coca

Caleta Olivia
Personal de la División Narcocriminalidad de la zona norte detectó ayer cinco paquetes de veinte kilos cada uno, que contenía hojas de coca en estado natural, según se informó ayer a Diario Más Prensa.
Los bultos que eran trasladados en un utilitario de la empresa Correo Argentino, fue detectado ayer cerca del mediodía cuando los paquetes que se trasladaban para Caleta Olivia, pasaban por el scanner de la AFIP y ante la sospecha de tratarse de sustancias prohibidas, se constató que se trataba de hoja de coca que provenían de la provincia de Salta y tenían destino final a una persona de ésta ciudad.
El operativo se llevó a cabo ayer desde las 9 de la mañana hasta las cinco de la tarde y participaron además personal de ADUANA, AFIP y del SENASA, se informó y detallaron que se controlaron transportes de pasajeros de larga distancia, camiones, autos particulares y camionetas de empresas.
Fuentes cercanas a la investigación detallaron que de inmediato que se detectó la carga se dio intervención al Juzgado Federal de Caleta Olivia, a cargo de la jueza subrogante, la doctora Eva Parcio quien dispuso el secuestro de la mercadería y que quede en poder de la Aduana de Comodoro Rivadavia, hasta su destrucción.

Coqueo
El artículo 15 de la Ley de Drogas 23.737 aclara cualquier duda: «La tenencia y el consumo de hojas de coca en su estado natural destinado a la práctica del coqueo o masticación, o a su empleo como infusión, no será considerada como tenencia o consumo de estupefacientes».
La ley 23.737 Tenencia y tráfico de estupefacientes distingue entre quien comercializa sustancias consideradas narcóticas y entre quienes consumen este tipo de sustancias, otorgando una pena para determinado caso u bien la rehabilitación en caso de consumidores. Esta ley se ha ido actualizando constantemente, inclusive en el 2016 se realizaron modificaciones. Y claramente excluye en todos los supuestos al tema del coqueo.
Por cuestiones climáticas y de altura, la planta se produce en pocos países: sobre todo en la selva andina de Bolivia, Perú y Colombia, donde las hojas se consumen desde tiempos precolombinos y tienen valor medicinal, cultural y ritual.
Su utilización se extiende al norte de Argentina, pero también recorre todas las grandes ciudades donde desde hace décadas se instalaron migrantes de países limítrofes.