Buenos Aires
El juez federal Claudio Bonadio gatilló el costado de la investigación de la causa de los “cuadernos” que asoma como una Caja de Pandora: la histórica cartelización de las empresas contratistas de obra pública.
Apenas retomada la feria que ralentizó avances significativos en la causa, repartió 101 citaciones a indagatoria que incluyen a Cristina de Kirchner y a varios de sus exfuncionarios ya procesados en el expediente, pero en mayor densidad a empresarios ligados a la construcción. La novedad no es que nuevamente hombres de negocios como el primo presidencial Ángelo Calcaterra, Carlos Wagner o Aldo Roggio tengan que volver a desfilar por Comodoro Py pese a que ya están procesados por cohecho. O el financista Ernesto Clarens que había aportado una serie de nombres de firmas que supuestamente habían hecho pagos a lo largo de una década en sus oficinas.
Esos listados animaron al juez a explorar el asunto más espinoso para encarrilar la errática investigación: la confirmación de un sistema para repartirse las licitaciones podría realmente crear un cisma para el establishment empresario, con consecuencias directas para las empresas que hoy son las mismas que se disputan las PPP o las obras que todavía sobreviven en las provincias.
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La sacudida con la multitudinaria indagatoria que comenzará el 20 de febrero impactó también en los expresidentes de la Cámara Argentina de la Construcción, Juan Chediak y también Gustavo Weiss, de Eleprint. Los listados aportados por Clarens, los operativos en varias firmas con la información de la Inspección General de Justicia (IGJ) sobre su composición societaria y las declaraciones como arrepentidos de otros empresarios que se acogieron a ese régimen derivaron en la confección del listado de las 101 imputaciones. Cristina tendrá que volver al despacho de Bonadio el 25 de febrero, un día antes de que comience el juicio oral en su contra por el presunto direccionamiento de obra pública a favor de Lázaro Báez.
Es una de las primeras en la nómina que contempla hasta 10 declaraciones por cada jornada, lo que las convierte (por lo apresurado) en un trámite que no despierta muchas expectativas por la extensión de información que aporten. La acompañarán a la expresidenta la plana mayor del Ministerio de Planificación, encabezado por Julio De Vido y Roberto Baratta, entre otros exfuncionarios. También otros exfuncionarios de Vialidad como Nelson Perotti y Sandro Férgola, sumado a Germán Nivello, quien está apuntado como relacionado al departamento de Puerto Madero al que Clarens dijo haber llevado dinero fruto de ese sistema de recaudación.
Mario Rovella, Fabio Biancalani, Cristóbal López, Javier Sánchez Caballero y Santiago Altieri (histórico gerente relacionado a SOCMA) y a la constructora de la familia Macri son parte de los convocados. Lo mismo que miembros de la constructora JCR, de la familia Relats o Juan Perona, uno de los empresarios cuyo nombre surgió del tramo “concesiones viales” de la causa. Relacionado a ese tramo pero ahora vinculado a hechos nuevos que giran en torno del supuesto beneficio de haber pagado para obtener concesiones u obras también convocó a integrantes de distintas UTE, como Miguel Aznar, o empresarios que ya hicieron confesiones o aportaron elementos como Manuel Santos Uribelarrea, junto a Gabriel y Luis Losi, de Losi SA.
La decisión de Bonadio de avanzar por esta vía, quizás la que pueda hilvanar los demás aspectos del expediente, surgió casi en un principio, con la indagatoria a Wagner que nombró aleatoriamente una serie de empresas como cartelizadas en torno de las obras de vialidad. Sin embargo, fue Clarens el que puso nombre y apellido a una nómina extensa que prácticamente deja comprometido a todos los empresarios, contratistas y subcontratistas que no sólo han participado de licitaciones, sino que actualmente lo hacen. Esa arista arroja un horizonte alarmante entre los hombres de negocios que ya van familiarizándose con una frase utilizada mucho en el ambiente judicial. “El llamado a indagatoria de Bonadio es equivalente a un procesamiento”. La mayor parte de los implicados en la causa “cuadernos” ya lo han experimentado en carne propia. Este nuevo frente que tiene el caso podría hacer palidecer todo los revelado hasta el momento.