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Caleta Olivia
El rol del juego durante la infancia es tan importante que, en los últimos años, especialistas advirtieron sobre la necesidad de elegir juguetes que apelen a la diversidad, la inclusión y que no promuevan estereotipos de género. Con ese fin, la compañía argentina “Casita de Muñecas” lanzó ayer a “Oli”, el primer muñeco bebé con Trisomia 21, alteración genética popularmente conocida como Síndrome de Down.
“Nosotros somos una empresa inclusiva. Trabajamos con muñecos de distintas razas, que no dan referencia a ningún género”, contó a ámbito.com Laura Cabezas, una de las dueñas de la firma. La empresaria detalló que el muñeco surgió tras una anécdota que llegó a sus oídos y los conmovió: “Una nena con Síndrome de Down no quería ninguna muñeca porque ninguna se parecía a ella. Eso nos movilizó mucho y nos quedamos pensando. Muchas veces cuando creamos los muñecos pensamos que tengan color mate, como es la gran cantidad de piel en nuestro país; buscamos que tengan variedad en ojos y colores, para que en algún rasgo, en algún gesto, los chicos puedan representarse”.

Respaldo
Así, el equipo se puso en campaña y comenzó a consultar con especialistas de diferentes sectores. En principio, se contactaron con ASDRA, Asociación Síndrome de Down de la República Argentina: “No queríamos no tener un respaldo en un tema tan delicado”, sostuvo Cabezas. Luego se juntaron con un artista plástico y “Oli” comenzó a tomar forma: “Empezamos a trabajarlo desde todas las características; con fotos, con información y siempre con la asociación. Llevó más de dos años terminar de moldearlo porque queríamos que fuera lo más parecido posible”.
El muñeco se presentó oficialmente ayer a las 18 en la Legislatura Porteña en el Salón Montevideo de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, en Perú 160, junto a los legisladores e integrantes de la Cámara Argentina de la Industria del Juguete y de Asdra, en una convocatoria abierta al público en general.

Venta
Su fecha de salida a la venta aún no está decidida, aunque estiman que será aproximadamente en mayo. Sin embargo, la empresaria aclaró que “el muñeco fue creado con el fin de promover el juego inclusivo y no pensando en cuáles iban a ser sus utilidades” comerciales. “Creemos que cualquier niño o niña puede incluirlo en sus juegos e incorporarlo naturalmente. Esa experiencia y aprendizaje en el juego simbólico pueden ser trasladados a su vida en sociedad; y sembrar estas semillitas en los niños servirá en un futuro para tener adultos que incluyen y conviven en armonía, donde todos somos actores importantes”, añadió.
Finalmente, Cabezas destacó que la fabricación de juguetes inclusivos gana terreno en el país. “Hay algunas empresas que se dedican sólo a fabricar juguetes por la inclusión. Nosotros no somos los únicos, somos sólo uno más. Tenemos que criar una futura generación de adultos que incluyan. La misión de Oli es difundir, que se derriben los mitos, que podamos entender que se puede convivir perfectamente”, concluyó.

Sin empleo por falta de oportunidades

La Asociación Síndrome de Down de la República Argentina (ASDRA) informó que más del 70% de las personas con esta condición que están en edad de trabajar en el país no tienen empleo, y que ello se debe a la falta de información, capacitación y de apertura de las empresas.
Un estudio de la consultora Adecco del año pasado indica que sólo 3 de cada 10 empresas toman a personas con discapacidad; sin tener en cuenta las miles de personas que aún no cuentan con certificado de discapacidad en los niveles bajos, que no forman parte de las estadísticas.
Como parte de las actividades por la Semana de Concientización para la Promoción de los Derechos de las Personas con Síndrome de Down, Asdra realizará hasta el viernes una campaña de difusión con el objetivo de lograr apoyo de la sociedad y el Estado.
“Las personas con Síndrome de Down pueden trabajar igual que cualquier otra, lo que necesitan son oportunidades”, aseguró Marcelo Varela, presidente de la asociación que nuclea a familiares de personas con síndrome de Down.
Asdra difundió que 70 personas pertenecientes a esta entidad se desempeñaron en empresas tanto estatales como privadas durante 2017: “Simplemente es necesario un proceso de apoyo, se le busca la posición, qué puede hacer, y los resultados son maravillosos”, agregó Varela.
“Esto no es beneficencia” -enfatizó- “sino abrir las oportunidades a la diversidad y encontrar que en toda empresa hay sectores donde una persona con alguna discapacidad intelectual, por sus características particulares, puede hacer tareas mucho más eficientemente que una persona sin discapacidad, porque es la gran oportunidad de su vida”.

Inclusivo
Uno de los casos más destacados en el programa de inclusión laboral de ASDRA es la droguería Suizo Argentina, que actualmente emplea a más de 10 personas con discapacidad mental trabajando en su planta. Otras “empresas inclusivas” que forman parte de la red a quienes ASDRA brinda asesoramiento y capacitación son las compañías de gas Enargas y Gasnor, organismos públicos como Anses o la Municipalidad de Perito Moreno en Santa Cruz, restaurantes y emprendimientos gastronómicos, las farmacias Rp, el Museo de Boca Juniors, Met Group, entre muchas otras.
“Es muy necesario que la sociedad en general conozca más de que se trata, las posibilidades que tienen, no todo lo que no pueden sino todo lo que pueden hacer, que es muchísimo”, explicaron.
Por su parte, la coordinadora nacional de Educación Inclusiva, Cristina Lovari, expresó que el conjunto del sistema educativo debe trabajar para brindar las mejores condiciones educativas a las niñas, niños y adolescentes con discapacidad, anticipando el Día Mundial de las Personas con Síndrome de Down que se celebra el 21 de marzo.
“Tenemos la responsabilidad de garantizar la educación a los chicos con discapacidad”, sostuvo Lovari. En este sentido, la funcionaria resaltó la importancia de que las aulas integren a alumnos con discapacidades: “La escuela tiene que reflejar lo que es la sociedad, donde todos estemos participando, incluidos”. Y concluyó: “También es un aprendizaje para los chicos que no tienen discapacidad; vivir en sociedad implica eso: respetarnos y que se hagan valer los derechos de cada uno”.