Buenos Aires
No pudo negar la existencia de un sistema utilizado para el lavado de dinero y aunque mencionó muy por encima a Cristina Kirchner, señaló que los ex secretarios privados “nunca dejaron de serlo” respecto a los movimientos de dinero que hacían por órdenes de sus superiores y creyó que el primer llamado por el cual lo contactaron para “asesorar” en unas operaciones en el exterior “eran órdenes de la doctora Kirchner”.
Juan Manuel Campillo -que seguirá detenido- es el último imputado colaborador que sumó la causa de los cuadernos, y en su confesión indicó que Isidro Bounine le pagó 230.000 euros por un “asesoramiento, segunda opinión” sobre las sociedades radicadas en Estados Unidos.
Lejos de la función pública desde que se disolvió la Oficina Nacional de Control Comercial Agropecuario (ONCAA), Campillo buscó desligarse de todas las acusaciones en su contra. Pese a ser aceptado como “arrepentido” por el juez Claudio Bonadio, las sospechas sobre el ex funcionario K aún persisten y la imputación sobre él es por haber sido partícipe de maniobras de lavado de activos vinculadas al entorno de Daniel Muñoz, ex secretario privado de Néstor Kirchner. Al declarar como imputado colaborador, Campillo apuntó contra Isidro Bounine, ex secretario privado de Cristina Kirchner, detenido este miércoles por orden de Bonadio.
Aportes
Pese a sus aportes a la causa, por primera vez, el juez Bonadio decidió no concederle la excarcelación pese a convertirse en arrepentido.
El argumento central, según pudo saber Clarín, responde al riesgo de obstrucción de la investigación que se encuentra con medidas de prueba en curso, entre ellas, una serie de allanamientos dispuestos este jueves. Campillo, de esta manera continuará preso en el Penal de Ezeiza.
¿Qué información aportó el ex ministro de Economía de Santa Cruz? En primer lugar, corroboró la existencia de un sistema montado afuera del país para el movimiento de fondos.
El juez Bonadio determinó que el entorno de Daniel Muñoz “realizó diferentes transacciones comerciales de las que se destaca la constitución de empresas y la compra de inmuebles a nombre de éstas, operaciones que no se condicen con la capacidad económica de aquellos”. Parte del dinero proveniente de los ilícitos perpetrados por la asociación ilícita y que según la causa de los cuadernos de las coimas fueron recibidos por Daniel Muñoz se puso en circulación en el mercado, con el fin de aparentar un origen lícito.
Dinero
La Justicia determinó que todas estas personas -a través del conjuntos de firmas- buscaron “ocultar el origen ilícito del dinero” y para ello “habrían comprado un total de 16 inmuebles a nombre de dichas empresas”. Catorce de las propiedades se encuentran en Miami y las dos restantes en Nueva York.
Según confirmaron a Clarín, todas estas operaciones demandaron un desembolso de 53.174.700 dólares.
Daniel Muñoz en un momento determinado pidió el asesoramiento de Juan Manuel Campillo. “Me contactó para coordinar la reunión Isidro Bounine”, declaró el ex funcionario K. Y contó ante el juez que participó de dos reuniones con abogados y contadores en Estados Unidos que “trajeron una propuesta que no era la mejor porque sólo buscaban cambiar la titularidad de las sociedades”, según explicó.
Se trata de un conjunto de empresas constituidas en el exterior para la compra-venta de inmuebles. La Justicia contabilizó que entre 2010 y 2015, Muñoz habría constituido en el exterior “quince empresas a nombre de terceras personas de su círculo. Manejaron en total U$S 70 millones en propiedades y cuando se conoció la investigación de los Panamá Papers comenzó el movimiento para desprenderse de inmuebles y realizar cambios societarios.
Campillo, buscando deslindar responsabilidades sobre una participación directa en las operaciones de lavado de activos investigadas, nunca se refirió a consultorías externas, sino que sólo le pidieron “una segunda opinión”.
Su participación en las operaciones en el exterior iniciaron en 2016, previo a unas reuniones en Capital Federal con Muñoz en unas oficinas de Bounine, hasta concretar el primer viaje a Estados Unidos.
Sin embargo, confesó que pidió cobrar un 10% por esa “segunda opinión” del monto involucrado en las operaciones. Del otro lado, no estuvieron de acuerdo con su pedido y sólo negociaron un “pago por los gastos de traslados y las reuniones mantenidas”, por una suma de 230.000 dólares. El pago se hizo en otra moneda.
Pago
“Isidro Bounine después me pagó 230.000 euros como pago de esos servicios”, indicó Juan Manuel Campillo quien se mostró inquieto durante la indagatoria. El pago se realizó en el country de Tigre donde vivía el ex secretario.
Fuentes judiciales señalaron que el cambio de divisa “no sorprende en las operaciones”. Ernesto Clarens y Claudio Uberti habían explicado que en diversas oportunidades “Néstor Kirchner pedía dólares o también euros porque eran más fáciles de acopiar”.
En este punto, hizo una salvedad y se refirió al rol de los ex secretarios privados de Néstor y Cristina Kirchner. Cuando lo llaman para que mantenga una reunión con Muñoz, dijo que lo primero que pensó era que el pedido “venía de más arriba”, y añadió “pensé que era la doctora Kirchner la que me llamaba” porque “cuando se es secretario privado nunca se deja de serlo” y planteó que pese a dejar el cargo oficial en la Casa Rosada, siempre los ex asistentes continuaron “reportando” a los Kirchner. Según pudo reconstruir Clarín, hizo una rápida mención a Néstor Kirchner y la relación diferencial que mantenía con él y la ex Presidenta, “por Kirchner firmaba una sentencia de muerte, por ella no”, sentenció y dijo que toda esta situación a la que se refirió como “mamarracho” no hubiera existido si el ex Presidente no hubiese fallecido. El ex funcionario K no hizo mayores referencias a los ex Presidentes a título personal, sólo explicó que cuando se disolvió la ONCAA “recibió un llamado telefónico donde me informaron la decisión y me quedé sin nada”, aunque indicó que él no era “obsecuente” y que por eso no “servía para el cargo” y que ya había sugerido que se disuelva el organismo. Sostuvo que después se dedicó a la actividad privada y que no mantuvo más contacto con el poder político.