info

Buenos Aires
Nunca es tarde para intentar nuevos enfoques e incorporar hábitos de vida que soporten una buena salud.

1. Buena nutrición
De la misma manera que el cuerpo cambia con el paso del tiempo, también lo hacen tus necesidades nutricionales. Por ejemplo, tus requerimientos de proteína, calcio y vitamina D aumentan. Cambios en el estilo de vida y el apetito pueden afectar qué y cuánto comemos, y sin darnos cuenta podemos dejar de cubrir nuestras necesidades nutricionales.
Obtené proteína de diversas fuentes y buscá hacerla parte de cada comida.
Incluí alimentos ricos en fibra, como cereales enteros, pan integral, frutas enteras, fruta disecada, arvejas, porotos y lentejas.
Mantené una abundante ingesta de líquido; el agua actúa con la fibra para ayudarte a mantener tu salud digestiva.
Si tenés alguna preocupación sobre tu alimentación, llevá un registro de tu consumo de alimentos por una semana. Luego, revisalo con tu médico o nutricionista para entender tu ingesta de nutrientes y buscar oportunidades para mejorar tus hábitos alimenticios.

2. Actividad física
El impacto de la actividad física cada día es invaluable para la salud y el bienestar a cualquier edad.
El ejercicio debe estar adaptado a cada persona y no necesita ser agotador, sólo regular, ya sea caminar, nadar o andar en bicicleta. Invitá a tu familia y amigos, o buscá opciones que te motiven consultando en tu barrio o gimnasio sobre programas específicos para tu edad.
Para sentir el beneficio del mantenimiento de la masa muscular, un entrenamiento de resistencia (usando todos los grupos musculares principales) debería ser realizado al menos 2 veces por semana, al igual que distribuir el consumo de proteína en las comidas y colaciones a lo largo de cada día.

3. Cuidado del peso
Cualquiera sea tu edad, el mantenimiento del peso saludable es clave para una buena salud. La edad nos puede afectar de diferentes maneras; algunas personas descubren que empiezan a ganar peso, otras a perderlo.
Para conocer si tu peso es saludable, por favor consultá con un médico o nutricionista.

4. Actitud positiva
Siempre es importante cuidar de nuestra propia salud mental, y la de las personas alrededor nuestro. Sin embargo, el paso de los años trae consigo cambios, como una enfermedad en la familia, terminar nuestra carrera o ir a vivir solo, y todos ellos inciden en nuestro bienestar mental.
Compartí tiempo con tus seres queridos, aunque sea algo simple como la comida de todos los días.
Mantenete en contacto con familiares, amigos y la comunidad a la que pertenecés. Compartí momentos con ellos.
Mantenete en movimiento; la actividad física promueve el bienestar mental, físico y social.
Asegurate de tener un buen sueño por las noches; esto ayuda a estar descansado, tener menos estrés y genera mayor energía y optimismo.