Buenos Aires
Actualmente afecta a 4,5 millones de personas en el mundo y según proyecciones de la OMS podría alcanzar a una población de 11 millones para 2020. La detección temprana puede prevenir la pérdida de fibras nerviosas y mejorar el pronóstico de quienes la padecen.
La afección es llamada el “ladrón silencioso” porque va “robando” el campo visual de quien la padece progresivamente con escasa sintomatología.
Y es dado su carácter de progresiva y asintomática, que bien vale la conmemoración de su día mundial para conocer sobre esta patología de la que poco se habla.
El Día Mundial del Glaucoma se celebra el 12 de marzo y se trata de una jornada que pretende llamar la atención sobre una enfermedad crónica que puede afectar muy gravemente a la visión, llegando a causar ceguera.
Según explicó el médico oftalmólogo Omar López Mato, director del Instituto de la Visión, “la enfermedad se conoce desde el tiempo de los griegos (glaucoma quiere decir ojo blanco), pero fue recién en el siglo XVIII que se relacionó la presión ocular con el daño visual”.
Se cree que el poeta John Milton (autor de Paraíso Perdido) perdió la visión por glaucoma. También Andrea Bocelli y Ray Charles padecieron un glaucoma congénito. Más contemporáneos, Paul Hewson, más conocido como “Bono”, el cantante de U2, y la actriz Whoopy Goldberg padecen la forma crónica de la enfermedad.
Enfermedad
El glaucoma es una enfermedad neurodegenerativa, crónica, que provoca aumento de la presión intraocular, causando una disminución progresiva de la visión, que si no se diagnostica y se trata en forma oportuna puede llevar a la ceguera. Esta patología no suele presentar síntomas, por eso es fundamental acudir al oftalmólogo para tener un diagnóstico precoz de esta enfermedad.
“La mayoría de las personas son asintomáticas y cuando afecta la agudeza visual el daño por glaucoma ya es avanzado. Por lo general comienza a manifestarse con una pérdida lenta y progresiva de la visión periférica del campo visual”, puntualizó la médica oftalmóloga Laura Taverna, del Instituto de Neurociencias Buenos Aires (Ineba).
El progresivo deterioro de la visión generalmente transcurre sin ser detectado por el paciente, hasta que la disminución del área de visión (campo visual) afecta el desempeño de sus tareas diarias. Si bien la mayor parte de los casos pertenece al llamado glaucoma crónico simple, de evolución lenta y progresiva, existen otras variedades que pueden evolucionar en forma abrupta, los llamados glaucoma agudo y los glaucomas secundarios. En todos los casos existe una alteración en la proporción de líquido que produce el ojo (en el cuerpo ciliar) y el sistema de salida (en el trabeculado y el ángulo iridocorneal).
Una vez detectada, puede tratarse con gotas, medicación oral, láser y llegado el caso, cirugía. Además de la medicación antiglaucomatosa, a aquellos que lo padecen se les recomienda no tomar café en exceso, ni ingerir mucho líquido en poco tiempo. Algunas medicaciones como los corticoides administrados por vía general también pueden aumentar la presión del ojo. Si bien el daño ocasionado es irreversible, la evolución de la afección puede controlarse y el paciente preservar una excelente visión con el tratamiento adecuado.
Si bien la mayor parte de los casos pertenece al llamado glaucoma crónico simple, existen otras variedades que pueden evolucionar en forma abrupta, los llamados glaucoma agudo.
Causa
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el glaucoma es la segunda causa común de ceguera en el mundo. Este término se refiere a un grupo de trastornos oculares que pueden causar daño del nervio óptico, nervio formado por más de un millón de fibras nerviosas y encargado de enviar las imágenes al cerebro.
Actualmente afecta a 4,5 millones de personas en el mundo y según proyecciones podría alcanzar a una población de 11 millones para 2020.
“Este daño suele asociarse al aumento de la presión intraocular con el consecuente daño de sus fibras. La pérdida de la visión y la gravedad del cuadro depende de dónde ocurra el daño del nervio óptico, ya que esto puede afectar a uno o ambos ojos”, explicó Taverna.
Diagnóstico
Para su diagnóstico se requiere un examen completo del ojo que incluye una tonometría (estudio que detecta la presión ocular del paciente) y un fondo de ojos (para evaluar el nervio óptico).
“Actualmente se cuenta con una serie de exámenes complementarios que ayudan a la confirmación del diagnóstico de glaucoma, tales como campo visual computarizado, tomografía confocal del nervio óptico y tomografía de coherencia óptica de fibras nerviosas, entre otros”, detalló Taverna.
Aunque la pérdida de fibras nerviosas en los pacientes afectados de glaucoma es irreversible; el diagnóstico precoz, basado en la detección temprana mediante chequeo oftalmológico y estudios complementarios, puede prevenir la pérdida de fibras nerviosas y mejorar el pronóstico de los pacientes afectados.