El agresor, de 72 años, fue detenido luego de darse a la fuga.

Norberto Cavana (57), el hombre que fue baleado varias veces por un jubilado con el que mantuvo una discusión en la fila de un supermercado en Quilmes, murió esta mañana tras pasar más de un día internado. Así lo confirmó Mirta Benedetti, directora asociada del Hospital Iriarte, donde la víctima pasó sus últimas horas.

Según testigos, uno le recriminó al otro el lugar en la cola de cajas. La tensión fue creciendo con los minutos y terminó con una amenaza concreta: «Te espero afuera y te cago a tiros». Si bien los demás clientes y empleados del supermercado pensaron que se trataba de una bravuconada, el agresor volvió y le disparó al menos cinco tiros al hombre con el que había discutido en el interior del súper.

«Era un paciente obeso, hipertenso, diabético. Las lesiones fueron muy grandes, hizo un shock hipovolémico. Si bien en el hospital se lo transfundió y se operó, se lo estabilizó momentáneamente. Luego hizo un shock refractario. Lo que nosotros llamamos una mala perfusión periférica. No pudimos expandir la ayuda (transfusión) en todos los lugares», explicó la médica.

En ese sentido, Benedetti confirmó que «a las 7 de la mañana (Cavana) sufrió un paro y respondió, pero a las 8 hizo un segundo paro». Después se intentó reanimarlo pero el paciente no respondió. «Se declaró el fallecimiento a las 8:30», añadió.

El agresor fue identificado como José María Scrocchi, de 72 años, quien permanece detenido. Después de la discusión , el jubilado salió del comercio y esperó a Cavana para cumplir su promesa. Cuando ambos se encontraron afuera, Scrocchi sacó un cuchillo y un revólver calibre 38 y forcejó con su víctima. En el medio de la pelea, Cavana recibió disparos en la zona del abdomen que lo dejaron tendido en la vereda.

La causa quedó a cargo de la fiscalía N° 3 de Quilmes, que ya pidió las imágenes de las cámaras de seguridad del supermercado para reconstruir el momento previo a la agresión.

Gustavo Trimarchi, abogado del acusado, dijo que aún no está comprobado que su cliente haya sido el que mató al hombre y dejó ver que el jubilado es una persona con posibles problemas psiquiátricos. «No puedo decir que mi defendido es el autor de hecho. Eso lo tiene que probar la fiscalía. También probar que el cuchillo es de su propiedad como dan por sentado todos. Sé que un solo testigo. Mi cliente está desorbitado y desorientado. Cuando se lo trasladó a la dependencia llevó una cantidad importante de diferentes pastillas. Probablemente este hombre haya dejado el tratamiento. No dejó entrar a nadie a su casa. Hace 30 años que está sólo», explicó el letrado.