Buenos Aires
“La historia está llena de monjes negros. Cada uno obedeció a una circunstancia histórica, a una época y a un príncipe”, escribió el sábado el ex diputado Julio De Vido en una nueva carta desde el penal de Marcos Paz , donde se encuentra cumpliendo una prisión preventiva por presunta malversación de fondos en la remodelación de Yacimientos Carboníferos de Río Turbio y por la causa del gas licuado.
En la carta, el ex ministro de Planificación del kirchnerismo apuntó contra varios líderes políticos: el referente de 1 País Sergio Massa, la diputada electa por Cambiemos Graciela Ocaña, el líder del partido Evolución Martín Lousteau y contra el ex ministro de Transporte de Cristina Kirchner y actual referente del espacio Cumplir, Florencio Randazzo.
“Les propongo por hoy solo 4: MASSA, OCAÑA, LOUSTEAU y RANDAZZO (…) Razonen, piensen y coloquen detrás de cada uno de estos apellidos-candidatos qué MONJE NEGRO los impulsó y promovió. Sin duda, encontrarán su o sus nombres y estoy seguro no se equivocarán. ¡Al que le quepa el sayo, que se lo ponga carajo!”, señaló De Vido.
De esa manera, adujo que esos candidatos realizaron sus campañas centrándose en “la grande y nunca vista corrupción k”. Y añadió: “Yo me pregunto y le pregunto, amigo lector, en los meses o años que llevaron adelante sus gestiones como funcionarios, como ministros ¿no lo vieron? ¿no vieron esa nunca vista “corrupción k”? Si la vieron, ¿qué hicieron? ¿por qué no la denunciaron?”.
Acto seguido, el referente del kirchnerismo solicitó a los fiscales federales que “resiven” a esos candidatos: “¡Estos señores eran ministros! No personal de maestranza, por quienes sí siento respeto y afecto, que es un sentimiento que ellos seguro no conocen”.
Apuntó además contra un “conglomerado mediático” que “blinda y brinda absoluta impunidad a los monjes negros (…) Funcionarios y militantes que han sido particularmente leales a Néstor Kirchner”.
La carta
Los monjes negros o el extraño encanto de dejarse traicionar
La historia está llena de MONJES NEGROS. Cada uno obedeció a una circunstancia histórica, a una época y a un PRÍNCIPE, término que quedó como sinónimo de gobernante, a partir de -no sé si decir de la magistral o mejor dicho de la trascendental- obra de Nicolás Maquiavelo, denominada justamente con ese nombre. Obra a la que en general la dirigencia política dice repudiar por aquello de que “el fin justifica los medios”, pero que todos tratan, algunos directa y otros hipócritamente, de seguir a pie juntillas.
Pero, volvamos a nuestros monjes negros; respecto a sus mandantes, a los que sería injusto decir “amos” en lugar de PRINCIPES O GOBERNANTES, como más guste, porque estos personajes nefastos siempre o casi siempre terminaron manejando a quienes fungen de conducirlos y en muchos casos signaron negativa y hasta trágicamente sus devenires.
Algunos han sido crueles, otros intrigantes, y cual Salieris siempre, trataron de atacar y destruir a quienes pudieran crecer o merecer la atención del PRÍNCIPE, en muchos casos bloqueándolos o atacándolos con la incorporación de advenedizos, con la intención de desgastar o simplemente aniquilar a sus rivales en crecimiento. Incluso en la mayoría de los casos, estos advenedizos terminaron traicionando al propio PRINCIPE.
Estos monjes negros son comunes en estos días y en tiempos pretéritos relativamente inmediatos, además de la táctica descripta en el párrafo anterior, suelen pactar con el más poderoso enemigo del PRINCIPE a sus espaldas, para lograr impunidad a futuro ante eventuales derrotas que este tenga e incluso para usarlo en tiempo presente y para atacar a futuro, al que caracteriza como su enemigo, en el entorno del PRINCIPE, transformándolo en moneda de cambio de sus traiciones.
En muchos casos y para tener las manos libres, ante la eventual caída de PRINCIPE, no duda siquiera en deshacerse de sus colaboradores más inmediatos que pudieran comprometerlo.
Éstos, los actuales, no son sanguinarios en términos materiales como sus antecesores históricos; pero su nivel y capacidad de traición es enorme y su inmoralidad y falta de códigos, nauseabunda.
En la Argentina hoy y en el pasado cercano los hubo y las circunstancias de su conducta las estamos sufriendo algunos, por ahora, en las cárceles de MACRI.
