gobernación a cargo de González sería más que nada una suerte de transición. Pero allí es donde “cuaja” la “estrategia K”. El regreso de un candidato –a gobernador – con apellido Kichner y sin el desgaste de dos años complicados.
Desde el circulo interno más duro dejan trascender que “el plan está”; pero también esta en claro que todo esta en manos y en decisión de Alicia.