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Buenos Aires
Una veintena de personas que participaron del procedimiento ordenado por el Juez Claudio Bonadio, entre las cuales se encontraban los dos testigo convocados por la justicia, dejaron la vivienda en vehículos particulares, un utilitario y dos camionetas de la Policía Federal, y se llevaron los mismos elementos con los que ingresaron, una impresor a y una caja, sin que se pudiera comprobar si hubo secuestro de algún elemento del interior de la casa. N o obstante se sabe que se tomaron fotografías y se filmó todo el operativo.
En tanto desde el entorno de Cristina Fernández de Kirchner se denunció que los testigos que ingresaron con el personal de las fuerzas de seguridad que allanan la casa, tenían vinculación con el principal dirigente opositor de la provincia, el senador Eduardo Costa.
Según las fuentes kirchneristas, los dos testigos pertenecen a la agrupación Jubilados Unidos, un sector crítico del gobierno de Alicia Kirchner, que mantiene fuertes reclamos contra la gestión de la Caja de Previsión Social provincial.
No obstante desde esa agrupación se negó que alguno de sus miembros participara de ese procedimiento y se aclaró que podrían ser de la agrupación “Jubilados Unidos en Acción”, un grupo que se escindió el año pasado durante las protestas frente a la Casa de Gobierno provincial.
La versión comenzó a circular ayer por la tarde en redes sociales, pero nadie confirmó si efectivamente se trataba de dirigentes del sector pasivo.
Por otra parte, el hermetismo policial no permitió conocer como se seleccionó a los testigos que ayer y durante mas de tres horas asistieron al procedimiento en el interior de la Casa de Cristina Kirchner en Río Gallegos.

Juncal
El domicilio particular de la senadora Cristina Kirchner, en la calle Mascarello 441 en el barrio Jardín, es uno de los tres focos del operativo.
Aún quedaba pendiente revisar el inmueble de El Calafate, ubicado en la calle Padre de Agostini y Los Tehuelches.
Si bien en las primeras horas se especulaba que la ex mandataria estaría en la casa de su hija Florencia a la espera de que finalice el procedimiento, más tarde trascendió que partió hacia el Instituto Patria, donde pasaría el resto del día en el despacho que tiene allí.
Pasado el mediodía comenzó el allanamiento al departamento de la ex presidenta, en el barrio porteño de Recoleta.
Efectivos de la Policía Federal, personal de Infantería y varios testigos ingresaron al edificio ubicado en la esquina de Juncal y Uruguay.
Llegaron en varias camionetas junto a efectivos de la división científica y de explosivos cargados con dispositivos técnicos para inspeccionar la vivienda. Varios perros entrenados fueron sumados al operativo.
Según se informó, la orden deberá guardar “decoro” y “tutelar las garantías constitucionales, particularmente el derecho a la intimidad”, en virtud de que “se trata de una senadora que fue dos veces presidenta de la República”.
En el lugar crecía el número de militantes de Unidad Ciudadana en apoyo a la dirigente.
A los pocos minutos de iniciado el procedimiento, Carlos Beraldi, abogado de la ex presidenta, denunció que “por disposición del juez Bonadio me fue obligado retirarme del domicilio”.

Río Gallegos
Por casi cuatro horas se extendió el allanamiento realizado en la casa de Cristina Kirchner en Río Gallegos, una vivienda de dos plantas ubicadas a dos cuadras de la costanera local, en el Barrio Jardín. El operativo, que empezó a las 14.40, incluyó una decena de efectivos de la Policía Federal con asiento en Río Gallegos y canes del K-9, una división de la AFIP que entrena perros detectores de droga y de divisas.
Si bien no había ningún miembro de la familia Kirchner en el domicilio de Mascarello 441, cuando llegaron las autoridades los encargados de abrir la puerta fueron el diputado provincial, Matías Bezi, de La Cámpora y cercano a Máximo Kirchner y el abogado del fuero local Daniel Cabezas, quienes recibieron a las autoridades de la Policía Federal.
La fuerte custodia periodística se contrapuso con la escasa presencia de vecinos, quienes pasaban al frente de la vivienda sin detenerse.
Sin embargo, ese tráfico constante, en una barrio tranquilo, generó un accidente de tránsito sin graves daños en la esquina de la casa de Cristina Kirchner.
Durante el allanamiento, una camioneta de la Policía Federal y otra de la policía provincial cortaron la cuadra frente a la vivienda mientras era requisada por efectivos policíales y los canes entrenados.
Quienes llegaron portaban impresoras y cajas y dos testigos que pertenecen al grupo de protesta Jubilados Unidos en Acción.
La presencia de los dos jubilados trajo aparejada que para el final de la tarde, llegaran otros integrantes de la agrupación, quienes esperaban la salida de sus compañeros en la puerta de la vivienda, combatiendo la tarde helada con estrofas que repetían “Se va a acabar, se va a acabar la dictadura de robar”.