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Buenos Aires
La terapia ocupacional está dirigida a restablecer el bienestar psicosocial de aquellas personas afectadas en una función o estructura corporal mediante la valoración de su potencial para el logro de nuevas destrezas; el objetivo es que la persona tenga una vida de la mejor calidad y lo más independiente posible.
En 1956, a raíz de la epidemia de poliomielitis que asoló la Argentina, se estableció en el Centro de Rehabilitación del Lisiado de Buenos Aires un programa terapéutico, antecedente de la primera Escuela Nacional de Terapia Ocupacional de Argentina y de Latinoamérica fundada en Buenos Aires en Noviembre de 1959. La actividad está regulada en el país por la ley Nº 17132/67.
El 17 de agosto de 1962 se crea la Asociación Argentina de Terapistas Ocupacionales, adherida a la Federación Mundial de Terapeutas Ocupacionales. La conmemoración de este día se decidió en el 1er. Congreso Argentino de Terapia Ocupacional realizado en La Rioja el 10 de septiembre de 1985, encuentro científico que se reúne en el país cada tres años junto con diversos países de la región.

América Latina
Los primeros pasos de la terapia ocupacional en América Latina se dieron en Argentina, Brasil y Venezuela en al año 1959, después del auge de la poliomelitis. En Chile, después de diversos cambios en políticas públicas de salud, apertura de centros hospitalarios de rehabilitación – en cuyo contexto mundial de promoción en salud era apremiante – la Universidad de Chile seleccionó a seis personas para que se formaran en la Escuela de Terapia Ocupacional perteneciente a la Comisión Nacional de Rehabilitación del Lisiado del Ministerio de Salud de la República Argentina.

Calidad de vida
La Terapia Ocupacional es el arte y la ciencia de analizar e instrumentar las ocupaciones del hombre cuidando su salud psicofísica.
Promueve acciones de prevención, asistencia y educación para favorecer el desarrollo, la recuperación y la rehabilitación óptima del individuo en el medio laboral procurando también su inserción social.
El ejercicio de la Terapia Ocupacional comprende:
-elaborar, aplicar y evaluar métodos y técnicas de análisis de las actividades de automantenimiento y esparcimiento que realizan las personas para determinar los requerimientos psicofísicos que implica su ejecución.
– diseñar, elaborar y entrenar equipamiento ortésico: personal y ambiental; fijo y móvil destinado a mejorar las posibilidades de autonomía de las personas discapacitadas.
– participar en la planificación, ejecución y evaluación de planes, programas y proyectos de rehabilitación y recalificación laboral.
– asesorar a personas discapacitadas y a su familia en lo relacionado a su autonomía personal-social.
– participar en la elaboración y ejecución de planes, programas y proyectos de desarrollo comunitario que requieran la utilización de las ocupaciones como instrumento de integración personal, social y laboral.
Estos profesionales se dedican al desarrollo de la independencia de la persona que debe integrarse a la sociedad con un sentido de equidad y solidaridad.

Historia
El año 1917 para occidente es especial, la primera Guerra Mundial se acerca a su fin y las consecuencias son devastadoras en todos los aspectos de la vida, sobre todo en las pérdidas humanas. Muchos sobrevivientes han quedado imposibilitados de retomar sus actividades anteriores a la guerra por los daños físicos irreversibles que han sufrido. En este escenario, expertos de diversas disciplinas se reúnen para compartir una visión en común que pudiese aportar en la sanación de estas secuelas: la ocupación en la rehabilitación es efectiva y real.
Hacia fines del 1700 ya se levantaban algunos esbozos en hospitales psiquiátricos e internados respecto del tratamiento con actividades físicas o manuales que mantuvieran ocupados a los pacientes para ayudar en su recuperación. Cabe destacar que estas instituciones tenían un carácter fuertemente moral y religioso cuyo fin era la reinserción en el mundo del trabajo para anular las inquietudes mentales. Sin embargo, se puede decir que incluso antes de la era cristiana, las civilizaciones china, egipcia y griega ya asociaban la actividad física a la buena salud.
En estos recintos se impartían talleres de carpintería, albañilería, lectura, música e incluso hay registros de un periódico en un hospital de Nueva York. Estas actividades buscaban introducir a los pacientes en canales normalizados de efecto y acción para así no desviar la atención a pensamientos que pudiesen interferir en su recuperación. Tal como señala un texto de la época, escrito por un psiquiatra “cuando los pacientes empiezan a sanar desean emplearse”. De aquí nace la idea de que la ocupación en los hospitales tiene que ser una medida terapéutica y no un medio de ganancia.
Pero hubo un hecho en particular que marca el hito de nacimiento de la Terapia Ocupacional como la conocemos, que hasta el momento no gozaba de lugar en la orgánica hospitalaria. El día 17 de marzo de 1917 en Nueva York se reunieron profesionales de distintas disciplinas, reunión que entregó variadas visiones del valor terapéutico de la ocupación. Lo anterior dio paso a la fundación de la National Society for Promotion of Occupational Therapy (NSPOT) más tarde renombrada como American Occupational Therapy Association, (AOTA). La historia de la T.O menciona a cinco fundadores importantes, pero quien se reconoce como el padre de la Terapia Ocupacional es William Rush Dunton, prolífico psiquiatra convencido del valor terapéutico de la ocupación, visión en la cual basó gran parte de su trabajo. Asimismo, Eleanor Clarke Sagle se convertirá en la madre de la disciplina.
La formación de la Terapia Ocupacional como especialidad gozaba de un fin filosófico y moral muy marcado por el humanitarismo y la responsabilidad de los seres humanos con sus pares en desventaja. En la época de la industrialización, la Terapia Ocupacional basó su tratamiento en trabajos manuales sencillos que fuesen creativos y que promoviesen una expresión artística personal de los pacientes.