Caleta Olivia
Una mujer que se desempeñó laboralmente durante 14 años en la empresa Oil, se convirtió en la nueva damnificada por la burocracia del Misterio de Trabajo de Santa Cruz que desde hace dos meses no puede cobrar la liquidación final que le corresponde por haber solicitado su retiro de esa empresa de servicios.
Se trata de Carolina Leuquén, madres de cuatro hijos y sostén de su familia, optó por el retiro voluntario ya que la citada empresa de servicios ingresó en una etapa de crisis financiera y gran parte de sus operarios están siendo transferidos a EDVESA o bien optaron por ser indemnizados.
En protesta a tantas dilaciones administrativas, la mujer decidió quedarse esta semana en el edificio de la delegación Caleta Olivia del organismo laboral (que antes tenía el rango de Secretaria) y está siendo acompañada por referentes del Sindicato Petrolero Santa Cruz.
Precisamente, el delegado de esa empresa, Damián Varela, contó que Carolina renunció hace dos meses amparándose en el artículo 241 del Convenio Colectivo de Trabajo que establece que en un plazo de diez días hábiles el Ministerio de Trabajo debe ordenar que se cancele toda la deuda laboral.
Sin respuesta
Sin embargo, indicó que “hasta el momento no se dio ninguna repuesta y está claro que el Ministerio de Trabajo le viene mintiendo a Carolina y al gremio”.
“Nos dicen que falta un sello para la documentación y luego que tienen que enviarla a Río Gallegos para que la autoricen sus superiores, pero lo cierto es que nadie hace nada a pesar que se hicieron todos los trámites como legamente corresponde”, dijo Varela.
“Lo concreto es que nuestra compañera tiene que afrontar una difícil situación y nosotros la vamos a acompañar en todo lo posible, pero la comunidad también debe saber que este no es un casi aislados porque situaciones similares las tuvieron que afrontar otros trabajadores, pero ella tiene cinco hijos y no puede esperar más”, precisó.
Por su parte, Carolina dijo: “yo tengo que mantener mi casa y a mis hijos y tomé la decisión de pedir el retiro porque tengo una dificultad motriz y no podría ir a otra empresa ya que tengo una discapacidad motriz y es probable que no sea aceptada por la ART”.
“Aquí (en el Ministerio de Trabajo) me tienen a las vueltas y ya van dos meses de espera y me dicen que venga un día y luego la otra semana. Así va pasando el tiempo y ni siquiera el organismo provincial que dirige Lalo Camino atiende los reclamos de quien era mi delegado y de otros compañeros que están apoyando constantemente”, añadió.