Buenos Aires

La vacuna es gratuita y obligatoria para todos los que cumplan esa edad.

También se debe mejorar la cobertura en nenas, ya que el 40% no completa el esquema.

A los 11 años, después de un buen tiempo sin pinchazos, los chicos tienen que volver a poner el brazo. Una de las vacunas que se les debe aplicar es la que protege contra el Virus del Papiloma Humano (VPH), que desde 2011 se da en forma gratuita y obligatoria en hospitales y centros públicos de salud a todas las niñas nacidas a partir de 2000 que cumplan esa edad. La estrategia se amplió este año a los varones nacidos a partir de 2006, pero en el arranque los números están lejos de ser óptimos: sólo tres de cada diez nenes cumplieron con la primera dosis, de acuerdo a cifras del Ministerio de Salud. Y en las nenas tampoco se logra el objetivo de cobertura.

Para pasarlo en limpio: si su hija tiene entre 11 y 16 años tiene que iniciar o completar el esquema de vacunación contra el VPH, al igual que si su hijo cumple 11 a partir de enero de este año. Son dos dosis separadas al menos por seis meses si la primera aplicación se da antes de los 14, sino se requiere una tercera. La vacuna también está disponible para quienes tengan entre 11 y 26 años que vivan con VIH o hayan sido trasplantados. Eso es lo que indica el Calendario Nacional. Sin embargo, en lo que va de 2017, en el ámbito público se aplicaron la primera dosis el 28,8% de los varones que deberían vacunarse (103.435 nenes) y el 46,6% de las nenas (163.368), según datos aportados por la Dirección de Control de Enfermedades Inmunoprevenibles (DiCEI) a Clarín. No obstante, aclararon que no se trata de números definitivos, dado que las provincias tienen margen para cargar sus registros hasta fin de año.

“Muy bajo”

“Es muy bajo”, dice Eduardo López, presidente de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica (Sadip), sobre el número de varones que empezaron a vacunarse. “Desde el punto de vista de la salud pública, estas cifras no generan impacto, sólo impacta en los que se vacunaron, pero que requieren la segunda dosis para estar adecuadamente protegidos.”

Argentina fue el tercer país de Latinoamérica (después de Brasil y Panamá) en ampliar la cobertura a varones. Se busca, por un lado, disminuir la mortalidad de mujeres por cáncer de cuello de útero por efecto indirecto y prevenir en los varones otro tipo de afecciones y cánceres asociados al virus, además de contribuir a la equidad de género, ya que tanto mujeres como varones son responsables de la transmisión del virus y se benefician con la inmunización.

La vacuna incluida en el calendario es la cuadrivalente, que protege contra cuatro tipos del VPH: 16 y 18, que son responsables casi 8 de cada 10 casos de cáncer de cuello de útero, enfermedad que provoca 5.000 nuevos casos y unas 2.000 muertes anuales en el país; además de 6 y 11, causantes del 90% de las verrugas genitales. Se transmite por vía sexual y también puede provocar cáncer anal, de pene y orofaríngeo. Se contagia a través de las mucosas, por lo que el preservativo ofrece una protección parcial. En Argentina, 1,4 varones cada 100 mil desarrolla cáncer de pene al año. El mismo porcentaje aplica para el de orofaringe, asociado en la mayoría de los casos al tabaco y al alcohol, pero también vinculado a infecciones por VPH, que se encuentran en aumento por la ampliación de la práctica de sexo oral sin protección. En cáncer anal, pese a que su incidencia es más alta en mujeres, la detección en hombres también está en ascenso y se diagnostican entre 0,2 y 0,7 casos anuales cada 100 mil.

Cobertura

“Es fundamental que tanto varones como nenas tengan las dosis aplicadas porque sin la segunda no hay cobertura”, advierten desde el Ministerio. La DiCEI informó que, en lo que va de 2017, 57.119 nenas completaron el esquema, lo que se traduce en una cobertura del 16,3%. En niños, dado que se necesitan al menos seis meses entre una y otra aplicación, todavía son muy pocos los que recibieron las dos.

La cobertura de vacunación en 2016 -sólo estaban contempladas las nenas- teniendo en cuenta primera y última dosis fue del 85% y 57%, respectivamente. “Si hay más de un 40% que no recibe la segunda dosis hay una falsa seguridad de protección”, alerta López. “En el caso del VPH, la Organización Mundial de la Salud recomienda sostener coberturas de vacunación del esquema completo superiores al 60% para lograr la inmunidad de rebaño, es decir, para que quienes no están vacunados reciban el beneficio indirecto de quienes sí lo están. Desde su incorporación al Calendario de Vacunación en 2011, no se logró el objetivo en mujeres”, apunta en ese sentido Carla Vizzotti, miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), consultora para el Análisis de Estrategias Sanitarias de Fundación Huésped y ex funcionaria de la Dirección de Enfermedades Inmunoprevenibles. “Según nuestros registros, la vacuna se la da el 50% de los chicos que deberían aplicársela”, dice Romina Gigliotti, presidenta de Vacunar, que ofrece un panorama de lo que ocurre en el sector privado.

Un aspecto positivo es que no hay un intervalo máximo para completar el esquema, por lo que la segunda dosis es efectiva incluso si se la aplica en forma tardía.

Visibilizar

Para el presidente de la Sadip, se debe visibilizar el tema como una necesidad de salud pública. “Hay que implementar un verdadero programa para adolescentes, sostener campañas en los colegios y en los lugares que los nuclean (clubes, por ejemplo), e incorporar en sexto grado el tema de la importancia de las enfermedades prevenibles por vacunas. Desde el Estado no hay propaganda sostenida en el tiempo para este tema y los programas son demasiado federales, por lo que la responsabilidad recae en municipios y provincias”. El infectólogo trae un caso de éxito: en el partido bonaerense de General Viamonte se logró una cobertura del 91% gracias a jornadas de vacunación en las escuelas.

A los 11 años también se deben aplicar otras vacunas del calendario: triple bacteriana acelular (contra la difteria, el tétanos y la tos convulsa), meningococo cuadrivalente (incluida para esta edad a partir de 2017) y recupero de esquemas de las vacunas contra la hepatitis B y triple viral (contra el sarampión, la rubéola y las paperas). Están disponibles en forma gratuita en hospitales y centros públicos de todo el país.