Buenos Aires
Lázaro Báez usaba facturas apócrifas para sacar plata de la obra pública.
La Sala II de la Cámara Nacional en lo Criminal y Correccional Federal, integrada por los jueces Martín Irurzun y Leopoldo Bruglia, confirmó el procesamiento de Ricardo Echegaray por encubrimiento agravado en concurso ideal con el de violación de los deberes de funcionario público.
Según el fallo, Echegaray obstruyó, mientras era jefe de la AFIP, las fiscalizaciones del organismo sobre empresas que proveían facturas truchas.
Uno de los máximos beneficiarios de esa usina de facturas truchas que tenía base en Bahía Blanca era Lázaro Báez a través de su empresa Austral Construcciones. También confirmaron el procesamiento de Angel Toninelli que estaba a cargo de la Dirección General Impositiva.
Controles
Para que la AFIP no investigara a Báez, Echegaray y Toninelli decidieron disolver la Dirección Regional de Bahía Blanca y trasladar los controles a la regional de Mar del Plata que no avanzó en las investigaciones
Además, el fallo le reprocha a Toninelli que en el mismo momento que disolvían la regional de Bahía Blanca (el 1 y 2 de noviembre de 2012) viajó ida y vuelta junto a su hijo y a uno de los de Lázaro Báez, Martín, desde Buenos Aires a Río Gallegos. El hijo del empresario tenía que estar bajo revisión de la AFIP ya que figuraba como directivo de Austral.
En el fallo, los camaristas explicaron que la maniobra se trataba de un montado “de estructuras societarias para defraudar al fisco en importantes sumas de dinero a través de las cuales se emitían facturas apócrifas cargando un precio ficticio a la obra pública, de lo cual se obtenía una amplia ventaja patrimonial ilegal, en desmedro de las arcas públicas, lucro indebido que, además, debía reingresar al sistema, y que, en orden a realizar todo este circuito, se habría contado con la participación de quien debía velar por los intereses del Estado Nacional”.