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Rawson
Gaiman, “Piedra de Afilar” en Tehuelche, fue fundada en 1874 y se destaca por ser la primer localidad elevada a municipio de la Provincia de Chubut, esto se llevó a cabo en el año 1885, ubicada a orillas del Río Chubut, y se encuentra a tan solo 15 km de Trelew.
Fue el galés David D. Roberts quien construyera la primer vivienda, la primera casa de Gaiman la cual llaman “Casa de Piedra”.
En la actualidad se siguen manteniendo las costumbres de los colonos galeses de aquella época y según el censo de 2010 la población cuenta con unos 4700 gaimenses.

Pueblo para conocer
Gaiman comenzó a poblarse a fines de 1874, convirtiéndose en el segundo de los centros urbanos del Chubut. El primero fue Rawson la ciudad capital, fundado por inmigrantes del País de Gales que arribaron a la Patagonia en 1865. Cuando este grupo quedó reducido a menos de un centenar de colonos, el Reverendo Abraham Matthews, viajó a Gales y a Estados Unidos en busca de nuevos aportes. Una de las consecuencias de este incremento fue el surgimiento de Gaiman, junto al río Chubut y al pie de las lomas de su margen norte.
Todavía puede apreciarse la primera de sus viviendas, construida con piedras y maderas del lugar. La zona donde el pueblo se asienta era un antiguo territorio en el que solían acampar los indígenas tehuelches en sus recorridas desde la Cordillera de los Andes. Y es el idioma de estas tribus que pertenece tanto el nombre de Gaiman: piedra de afilar; como el de Chubut: transparente.
Para el transeúnte actual, resulta evidente la importancia de los fundadores galeses. La tradición coral, la edificación de capillas y viviendas con muros de ladrillo visto, voces y rostros que recorren las calles, las cortinas de álamos, las acequias que escoltan al río y llevan sus aguas a los predios rurales, las casa de té donde puede evocarse una costumbre hogareña que dio sabor a la lejanía y a veces al olvido de este sur de la patria.

Esperanza
Desde Gaiman, desde su paz aldeana, siempre hubo una mirada de esperanza hacia el entorno. En las últimas décadas del siglo XIX, dos asambleas vecinales se tradujeron en sendas realizaciones de proyección social. Una de ellas, la formación de una cooperativa que tuvo sedes en distintas localidades de la región y cuya fábrica de queso fue mucho más tarde la base para la instalación de una planta industrializadora de algas. La otra, alentó la empresa del ferrocarril que en 1886 dio nacimiento, en los extremos del riel, a Trelew y a Puerto Madryn.
Cuando las vías se extendieron a Gaiman y continuaron hacia el oeste, se hizo necesaria la construcción de un túnel, en 1914, utilizable al presente para el tránsito de automóviles. Por su parte, el edificio levantado para estación se transformó en Museo Regional, desde 1865, y en sus salas pueden apreciarse objetos y documentos que reflejan la vida de los inmigrantes galeses.
El celo democrático de los pobladores hizo que la localidad se convirtiera en el primer municipio electivo de la Patagonia, con un padrón que totalizaba 175 votantes. En los comienzos las actas se labraban a doble páginas una en castellano y la otra en galés.
Antes de finalizar el siglo XIX, hubo grupos que se dirigieron a poblar la región de los lagos Muster y Colhué Huapi, en tanto que otros se orientaron hacia la zona cordillerana. Era un tiempo en que otras nacionalidades se iban incorporando a las originarias. Testimonio de lo cual es el monumento que se yergue en el centro de la plaza, donde cuatro idiomas dialogan hablando de América.
La educación post-primaria encontró también en Gaiman su iniciativa; en 1906 comenzó sus actividades un establecimiento sostenido por los pobladores. Los años hicieron que su labor fuera continuada por el Instituto Camwy, cuyo nombre se traduce por sinuoso, apodo que los galeses dieron al río Chubut.
Un recorrido por la zona rural aledaña puede llevarnos, en dirección sur, hacia la denominada Angostura, mientras que rumbo al sudeste atravesamos Bryn Gwyn y arribamos al Parque Paleontológico, que nos permite un soñado viaje por millones de años.

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Descubriendo Gaiman
Si existe un lugar en Argentina donde las raíces galesas evocan a aquellos inmigrantes que llegaron a América en busca de un mundo mejor, ese lugar recibe el nombre de Gaiman. Aún hoy, a más de un siglo de su fundación como primer gobierno comunal de la Patagonia, en Gaiman se respiran y observan vestigios de aquel pasado con gusto a epopeya. Se puede encontrar raíces galesas por todas partes, desde la arquitectura hasta las costumbres cotidianas de sus pobladores.
Para llegar a Gaiman hay que salir desde Trelew; se puede realizar este paseo en el mismo día. En menos de una hora se llega a la pequeña Gaiman. De calles limpias y solitarias, donde se respeta el horario de la siesta y cada uno de los festejos anuales, este pequeño pueblo galés (que, paradójicamente, tiene nombre tehuelche) jugó un importante papel en la historia patagónica. Su nombre significa “piedra de afilar”. La región fue ocupada por los tehuelches, que lentamente se fueron corriendo hacia otras partes del territorio a medida que avanzaba la famosa y sangrienta Conquista del Desierto. El tiempo trajo consigo la llegada de los galeses, que comenzaron a afincarse y trabajar sus tierras tal como lo hacían en Gales. En la actualidad estas costumbres, la arquitectura, la tradición y hasta el idioma, se conservan en los descendientes de los primeros colonizadores.
Una de estas famosas tradiciones, que atrae visitantes de todas partes del mundo, incluso de la propia Gales, es el ritual del té. Esta singular infusión posee sus secretos y es acompañada por la famosa torta galesa; cada casa de té tiene su propia receta. Paseando por las calles de Gaiman es posible comprender su historia, basta con dejar el auto y salir a caminar un rato. En la intersección de las calles Rivadavia y Sarmiento aparece el Museo Histórico Regional Galés. Allí se puede observar una importante colección de reliquias de la época de la colonización, donde antes funcionaba la vieja estación del ferrocarril.
La primer casa del pueblo fue construida en el año 1874, está en J.E. Evans entre 28 de Julio y E. Tello, y se mantiene intacta, tal como fue levantada por sus primeros moradores.
El famoso túnel es otro de los grandes atractivos que tiene Gaiman, se trata de una caverna por donde antes transitaba el ferrocarril.
Las viejas capillas del credo protestante son también parte de los atractivos de esta ciudad. Los colonos galeses las construían para preservar y fomentar su fe. Entre estas aparecen las capillas Vieja (1880), Bethel (1914), Bryn Gwyn (1900), Seion (1888) y Salen (1912), y fueron el verdadero soporte espiritual de la comunidad en la Patagonia. Servían además como lugar de encuentro para solucionar los distintos problemas en este nuevo territorio.
Luego de caminar un par de horas, llegó el merecido descanso en una de las tantas casas de té que todos los días se encuentran abiertas y dispuestas a hacerle vivir al visitante eso que llaman tradición galesa.