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Caleta Olivia
Las bajas temperaturas le golpean muy duro a Enrique, el personaje tradicional de la ciudad. Ayer, Diario Más Prensa lo visitó para conocer si fue asistido por organismos municipales o provinciales, por el intenso frío de los últimos días.
“Buenas tardes amigo”, le dijo al cronista de Diario Más Prensa con su cordial amabilidad. Luego, el diálogo fue menos fluido porqué Enrique solo prefirió contar que “nadie se acercó”, al consultarle sobre si recibe asistencia de funcionarios locales o provinciales.
Es sabido que Enrique resiste a recibir asistencia, aunque es obligación de las autoridades velar por su salud, alimentación y un mejor bienestar, para soportar las temperaturas bajo cero.
El pronóstico tampoco es alentador para las próximas semanas y se esperan que en la región las condiciones climáticas se agudicen.
Mientras tanto, un grupo de vecinos se organiza desde los últimos días para que este domingo el lugar donde pernocta Enrique pueda convertirse en un refugio.
En las redes sociales convocan para colaborar con materiales para que por lo menos, Enrique pueda tener un techo. De todos modos, algunos vecinos suelen acercarse los mediodías para llevarle una porción de comida.
Enrique Alberto Valiente nació el 5 de diciembre del año 1.966. A fines de diciembre del 2008 se lo vio por primera vez al costado de la ruta nacional 3 en cercanías de Puerto Deseado.
Varios años pasó en el lugar, y de tanto en tanto llegaba a la localidad de Fitz Roy en donde los vecinos lo asistían.
Además, muchos conductores que lo veían en la dramática situación de vivir junto a la ruta y a la intemperie, lo ayudaban con alimentos y con abrigo. El siempre dispuesto y de buen ánimo agradecía, pero nunca insinuaba o mencionaba la posibilidad de dejar ese lugar.
Paso varios años y en uno de los inviernos más crudos que azotaron la zona, finalmente Enrique fue “rescatado” y trasladado al hospital zonal de Caleta Olivia, en donde fue asistido sanitariamente y afectivamente. Desde allí reside en esta ciudad en donde la caridad y solidaridad de la gente le llega de manera constante. Pero la vida de este hombre es realmente difícil. El año pasado, el 18 de diciembre fue víctima de un ataque por parte de otros indigentes que se habían instalado junto a su precario refugio, detrás del Complejo Deportivo municipal, frente a la avenida Costanera. En ese lugar, Enrique amontonaba sus colchones y pertenencias – todas regaladas y donadas por vecinos – y en medio de una gresca entre otras personas en situación de calle, se inició un incendio que destruyó todo lo que tenía. En ese confuso episodio, debió actuar personal policial que logró dispersar a los revoltosos y asistió a Enrique, pero la orden final era “desalojar el lugar”.
Vale mencionar que los restantes indigentes deambulan habitualmente en la zona de la venida Lisandro De La Torre y Avenida del Trabajo y se refugian ahora en un edificio abandonado. En tanto Enrique regresó al Complejo, en donde sobrevive actualmente.

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