Buenos Aires
El pasado viernes 13 de julio Máximo, junto a su madre Cristina Kirchner viajó a Santa Cruz, permaneció un par de días y regresó a Buenos Aires. Todavía no explotaba el escándalo de los “cuadernos de las coimas K”, y todo hacía prever que el diputado provincial por Santa Cruz, comenzaría a definir el armado con vistas al año próximo.
Se lo veía aun como el “referente” a tal punto que todos los dirigentes provinciales kirchneristas con aspiraciones a “algo” optaron mantener un diligente silencio sobre sus ambiciones.
Luego de su llegada, la única reunión política que trascendió fue la mantenida con el intendente de Río Gallegos, el radical Roberto Giubetich, para sorpresa tanto del oficialismo, como de Cambiemos. Máximo había mostrado hasta entonces poco interés en su provincia natal, al punto que ni siquiera viajó a votar en las últimas elecciones. En mayo, también había pasado fugazmente por la provincia, pero fue absolutamente con bajo perfil.
Su vista en julio coincidió con el inicio de la crisis económica que el gobierno nacional no pudo controlar al punto que generó un inesperado golpe a la imagen del presidente Macri, una suba relevante de la figura de Cristina y un entusiasmo en las filas “K”. Tal vez con esa motivación, sumado a la necesidad de capitalizar respaldos políticos al menos en su provincia, regresó.
Pero apenas semanas después estalló el escándalo y la estrategia cambió, al punto de centrar todos sus cañones a lograr “blindarse” – tanto él como su madre – con apoyo de los intendentes que una vez se vieron favorecidos con los dineros de la “Década Ganada”.
Es tan fuerte el impacto, que incluso un cónclave del PJ –FPV en Santa Cruz fracasó el sábado en la localidad Santacruceña de Gobernador Gregores. Ese mismo día, Máximo convocaba en Buenos Aires, a los intendentes aun fieles.
Nuevo escenario
Máximo Kirchner fue el orador principal en el plenario que se desarrolló en Ensenada, la localidad del ultra K Mario Secco. Fue un acto, en el cual se movilizaron entre 15 mil y 20 mil militantes (un número impensado en Santa Cruz) y e donde el hijo de Cristina apeló a todos los lugares comunes del kirchnerismo; pero sobre todo a “Néstor y Cristina”.
A 48 horas de que la ex presidente debiera concurrir ante el Juez Bonadio, imputada en la causa de las coimas, el diputado por Santa Cruz le apuntó directamente al presidente Mauricio Macri a quien acusó de perseguir a Cristina.
“Estamos acá, no vamos a ningún lado”, dijo Máximo con el cual pretendió
recuperar la iniciativa política tras el terremoto judicial.
“Macri tiene que entender que no le va a alcanzar con perseguir. No va a modificar la realidad con perseguir. Podrá hacer con nosotros lo que quiera. Y vemos que puede hacer lo que quiera el emperador. El emperador hace así (baja el pulgar) y ahí está el partido judicial, con jueces que han tenido más de 70 causas y pedidos de juicio político que no han hecho nada por los argentinos pero para mantenerse obedecen al Presidente”, expresó. Finalmente señaló que la Argentina durante el kirchnerismo “era libre, era democrática, era plural” y llamó a responderle al “odio con amor”.