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Caleta Olivia
Casi oímos ya las campanas que anuncian el nuevo año y, antes de cruzar la fina línea que nos separa del 2018, cabe preguntarse cómo celebran en otras partes del mundo la llegada del año nuevo y cuáles son sus rituales para Fin de Año.
Podría parecer que Latinoamérica, con su abundante legado español, tiene tradiciones no muy diferentes a las doce uvas al son de las campanas o los fetiches como llevar ropa interior roja o incluir la alianza en el vaso del brindis. Pero si por algo se caracteriza América Latina es por conservar sus costumbres y practicar ritos ancestrales únicos que tampoco podían faltar en la última noche del año.
Rodeados de amigos y familiares, en Latinoamérica el 31 de diciembre es la ocasión perfecta para poner en marcha los buenos propósitos de Año Nuevo y atraer con ellos mucha salud, dinero y amor. A escasos días de recibir el 2019, recopilamos los rituales para Fin de Año que se han ido mimetizando con las supersticiones—desde no desear el Año Nuevo antes de las 12 de la medianoche hasta celebrarlo con fuego o agua—para que resulte un año propicio.

Nochevieja
En Ecuador, el ritual de Fin de Año que sigue a las consabidas uvas tras la medianoche es hacer un muñeco de trapo para prenderle fuego, de esta forma quemas todo lo malo del año viejo y das la bienvenida al año nuevo. En Venezuela, Perú y varios países suramericanos hacen ritos similares para “la quema del año viejo”.
Estos monigotes se parecen a algún político, a jugadores de fútbol o a personajes que no son bien recibidos entre la población. Después de las doce, los que quieren un año lleno de viajes importantes salen con la “valija” o maleta a dar una vuelta a la manzana lo más rápido posible. Si algún ecuatoriano quiere que el próximo año lleguen el amor y los grandes negocios, entonces su ropa interior será de color amarillo.
La costumbre en El Salvador es romper un huevo en un vaso de agua y dejarlo toda la noche en la ventana al aire libre. Por la mañana, la figura que revele el huevo será lo que te traerá la fortuna el año siguiente. Otro ritual de Nochevieja proclama que si te pones la ropa interior al revés durante las últimas horas del año saliente y luego, cuando ya es año nuevo, la colocas en su forma habitual, tendrás durante el año los armarios llenos de nueva ropa.
En México al igual que en el resto de Latinoamérica reciben el año nuevo con fiesta y alegría, y además comparte la tradición de llevar ropa interior de color y asistir a misa para recibir la bendición. En México también se tiene la costumbre de comer uvas en Nochevieja pero la diferencia es que el ritmo no lo marca la televisión; de hecho, antes de cada uva se pide un deseo. Si se quiere pedir amor, la ropa interior es roja. Si lo que se busca es un ritual para el dinero, entonces tiene que ser amarilla.
Una vez llega la medianoche, los mexicanos barren la casa para espantar todo lo malo del año pasado y, al igual que en Ecuador, si desean viajar sacan la maleta fuera de casa. Algo típico solo de algunas regiones de México es colocar un borreguito –de peluche o de otros materiales- encima de la puerta principal y hacia el interior de la casa como ritual para atraer la abundancia. Comparten también con Perú o Venezuela la tradición de elaborar un muñeco hecho con trapos viejos y prenderle fuego para simbolizar que lo malo que ha habido ese año nos deja.
Cuando el reloj marca las 12, los puertorriqueños, para atraer la buena suerte, llenan las ollas y sartenes con agua y luego la arrojan en la puerta de la casa. Algunas familias también tiran cubos de agua por la ventana para librarse de los problemas en Nochevieja. Otra costumbre en Puerto Rico es escuchar «El Brindis del Bohemio», un poema tradicional que puede ser recitado o cantado y que tiene un llamativo punto de tristeza pese a usarse para atraer buenos deseos para el Año Nuevo.
Las tradiciones en Colombia son muchas y variadas, como estar de pie cuando son las 12 de la noche para lograr dinero, suerte y salud, dar un portazo para alejar de la casa a los malos espíritus, tomar las doce uvas o agarrar una maleta y rodear la manzana para viajar el próximo año. El color amarillo en la ropa es uno de los rituales de Nochevieja más populares porque trae buena suerte y tampoco se privan de hacer como en Perú o Ecuador y fabricar muñecos para quemarlos después. Una de las diferencias es que los rellenan de fuegos artificiales y los colocan en carreteras, así que el Año Nuevo se recibe con chispas que inundan el cielo de múltiples colores.
En Nicaragua, en sus rituales para Fin de Año, destaca una tradición que cada año se realiza con más fuerza: la popular quema de “El Viejo” o “La Vieja”, unos muñecos hechos con madera y algodón, vestidos con ropa vieja, que suelen representarse fumando o tomando licor. La idea, al igual que en todos los países latinoamericanos donde se practica algo parecido, es también dejar atrás lo malo y empezar desde cero positivamente el 2018. Otros nicaragüenses menos tradicionales, pero siempre supersticiosos, siguen el ritual de Nochevieja de inundar la casa con aromas a canela que garanticen la tranquilidad en el hogar y alejen cualquier tensión. También en Nicaragua existen otros rituales para Fin de Año como barrer la casa para alejar las malas vibras y tomar la copa del brindis con la mano derecha incluso si eres zurdo, dando tres saltitos con el pie derecho para tener buena suerte durante el año.
Todo aquel que posea una joya en Guatemala, si es posible de oro, tiene que usarla para recibir el nuevo año, de acuerdo con la creencia de que este ritual para el dinero traerá también prosperidad.

Año Nuevo
Al mediodía del 1 de enero los guatemaltecos salen a mirar el cielo y contar cuántas nubes ven, al tiempo que rezan en silencio, siendo el total la suma de dinero que ganarán en el año venidero. Aquí también es muy popular el ritual de Nochevieja de las maletas, que en Guatemala se llenan de ropa y se colocan detrás de la puerta principal, con el fin de que el nuevo año traiga viajes y buenas experiencias para la familia.
Se piensa que los niños guatemaltecos tienen que recibir el año con algo nuevo, de lo contrario, no tendrán ropa nueva durante el año. Esta costumbre se ha trasladado al inicio de cada año escolar, cuando los menores lucen su ropa y materiales para conseguir un buen año estudiantil.