Buenos Aires
Ayer, pasadas las 14 de se conoció la sentencia contra el ex vicepresidente Amado Boudou, por su relación con la Causa Ciccone. Se le imputaron los delitos de negociaciones incompatibles y cohecho (coimas), que cobró para “salvar” a la imprenta de dinero.
Puntualmente los jueces encontraron a Boudou “autor penalmente responsable de los delitos de cohecho pasivo y negociaciones incompatibles con la función pública” y lo condenaron a la pena de 5 años y 10 meses. A su vez, deberá saldar una multa de 90 mil pesos e “inhabilitación perpetua” para ocupar cargos públicos.
El fallo también alcanzó a José María Núñez Carmona, quien recibió una pena de cinco años y seis meses, y a Nicolás Ciccone, exdueño de la imprenta, a cuatro años y seis meses.
Alejandro Vandenbroele, considerado testaferro de Boudou, quedó bajo la pena de dos años de prisión en suspenso. Considerado “partícipe necesario”, su prisión no será de cumplimiento efectivo y deberá realizar tareas comunitarias.
El Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 4 estuvo integrado por los jueces Pablo Bertuzzi, Néstor Costabel, María Gabriela López Iñiguez y Jorge Gorini.
Desde las partes, la fiscalía había pedido condenar al compañero de fórmula de Cristina Kirchner a cinco años y seis meses, al igual que la Oficina Anticorrupción. La Unidad de Información Financiera (UIF) había solicitado seis años y la detención.
Rafael Resnnick Brenner, ex jefe de asesores de la AFIP, y Guido Forcieri, ex funcionario del Ministerio de Economía, también fueron condenados a 3 años y 2 años y medio en suspenso, respectivamente.
Corrupto
Acaso el último consuelo de Boudou esté en lo que sucede en estas horas en otros de los pisos de los tribunales de Comodoro Py, donde acaba de ser condenado por la apropiación ilegal de la imprenta de billetes Ciccone. El escándalo de los cuadernos de la corrupción que allí se investiga podría tener un efecto “igualador” para el ex vicepresidente. El vértice de ese expediente es Cristina Kirchner.
Sería una falsa impresión. Aún ante lo que parece confirmarse como un esquema de sistematización de la corrupción durante la era kirchnerista, e incluso siendo el primer vicepresidente condenado por corrupción, Boudou es un paria dentro de una clase política sospechada.
Lo que diferencia a Boudou ha sido tal vez el grado de impunidad del que hizo muestra durante su explosiva carrera política. Su altivez y falta de pudor. Incluso su indignidad. Es un hombre que ya hace mucho tiempo se ha condenado a sí mismo.
Pero el ex vicepresidente apeló a los mismos argumentos de defensa que viene empleando la doctora Kirchner. Denunció que es víctima de un plan de persecución política contra los ex funcionarios del kirchnerismo. Ayer ante los jueces habló de una “revancha de clase” del macrismo y dijo que no se le perdonaba haber impulsado la liquidación del sistema de jubilación privada, entre otras decisiones que llamó “actos de justicia” y atribuyó a su gestión en el ministerio de Economía. Tuvo la osadía incluso de comparar su caso con la detención de Lula en Brasil.
Una señal
La victimización de Boudou no conmueve a nadie. La causa por la que se condena hoy al ex vicepresidente con el máximo de la pena se remonta a seis años atrás, en pleno auge de su poder político. El vicepresidente no tuvo ninguna timidez en esos años en emplear ese poder para separar de su cargo a un Procurador, Esteban Righi, un hombre histórico del peronismo y al juez y al fiscal de la causa, Daniel Rafecas y Carlos Rívolo.
Boudou ya estuvo bajo prisión preventiva durante 70 días por una causa por enriquecimiento ilícito, a raíz de una controvertida decisión del juez Ariel Lijo. Ya fue visible entonces su aislamiento. Desde ayer cumple prisión efectiva y fue inhabilitado a perpetuidad para ocupar cargos públicos. Conoceremos en breve los fundamentos del fallo. Pero no hay quien pueda cuestionar esta vez el procedimiento.
En un contexto de desencanto económico y con una promesa de recuperación lejana, Macri tiene la oportunidad de renovar el contrato moral con una sociedad que reclama desde hace años una regeneración institucional. Lo que vemos en estos días en Tribunales puede ser un buen punto de partida.
Otras cuatro causas
Tras la sentencia del juicio por su rol en la compra de Ciccone, el ex vicepresidente Amado Boudou afronta otras investigaciones por corrupción como la causa que se desprendió de que este martes concluyó el juicio político y conocida como Ciccone que incluye la renegociación de la deuda de Formosa. Además, tiene causas abiertas por la posesión de autos de alta gama y una investigación sobre irregularidades en viáticos del Senado, entre otras causas.