¿Cómo podríamos explicar que MASSA, ¿OCAÑA, LOUSTEAU Y RANDAZZO fueran candidatos en contra frontalmente de la conducción del FPV o de sus candidatos? ¿Quién los nombró y sostuvo en los cargos más importantes de la administración al frente del país y en algunos casos como ministros “estrella” en la década ganada?
Quiero que se me entienda bien. No es cuestión de valoración personal. Tengo muy en claro el rol que políticamente cumplieron esos candidatos y para quién, y no me refiero a MAURICIO MACRI, sino al conglomerado mediático al que este poder ahora reporta. El conglomerado que realmente maneja el Poder en la Argentina.
Conglomerado que también blinda y brinda absoluta impunidad a los MONJES NEGROS que ENCUMBRARON, que a su vez utilizan a ese conglomerado de medios en devolución de favores para aniquilar a aquellos funcionarios y militantes que estorban en sus ambiciones de entornar e influenciar al PRINCIPE. Funcionarios y militantes que han sido particularmente leales a Néstor Kirchner.
Aunque algunas veces digamos o escribamos cosas que no gustan y se hagan los distraídos ante nuestra injusta prisión, seguiremos en esta línea de comunicarnos con la gente en general y en especial con todos nuestros compañeros en la ruta de construir una oposición al modelo neoliberal, digna y genuina, sin miedo a los carpetazos.
El poder en la Argentina, expresado en los medios concentrados protege a estos personajes porque seguirá necesitando a futuro de sus servicios para destruir al MOVIMIENTO NACIONAL desde adentro.
Y además en reconocimiento por haber hecho posible desde antes del 10 de diciembre de 2015 la aparición de los candidatos que finalmente nos enfrentaron, y lo más trágico, nos hicieron sufrir una derrota humillante e innecesaria que además abrió las puertas de las cárceles para nosotros por algunas omisiones que fueron muy evidentes. Hagamos un análisis profundo de por qué no se aplicó la Ley de medios y no me refiero aquí a Sabatella ni a Mariotto, quienes hicieron un digno trabajo.
Querido lector, como nos desafió Cortázar en 62 modelos para armar -una de sus obras descollantes- yo les propongo por hoy solo 4: MASSA, OCAÑA, LOUSTEAU y RANDAZZO. Solamente imaginen como dije en mi carta anterior, y tiene un valor supremo desde dónde estoy escribiendo estas líneas, la imaginación libera. Y además, si quieren hagan un análisis político. Razonen, piensen y coloquen detrás de cada uno de estos apellidos-candidatos qué MONJE NEGRO los impulso y promovió. Sin duda, encontrarán su o sus nombres y estoy seguro no se equivocarán. ¡Al que le quepa el sayo, que se lo ponga carajo!
Esos candidatos realizaron sus campañas centrándose en lo que llamaron “la grande y nunca vista corrupción k”. Yo me pregunto y le pregunto, amigo lector, en los meses o años que llevaron adelante sus gestiones como funcionarios, como ministros ¿no lo vieron? ¿no vieron esa nunca vista “corrupción k”? Si la vieron, ¿qué hicieron? ¿por qué no la denunciaron? Si existieron los actos de corrupción que denuncian ahora ¿cómo no dijeron nada cuando eran ministros o cuando los despidieron? Si hubo corrupción ¿qué papel jugaron ellos? ¿eran cómplices o encubridores?
Señores fiscales federales: esto se llama encubrimiento o complicidad. Revísenlo porque llegará el día en que se terminará la justicia selectiva, que persigue a unos pocos, y se les pedirá cuentas por no haber investigado estos flagrantes delitos. ¡Estos señores eran ministros! No personal de maestranza, por quienes si siento respeto y afecto, que es un sentimiento que ellos seguro no conocen.
¿Y si simplemente mienten estos candidatos? Si es así, creo que entonces no es asunto de los señores fiscales y estaríamos hablando de una vileza y lenidad propia de la catadura moral de sus impulsores: LOS MONJES NEGROS.
Está muy claro que jugaron electoralmente cumpliendo el pedido de sus mandantes, preparados preliminarmente por sus impulsores, pero ellos no los premiarán ni serán jamás sus socios, ni siquiera sus empleados. Son sólo sus sirvientes y por el momento, solo por el momento, no los acosarán con carpetazos (con los que dan lugar a las impresentables causas judiciales que armaron contra nosotros) hasta lograr injustas e ilegitimas privaciones de libertad selectivas, para llevarnos a lac árcel donde nos recluyen y en la que tal vez muy pronto nos acompañarán
Eso sí, tengan muy en claro que los MONJES NEGROS que los impulsaron, que los usaron, siempre estarán impunes y al servicio de los poderosos de turno.