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Río Gallegos
Hace un mes Vicente Maillo moría apuñalado en su casa de Río Gallegos, en Santa Cruz. Su familia entonces denunció que habían sufrido una entradera y hasta compartieron en las redes sociales su tristeza y cuándo iba a ser el sepelio del hombre. Sin embargo, la causa dio un giro inesperado tras la confesión de la suegra de la víctima. Lo mataron para cobrar su herencia.
Una suma cercana a los 17 millones de pesos fue lo que unió en su codicia a sus hijastros José Maximiliano Maillo y Luis Gabriel Maillo; a su esposa, Claudia Susana Reina; y a su suegra, María del Carmen Espiritoso, de 83 años, cuando se enteraron que Vicente pensaba repartir en vida ese dinero con otros familiares.
Entonces, planearon al detalle cómo deshacerse de él. Contrataron a un sicario y simularon un robo que en realidad nunca existió.
El resultado de la autopsia después marcó la primera contradicción con esa versión.
Reveló que la víctima había sido sedada antes de que lo mataran en su cama con cuatro puñaladas en el pecho y una en el cuello.
Pero la prueba más contundente llegó cuando revisaron las cámaras de seguridad y vieron a Reina entrando a la vivienda junto con el asesino.
Tampoco obraron en su favor los mensajes de texto y de voz de los celulares de los cuatro involucrados. Ya no quedaban dudas. El crimen había sido planeado y todos fueron detenidos.
Recién entonces se quebró la suegra y confesó haber sido la autora intelectual del asesinato, aunque no está claro aún si lo hizo agobiada por la culpa o para quitarle responsabilidad al resto de sus familiares. La policía sigue buscando mientras tanto al sicario, que escapó y sería de Buenos Aires.

Trama
La trama es escalofriante. Maillo era propietario de un bazar y había recibido una cuantiosa herencia de su hermano y de sus padres que escalaba a 17 millones de pesos.
El jueves pasado, el hombre fue asesinado de cinco puñaladas en su casa ubicada en las calles Zapiola y Corrientes y en principio se creyó que fue víctima de un hecho de inseguridad. O eso fue lo que quisieron hacer creer sus familiares.
De acuerdo a lo trascendido, Claudia Susana Reina (54), esposa de Vicente, y sus hijos Luis (23) y José Maximiliano (34) y la abuela de ambos, María Carmen Espiritoso (83), se enteraron de que el hombre no los iba a tener en cuenta en la herencia, ya que pensaba transferirlos a otros familiares en vida.
Esta noticia no fue bien recibida por el clan y la avaricia los llevó a planear el asesinato del comerciante. Así, contrataron a un sicario que en la madrugada del 16 de noviembre entró en la casa y mató al hombre con cuatro puñaladas en el pecho y una en el cuello.
La familia enseguida denunció una entradera pero los investigadores observaron inconsistencias entre los hechos y las declaraciones de la esposa.
En primer lugar en la casa no faltaba ningún objeto de valor, con lo cual la hipótesis de un robo quedó rápidamente descartada. Además, el resultado de la autopsia reveló que Vicente estaba sedado cuando murió.
Por su parte, la abuela del clan, la única con prisión domiciliaria por su edad, se adjudicó la autoría intelectual del crimen en un intento de salvar la responsabilidad del resto de los integrantes.